Su madre, que está haciendo una limpieza radical en su casa, aprovechando que se está reformando la cocina, se ha topado con un sobre donde se guardaban, felizmente, esas cartas, y nos lo ha hecho llegar. Nos han emocionado tanto que, después de llorar a moco tendido, pasamos al blog una de ellas, la del loro del barrio, para compartir con ustedes una brizna de aquellos tiempos que nunca volverán.
La carta del loro. Todo lo que se dice en ella responde a la realidad |
Por cierto, Fernando (Fernandito) ha resultado ser un buen lector...
Gracias, gran Uribe, por compartir con nosotros una brizna de otros tiempos. Una carta preciosa. Entrañable. A mí también me ha emocionado. Qué letra tan bonita tiene Ana. Me encanta. Y me ha encantado verla en el blog.
ResponderEliminar¡Ah, las cartas! ¡Qué maravilloso medio de expresión que se ha perdido! Muchos aprendimos a escribir gracias a la lectura y a las cartas...
EliminarCierto. Esta semana vi una turista joven tirar una carta al buzón...Quedé perplejo.
ResponderEliminarMe gustó la escena.
salut
Querida Ana.
ResponderEliminarNo me extraña que Fernandito guardara las cartas. La historia del loro tiene mucha gracia y resulta atractiva tanto para un niño como para un mayor. Eso es lo que tiene saber escribir. Yo también guardo algún mensaje de nuestra estancia en Macondo y de después. Besos.
Gracias Ana y G.U.