sábado, 20 de abril de 2019

Pequeña crónica del Viernes Santo

Cristo crucificado y "Moreneta"
[Iglesia de S. Gervasio y S. Protasio]
Tras el oscuro trimestre en los jesuitas —hablamos de finales de los cincuenta— venía la Semana Santa, que pasábamos en casa, por supuesto; por la radio solo sonaba el «Diario hablado de Radio Nacional» y lo que nuestro padre llamaba «música sacra». El hombre, que tenía más oreja que oído, englobaba así todo tipo de música clásica, y no solo oratorios y cantatas de Bach o el Requiem de Mozart, que de todo eso había en cantidad. A nosotros también nos sonaba todo igual.

Quizá por ello, el ambiente en el piso familiar era especialmente lúgubre en esos días y, por las tardes, para acabar de alegrar la jornada, nuestros padres nos obligaban (a pesar de que no eran unos meapilas) a asistir a los «Santos Oficios» al completo en la iglesia de San Gervasio y San Protasio, en la Bonanova; de manera que nos zampábamos impertérritos, envueltos en nubes de incienso, los cuatro evangelios en el dilatado fragmento que dedicaban a esos días, con el siniestro fondo de las imágenes tapadas con una sábana morada, aditamento que daba un poco de yuyu o de mal rollo, por no decir pánico. De vuelta a casa, se rezaba el rosario.

El asunto tenía una ventaja clara: uno deseaba como un loco el fin las vacaciones de Semana Santa y volver al cole, lo que no sucedía con las de verano ni las navidades.


Pero Gran Uribe no quedó traumatizado por todo aquello, o eso se cree. Aprovechando que no nos lee nadie, les confiesa a ustedes que, a pesar de esos precedentes, tiene todavía bastante afición a asistir a procesiones de Semana Santa, y se ha chupado cantidad de ellas: Zamora, Valladolid, pueblos de Castilla, la Rioja o Andalucía y, por supuesto, los desfiles bíblico-pasionales de Lorca y la procesión de Viernes Santo de Murcia, con los pasos de Salzillo. Hasta el punto de que ayer por la mañana, no se lo pierdan, se apostó ante la cadena TRECE porque retransmitían por ese canal la procesión de Murcia, a la que tuvo el privilegio de asistir en el palco presidencial cuando era "más joven". Pero se ha suspendido por la lluvia y la frustración ha sido grande. Y es que Salzillo es mucho Salzillo.

Por suerte, le quedaba una bala en la recámara: dado que este año tocaba pasar estos días en Barcelona, y que ya ha acometido todas las tareas que nos encomendaba Forges, ha acudido al modesto Vía Crucis de Viernes Santo que organiza el párroco de la iglesia de la Concordia, en el barrio de Les Corts, y que tiene la pequeña ventaja de que pasa por delante de su casa. En realidad, lo puede ver desde el balcón, como cuando va a Lorca, pero mejor no comparar...


Un buen detalle del párroco es el de utilizar, además del castellano en algunas estaciones, cosa insólita por aquí, una banda sonora con una grabación nada menos que del impresionante Miserere, de Gregorio Allegri (1582-1652). Es una obra que se creó para ser interpretada ante los papas de Roma una vez al año en la Capilla Sixtina, durante los oficios de este día de Viernes Santo, aunque en aquel lugar la voz de las sopranos corría a cargo de los contratenores castrati, muy en boga en aquella época. Se trata de una composición basada en cierto modo en el canto gregoriano y también en la polifonía renacentista. En ella, las florituras musicales de los cantantes —se llaman abellimenti (embellecimientos)— no se recogían por escrito, sino que eran transmitidas oralmente de unos interpretes a otros y estaban sometidas a ciertas improvisaciones. En fin, bárbaro.
 Gregorio Allegri (1638), Miserere / The Choir of Claire College, Cambridge, Timothy Brown

El Vía Crucis, por delante de Cristalerías Planell, al lado de casa de G.U. / [granuribe50 (19/4/2019)]
La Virgen de la Concordia, delante de la guardería municipal Xiroi  / [granuribe50 (19/4/2019)]
El segumiento no ha sido masivo, pero ¡nadie llevaba lacito amarillo! /  [granuribe50 (19/4/2019)]
No estamos en condiciones de determinar si esa ausencia de lacitos amarillos se debe a que el texto de la mitad menos una de las quince estaciones del Vía Crucis (o sea, siete) se recita en castellano, cosa que debe de molestar mucho por aquí. En cualquier caso, si no riesgo de excomunión, sí que podemos afirmar que este curita tiene garantizado que no podrá ascender en el escalafón caso de que no decida convertirse rápidamente al procesismo.

6 comentarios:

  1. Un Via Crucis de "estar por casa", parece...
    El Tapir

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  2. La verdad, había pocas personas en ese Via Crucis. Los actos de Semana Santa son bastante parecidos y reiterativos, aunque cambie un poco el entorno. MJ

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    1. Se me olvidaba. Gracias por la música.

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    2. No me ha descubierto en la primera fotografía, ni a doña Perpetua en la tercera. ¿Está en baja forma, acaso?

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  3. Sí que les vi a los dos. Clarísimamente. Usted, muy humilde, con esas bambas rojas y la bolsita. Ana, a la izquierda, detrás de los señores que se inclinan. MJ

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    1. Menos mal, ya andaba preocupado por la calidad actual de su cacumen.

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