«Somos diferentes del resto de España. Este diferentes, naturalmente, quiere decir mejores».
Salvador Oliva, Nacionalismo y 'nazionalismo'; Provocacions, QUADERNS (21/3/2019) |
«No sé si la gente joven de hoy en día sabe que los muertos en la Segunda Guerra Mundial, sólo en Europa, ascienden a unos cuarenta millones, y que seis de estos fueron víctimas de "la solución final", que consistía en la tortura y la eliminación, fríamente organizada, sobre todo de la raza judía, pero también de gitanos, homosexuales y disidentes. Para hacernos cargo, recomiendo a todo el mundo visualizar los horripilantes detalles de máxima crueldad que los documentales de Netflix nos ofrecen sobre el tema. Para llevar a cabo esta barbarie se necesitaron sólo dos hechos. Primero: un aparato de propaganda, creado por Goebbels, capaz de halagar el egoísmo colectivo de los alemanes, con la ideología nacionalista y un tono de voz fanático, que consistía en hacer creer que eran superiores a los otros. Y segundo: culpar a estos otros de todos los males que afectaban a Alemania. Después de esto, sólo era necesario que surgiera un líder enloquecido, como Hitler, capaz de convencer a los suyos de que la culpa es de los otros, que no son personas, sino bestias. Y finalmente había que tener y dominar un ejército obediente dispuesto a cumplir las órdenes. Pues bien, todo esto no es más que el nacionalismo llevado a las últimas consecuencias. Y con todo, no debemos pensar que los nacionalistas fueran monstruos. ¡De ninguna manera! A los nazis les encantaba el arte y la música clásica. Eran gente cultivada, es decir: buena gente. Aquí, en Cataluña, tenemos ya a casi la mitad de la población halagada con el egoísmo colectivo, tenemos unos aparatos de propaganda y unos medios de comunicación que no paran de adoctrinar. Hemos escuchado más de un discurso, como, por ejemplo, el de Marcel Mauri el pasado día 16 en Madrid, con un tono intensamente fanático. Tenemos el enemigo a quien culpar de todos nuestros males, que es España. Y tenemos también un convencimiento bastante extendido que nos dice que somos diferentes del resto de España. Este diferentes, naturalmente, quiere decir mejores. Por suerte, no tenemos ejército, ni líderes tan locos ni tan crueles como Hitler. Pero últimamente los hemos tenido, como Pujol y Mas, que aún proclaman satisfechos y con orgullo que son nacionalistas. El desequilibrado Puigdemont es aún peor. Y Torra los ha superado a todos ellos diciendo, entre otras barbaridades, que ¡los castellanos que viven aquí y no hablan catalán no son personas, sino bestias! No dijo que había que exterminarlos, pero repite a menudo que nuestro objetivo es atacar a España, nuestro enemigo, porque nos oprime. No pocos también añaden que, si queremos la independencia, debe haber muertos. Me pregunto a quién matarán primero. Y para terminar, me gustaría pensar que si Elsa Artadi (que ha cometido la indecencia de comparar a Anna Frank con los lacistas) lee este artículo, que le dedico, quizá sea capaz de hacer comparaciones menos inmorales. Esto en el caso, naturalmente, de que su cabeza le sirva para algo más que para teñirse el pelo». |
[A unos ufanos procesistas de la concentración del otro día en Madrid, un periodista de TV les hacía notar que los trenes en Extremadura eran un auténtico cascajo y también se estropeaban cada dos por tres, a lo que le respondieron con suficiencia: «Mire, no siga por ahí, no nos compare, nosotros somos otra cosa, somos diferentes de los extremeños».
Pues en eso siguen los más cazurros de los paisanos de G.U., que son bastantes. Supremacistas a tope, por usar un vocablo a punto de ser admitido por la RAE y con razón, ya que es muy necesario con los tiempos que corren.]
Pues en eso siguen los más cazurros de los paisanos de G.U., que son bastantes. Supremacistas a tope, por usar un vocablo a punto de ser admitido por la RAE y con razón, ya que es muy necesario con los tiempos que corren.]
Muy bueno y clarificador, si señor....
ResponderEliminarBuen artículo. En momentos en los que parece que en Cataluña todo el mundo se ha vuelto loco de atar, bien por Salvador Oliva, nunca nos defraudaa a los "otros" catalanes.
ResponderEliminarnvts
Estupendo Salvador Oliva.
ResponderEliminar¿Leen esos catalanes "diferentes" estos artículos? ¿Qué deben pensar al respecto? ¿O siguen en el limbo de la realidad virtual paralela? Me interesaría saberlo. MJ
Tiene su miga ese "diferentes", mucha miga... Y muy amplia aceptación, me temo. No sé si esos catalanes se dignan a leer esos artículos, MJ, pero si los leen, da igual. Continuarán pensando que son "diferentes", aunque duden ya de la realidad virtual paralela. Ahí no dudan. Peligroso, diría yo.
ResponderEliminarSalvador Oliva dice cosas que pensamos muchos, pero ni sabemos ni podemos expresarlas como él.
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