No se descubre un museo de este nivel todos los días. España está llena de ellos, muchos surgidos en la época del ladrillo a mayor gloria del político de turno, que no contienen prácticamente nada; algunos ya han tenido que cerrarse, porque los gastos corrientes que genera una institución así y la compra de fondos los convierten en inviables.
Museo de Bellas Artes de Bilbao (plaza de entrada, desde el paso de conexión entre los dos edificios) / [granuribe50 (3/4/2019)] |
No es el caso del que nos ocupa, ya que se creó en 1908, y desde entonces no ha hecho más que aumentar su colección, hasta el punto de que ya se prevé una nueva ampliación. Ha pasado años a la sombra, pero un buen director (Miguel Zugaza, que durante quince años lo fue del Museo del Prado, con mucho acierto), consiguió sacarlo del olvido en que estaba sumido desde la inauguración del Guggenheim.
Actualmente se ha reordenado la colección en base a nuevos criterios, siguiendo una serie de ítems según las letras del alfabeto, por iniciativa del escritor Kirmen Uribe (una especie de homónimo del alter ego de un servidor). Y esto es lo que se expone hasta junio como pequeña muestra de la colección permanente. Lo que se haga después, ya se verá. Hay otras exposiciones temporales, como la del escultor fallecido en Ibiza en 2001, Juan Muñoz (de la que se puede ver a un par de tipos colgados de la escalera del hall), pero G.U. no las ha visitado.
Se expone una nueva manera de ordenar los fondos según el alfabeto / Sala con pósters alusivos diversos sobre Bilbao y San Sebastián |
Además de obras del Gótico muy buenas y también del Renacimiento, que no exponemos aquí para no resultar demasiado exhaustivos y pesaditos, hay una buena representación de pintores del Barroco y algunos retratos de Goya.
1) El Greco, San Francisco ante el crucificado (1585); 2) Francisco de Goya, Retrato de Martín Zapater (1797); 3) José de Ribera, San Sebastián curado por las santas mujeres (1620) |
Los pintores españoles del primer tercio del siglo XX están también estupendamente representados, incluso hay alguna obra de Ignacio Zuloaga, pese que era de ideología derechista y optó por Franco. Ya se sabe que, en este país al menos, un artista de derechas lo tiene crudo y tiende a ser ninguneado.
Como eran muchas las emociones, se hacía tarde y en la cafetería del museo solo dan pinchos (muy ricos, eso sí), un segurata muy amable le recomendó a G.U. un restaurante muy cercano, llamado Casilda (se supone que por su proximidad al parque), donde comimos bien en un agradable y bullanguero ambiente. Además, bé de preu, como dirían en Cataluña. Menos mal, porque caían chuzos de punta y empezar a buscar por ahí resultaba un plan poco seductor.
Situación del museo en la plaza Euzkadi / Un alto en el camino en el Restaurante Casilda |
Ya de vuelta al museo con fuerza renovada, pudimos apreciar muchos cuadros (en general muy buenos) y esculturas del S.XX, (no todas del agrado de G.U.), además de diversos grabados japoneses (en la "Sala J", dedicada a Japón), como los del gran Utagawa Hiroshige, del que ya publicamos algunas cosas en la entrada La superluna de hoy (2).
También hay autores contemporáneos, «como no podía ser de otra manera»: Eduardo Chillida y su hermano Gonzalo, Pablo Palazuelo, el Equipo Crónica, Miquel Barceló, Tàpies y muchos otros...
Museo de Bellas Artes de BIlbao, Eduardo Chillida, Encuentros IV / [granuribe50 (3/4/2019)] |
En fin, ya lo saben; no se acaba el mundo en el Guggenheim y no nos acusarán de no haberles avisado a ustedes...
