El hombre del sofá |
La misión de un gobierno no es tomar a una parte por el todo y gobernar exclusivamente para esa parte. Tampoco lo es hablar en nombre de todo un pueblo cuando apenas representa a la mitad de ese pueblo. Ni convertir los medios públicos de comunicación en el aparato de agitación y propaganda del régimen. Ni elaborar listas negras de malos ciudadanos a los que, en casos extremos, se pueda condenar al ostracismo y la inanición. Pasar del franquismo al pujolismo ha sido acceder a una democracia de muy baja calidad, que solo beneficia a los sicofantes del régimen y propicia, mediante el control social, el silencio de quienes piensan de otra manera.
Los esfuerzos de los nacionalistas por convertir Cataluña en una sociedad dividida, mezquina, ensimismada y pueblerina no deberían quedarse sin su justo castigo. El régimen es moralmente punible, y muchos de sus representantes deberían ser juzgados en un tribunal por haber envenenado moralmente a la nación que tanto dicen amar. Dudo mucho que asistamos a nuestro particular proceso de Nuremberg, pero por solicitarlo que no quede».
Mientras tanto, Javier Pérez Andújar sigue en buena forma tras el pregón. El rutinario discurso de CocoMocho (dentro del espantoso debate de política en el Parlament de Catalunya) nos lo relata así, con su ironía habitual:
CocoMocho pronuncia su discurso en el Parlament (6/10/2016) |
Y quizá sea señal de que se ha dejado de hacer política para dedicarse a hacer campaña. Al president Puigdemont no se le vio en todo el tiempo que duró su comparecencia porque en realidad es un presidente invisible. Era tan solo una voz lejana y monótona, que salía de un puñado de folios. Perfectamente mimetizado con el fondo de la mesa del Parlament a sus espaldas, no se le distinguía como presidente, como figura. Era una voz de megafonía llegada de una eternidad caduca que siempre ha estado ahí, y a la que se llama vieja política. Pero esto también es falso, la política ni es vieja ni es nueva, tan solo se transforma. Lo verdaderamente viejo de esta mañana eran los folios que leía. Lo que llevaban escrito. Pues decía Carles Puigdemont lo mismo que se ha dicho siempre, lo mismo que decía Pujol veinte años atrás en el mismo atril (pero a Pujol se le distinguía de la madera porque hacía política de autor, arte y ensayo del delito).
Una hora y tres cuartos de turismo y autobombo a modo información, a lo largo de la cual se alcanzó el surrealismo literalmente cuando fue destacado como gran acontecimiento una futura exposición en el Hermitage de San Petersburgo sobre el surrealismo en Cataluña. [...]
Javier Pérez Andújar |
Enlace: Información y turismo
Yo también creo lo que dice Ramón de España. En cuanto al discursito de CocoMocho, pues eso, cuentos de la vieja de ir por casa.
ResponderEliminarLeído el artículo de Pérez Andujar queda más que claro el motivo de los "procesistas" para contraprogramar su pregón de la Mercé. Les ha visto el plumero y eso, además de expresarse en castellano, no se puede consentir.
ResponderEliminarNvts