Un vídeo ya antiguo de París (de septiembre de 2018, editado por Guy Jones), que se ha hecho viral ahora. Nôtre Dame, la Torre Eiffel recién acabada (todavía sin ascensor), les Champs Elysées, el Campo de Marte, etc., en 1890.
Axonometría de Nôtre Dame de París |
[Imágenes de Bill Risebero, Historia dibujada de la arquitectura occidental, Ed. Blume, 1979] |
Bueno, "menos lobos"; simplificando el asunto: la estructura de una catedral gótica se sustenta a base de las nervaduras de la bóveda de crucería (en este caso sexpartita, aunque las hay cuatripartitas), que se rellena con piedras ligeras, adecuadamente talladas, tanto las de relleno como las de las nervaduras, que trabajan solo a compresión. Estas últimas transmiten y concentran las cargas en puntos aislados, y el empuje de esas fuerzas es compensado por los pilares y los arbotantes. Las paredes, por tanto, nada aguantan y pueden ser sustituidas por vidrieras.
Bien, todo eso sigue intacto, salvo los tramos de bóveda colapsados por la caída de la aguja (del S.XIX). Suerte que no echaron todo el agua que reclamaba el burrote de Trump, que eso sí hubiera acabado con todo. El caso es que un terremoto como el de Lorca, por ejemplo, quizá hubiera sido mucho más dañino. O sea que, de los males, el menos.
El conjunto de la bóveda está protegido por una cubierta de madera, que es lo que ha ardido completamente, con lo que los hastiales triangulares del crucero han quedado sueltos y en peligro de desplome. Y ese es el asunto, sujetar los gabletes y reconstruir los dos tramos de bóveda caídos, el tejado y la aguja del XIX, que ya hay quien quiere restaurar dotándola de un diseño vanguardista. ¡Peligro! En fin, veremos...
Las catedrales góticas son edificios imponentes. Se levantan con jactancia estática como un prodigio estructural que parece desafiar las leyes de la gravedad. La construcción gótica pretende alcanzar el arrebato estético a base de sillares estirados, ventanas apuntadas y haces de columnitas. Pues bien, estas construcciones tan audaces no son más que un juego de contrapesos.
ResponderEliminarEl arquitecto interviene como si de un político se tratara, esto es: conocer las fuerzas y dirigirlas hacia donde a él le conviene. Como un dirigente político, el arquitecto trata de evitar tensiones no controlables y ante cualquier empuje dispone el parapeto contenedor conveniente.
Así van las cosas estructurales:
A toda fuerza le oponemos una piedra o un montón de ellas. Allí donde aparece una fuerza que va de arriba a abajo se coloca una columna, y si se trata de un haz de fuerzas, se coloca un haz de columnitas, estas tan gráciles que el arte gótico nos ofrece.
Es cuestión de conseguir que haya un solo tipo de empujes. Se evitan los esfuerzos de flexión y se procura, mediante la forma, que toda fuerza sea de compresión. Ya se sabe que estas son siempre más controlables y, con la piedra adecuada, estas fuerzas se dominan muy bien. Se trata de utilizar las piedra para controlar la situación y las fuerzas.
Mediante la estereotomía (tallado de las piedras) dirigimos las fuerzas de la cubierta a los bordes de la bóveda y ahí colocamos una arista que nos conducirá los esfuerzos a la columna correspondiente. Así conseguimos que toda fuerza quede enterrada en los cimientos.
En cuanto a los empujes:
A todo empuje le contraponemos una masa.
Todo lo que empuja por el interior de la nave gótica se contrapesa en el exterior de la misma. Si dentro de la nave hay imágenes de santos y mártires, en el exterior colocamos gárgolas espantosas y monstruos bicéfalos.
Contra los empujes de las bóvedas interiores colocamos los arcos arbotantes exteriores. Si aquellas bóvedas de dentro se ornamentan con ángeles y serafines, en los arbotantes exteriores colocamos demonios y dragones como contrapeso.
La lógica estructural no es más que un trabajo de ir disponiendo el pedrusco adecuado en el lugar y la forma precisos y conseguir con ello una organización espacial que debido a su monumentalidad provoque miedo y sometimiento.
Así dispuesto el espacio, en el interior de la catedral puede producirse una catarsis y algún mareo, a esto contribuye también el efecto del incienso y los cirios encendidos. El espacio gótico y los sermones desde el púlpito, cuyo eco rebota en las paredes y vitrales, no contribuyen a la reflexión, sino más bien al furor místico o algo así.
Abrazos
Francesc Cornadó
Muchas gracias, amigo Francesc, por esa ampliación tan bien explicada, que aporta un cierto nivel al blog.
EliminarUna pregunta ? porqué le llaman "colapso" cuando es un derrumbe?... acaso para fortalecer la idiotez de comparar a los dos campanarios a las Del World Trade Center de Nueva York? como insinúan las voces alarmistas?.... no se, espero que puedas explicarmelo ...me invaden las dudas
ResponderEliminarEse término, "colapso", no se ha inventado ahora. Es propio de las disciplinas que estudian arquitectos e ingenieros, tituladas "Cálculo de estructuras" y "Resistencia de materiales".
EliminarYo sabía que Viollet Le Duc había trabajado en Notre Dame. Lo conocía por haber "restaurado" Carcassonne, más que en versión original, en versión idealizada. Parte de lo que ha caído era producto suyo, resultando, por cierto, Notre Dame un espejo en el que se miró la mismísima catedral de Barcelona, cuyo aspecto a principios del XIX era bastante diferente del actual. Por lo que a mí respeta, sin tener mucha idea, creo que ha quedado suficiente de lo verdaderamente original para que la catedral resurja con éxito. Y haciendo de la necesidad virtud, igual ha servido para que muchos gobiernos e instituciones den un repaso a todo el patrimonio histórico que tienen en sus peligrosas manos (el nuestro ya ha dicho que lo va a hacer).
ResponderEliminarMateo M.
Las catedrales góticas impresionan, por fuera y por dentro. Algunas muchísimo. Y ahí me quedo yo. Por eso he leído con atención sus explicaciones sobre las fuerzas, el empuje, las bóvedas, las columnas y otros que ustedes señalan. Buena ocasión para dedicar un espacio a esos aspectos de esas construcciones monumentales. MJ
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