El Bellas Artes da mil vueltas al Guggenheim, y lo que más me apena es que algunos que procesan bilbainismo diariamente saquen pecho por la obra de un americano como si fuera la quintaesencia de su ciudad, cuando el otro no lo han pisado ni por casualidad. Y reconociendo el impacto mediático del Guggen, que ha atraído a miles de visitantes a Bilbao, a mí me gusta más la visión que representa el Museo, no pensado como un mero espectáculo sino como un lugar donde se recoge, cuida y se muestra lo mejor que ha hecho el hombre, con, por otra parte, la integración perfecta con el parque de Doña Casilda (algo se atisba en la última foto), que a mi me recuerda un poco al Calouste Gulbekian de Lisboa.
ResponderEliminarPor resumir, al Bellas Artes voy una vez al año y al Guggenheim he ido cuatro veces en veinte años. Me imagino que esa es la proporción que hay entre ambos.
Mateo M.
Sí, recuerda un poco al Gulbenkian de Lisboa, tienes razón.
EliminarMira, me gustan esos museos que no son un parque temático y que exponen las cosas en la cantidad justa, si tienen calidad. Además, éste forma un conjunto discreto y bien integrado en el entorno.
Al salir pude asomar un poco la nariz al parque de doña Casilda, que es una maravilla, pero se puso a diluviar en seguida otra vez y no pude disfrutar de él. Será en otra ocasión. Gracias por estar...
[img]https://3.bp.blogspot.com/-c1GW12fQzOQ/XLdrD0d5SNI/AAAAAAAApyg/YPQ-J5y-EOYmLTkbvFHqPpjpAlx8Py0_wCLcBGAs/s1600/bilbao_parque_santa_casilda.jpg[/img]
Lo tengo presente.
ResponderEliminarGracias...además, esta el Zuloaga ¡¡¡
salut
Te he puesto un comentario, Tot, en la otra entrada. Y, como ves, he incorporado al injustamente ninguneado Zuloaga.
EliminarVisto y contestado.
EliminarSalut
Me gustan mucho estas entradas del Museo de Bellas Artes, Uribe. Y esa costumbre de publicar los cuadros con su marco, algo imposible de ver en los libros de arte. Solo conozco el Guggenheim, pero si voy a Bilbao, le dedicaré una visita.
ResponderEliminarMuchas gracias
F.G.
Sí, tengo esa costumbre, me gusta ver los cuadros «en vivo y en directo», con su marco. Pero, por desgracia, no en todos los museos me dejan hacer fotos, aunque sea sin flash. Una vez, en el Museo Esteban Vicente (Segovia), un mastodóntico segurata me pilló haciéndolas y por poco me echa a puntapiés, como si fuera a robar algún cuadro.
EliminarEn fin, si vas por Bilbao, no se te pase acercarte a la plaza Euskadi. Allí hay un parking donde dejar el coche y puedes aprovechar para hacer fotos (si eres aficionado a eso) a las Viviendas Ferrater (ese es el arquitecto que las diseñó, a quien Uribe conoce personalmente, porque lo entrevistó una vez, no por otra cosa) y la Torre Iberdrola (César Pelli, el de la Torre de Cristal, de Madrid). Apenas hice fotos porque llovía a mares ese día. Pero volveré, espero.
Y luego el museo, espléndido. Y conste que no me pagan por hacer publicidad. Creo que las cosas buenas hay que divulgarlas a la gente interesada.
Muchas gracias, F.G. por seguir el blog y comentar, aunque solo fuera para decir: «Hola, Uribe, aquí estoy». Me hace sentirme acompañado, como sabes. Solo borro comentarios despreciativos o claramente insultantes, que «haberlos, haylos».
Quiero señalar que este agradable e interesante museo, tiene, además, los cuadros iluminados yo diría que en su justa medida, y se agradece mirar hacia el techo y encontrar lucernarios en casi todas las salas. Dan una sensación de refinamiento y ligereza. Gran Uribe, ha hecho usted muy bien en recomendarlo.
ResponderEliminarSí, es un museo muy agradable y a escala humana. Da gusto visitarlo tranquilamente, como me parece deducir que ha hecho usted.
EliminarLa selección de cuadros y las imágenes del entorno, estupendas. Gracias, G.U. MJ
ResponderEliminarGracias. Nos esforzamos para que estas entradas tengan cierta calidad y no desmerezcan demasiado de lo que se contiene allí.
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