Hoy Google le dedica el Doodle del día a María Moliner (Zaragoza, 1900 — Madrid, 1981), cosa de la que se alegra mucho Gran Uribe, porque hay veces en que esos dibujitos que hay encima del buscador los dedican a una gente conocida en su casa a las horas de comer. No es que María sea muy popular, de hecho hay quien la confunde con la graciosilla quemaconstituciones Empar Moliner —mucho más popular, al menos en Cataluña—, pero todavía hay clases...
María Moliner, con su diccionario [Fotografía de autor desconocido] |
Por eso, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, vamos a hablar un poco de ella. En los primeros cincuenta comenzó María a componer en su casa, en horas libres, «un pequeño diccionario en dos añitos», una obra que viniera a cubrir las insuficiencias del de la RAE; pero era una mujer tesonera y los dos añitos acabaron convirtiéndose en quince, para desesperación de los linotipistas, a los que volvió locos con sus continuas rectificaciones.
El resultado es un diccionario que soluciona todas las dudas. Cuando uno se adentra en él, aparte de encontrar siempre lo que busca, le queda explicado todo con meridiana claridad, aportando definiciones, ejemplos, sinónimos, expresiones y frases hechas, y relacionando familias de palabras. Por tanto, no es raro que los traductores afirmen siempre que es el diccionario que más utilizan. En esta casa, también, junto con el Casares y el de la RAE, por supuesto.
En 1972, avalado por Dámaso Alonso, Rafael Lapesa y Pedro Laín Entralgo, se propuso su entrada en la Real Academia, pero el sillón lo acabó ocupando Alarcos (con todo merecimiento también). Pero es que... ni entonces ni nunca. Era mujer, trabajó para la República, era bibliotecaria y nadie la consideraba lingüista; además, su diccionario cuestionaba en cierto modo al de la RAE. Quizá por todo ello, nunca llegó a ocupar un sillón allí, pese a sus grandes merecimientos.
Ella lo acogió con filosofía: «Sí, mi biografía es muy escueta en cuanto a que mi único mérito es mi diccionario. Es decir, yo no tengo ninguna obra que se pueda añadir a esa para hacer una larga lista que contribuya a acreditar mi entrada en la Academia. Mi obra es limpiamente el diccionario, pero si ese diccionario lo hubiera escrito un hombre, yo diría: "¡Pero, y ese hombre, cómo no está en la Academia!"».
Al final, la primera mujer académica fue Carmen Conde, pero ¡ojo al dato!, lo fue en 1979, una vez instaurada la democracia, en un momento en que María Moliner tenía ya una enfermedad que le hubiera impedido optar a ese sillón.
Fragmento en horizontal de una página al azar del Diccionario de uso del español, de María Moliner (las dos columnas son independientes) |
Pues qué injusticia más grande que esta mujer, capaz de hacer un diccionario tan fabuloso, no llegara a ocupar ningún sillón en la RAE. Se tendría que crear uno solo para ella, que podría aglutinar todas las letras del alfabeto, y dárselo a título póstumo, pues bien que se lo merece. Y, por cierto, me gusta el doodle que le han dedicado, y que lo hayan hecho.
ResponderEliminarEso tendrían que hacer, "Anónimo 31 de marzo de 2019, 1:19". Crear un sillón para ella y dárselo a título póstumo. Lo que habrán chupado de ese diccionario muchos de los que ocupan poltrona allí...
EliminarQuizá el mejor de los publicados. Con su permiso, GU, a mi me hace tilín el diccionario Ideológico de la Lengua Española, el de Casares, lo encuentro de lo más util.
ResponderEliminarSalut
Ahh y gracias por el enlace de las cigüeñas, de vez en cuando lo pongo y las veo...me tranquiliza ver como la mamá mueve los huevos y los coloca lentamente para que no pierdan calor.
salut
Me alegra que le gusten las cigüeñas de Alcalá de Henares. Yo también me pongo a observarlas de vez en cuando...
EliminarSe llaman Vela y Dao. Vela tiene la mancha oscura alrededor del ojo derecho.
ResponderEliminarUn abrazo
¡Caramba, Tot! Le veo bien informado. Me ha picado la curiosidad con ese dato y he encontrado en la web del Ay Untamiento de Alcalá de Henares la explicación a esos nombres:
Eliminar«Los escolares han decidido que la cigüeña macho se llame DAO y la hembra VELA, nombres vinculados a uno de los Centros de Enseñanza Infantil y Primaria, el CEIP "Daoiz y Velarde", que visitó el pasado 5 de febrero la Exposición Municipal sobre la cigüeña blanca en este municipio».
En cambio, no he encontrado referencias a la mancha oscura del ojo. Seguiremos en ello.
Pues sí, una gran injusticia, y un lastre para la RAE. Un diccionario magnífico, y de lo más riguroso. Me asombra y me maravilla cada vez que lo consulto.
ResponderEliminarPues sí, "Anónimo 31 de marzo de 2019, 10:47". Si a una persona que hizo ese diccionario no se le consideraron méritos suficientes como para entrar en la Real Academia ¿quién puede los puede tener?
EliminarMUCHAS GRACIAS A TODOS (Y A TODAS, QUE NO SE NOS ENFADEN) POR SUS COMENTARIOS, QUE SIEMPRE SON BIEN RECIBIDOS. SALGO DENTRO DE UN RATO DE VIAJE HACIA EL NORTE Y ESTARÉ FUERA UNOS DÍAS. SI SE TERCIA, DIRÉ COSAS.
ResponderEliminarEs cierto, menuda injusticia que María Moliner no haya ocupado ningún sillón en la RAE. Eran otros tiempos. Por justificar el hecho.
ResponderEliminarG.U., que lo pasen bien por el norte. Yo acabo de llegar de un corto viaje a Madrid por una celebración. MJ
Ya estamos en el norte. Todavía no llueve, pero lloverá, no lo duden. Mi madre (Patiña), cuando estuvo en San Sebastián trabajando de enfermera (1937), no vio el sol en varios meses, y siempre comentaba que nunca se le llegaron a secar los zapatos del todo, de tanto como llovía. Claro que ahora, con el cambio climático, quién sabe.
EliminarCreo que en breve daré noticias desde aquí, si es que la wifi funciona a motor, y no a pedales como parece. En cuanto a lo de Madrid... ¿una boda?, ¿una comunión?, ¿una jubilación?, ¿un cumple, tal vez? O... un sarao a secas.
La echaba en falta por aquí, MJ. Sus comentarios siempre son atinados, y es de las pocas personas que me descubre en las fotografías de algunos de los saraos a los que acudo, bastante tristes por lo general.
Muchas gracias, G.U. por sus palabras. La celebración tenía que ver con la XII promoción de Ciencias Biológicas. Mejor no hablar de años. Fuimos unos 50 y hubo alguien en la universidad que nos llamó "chicos" (en vez de "vejestorios"). Fue divertido. Me lo he pasado de maravilla. MJ
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