sábado, 15 de octubre de 2016

Polémica en torno a la "mona de Pascua"

Resulta ser que la Sagrada Familia, esa especie de "mona de Pascua" (como la llaman muchos de sus detractores) y que visitan unos ocho mil guiris cada día en Barcelona, no tiene licencia de obras por "silencio administrativo". Ahora, la alcaldesa Ada Colau quiere que se obtenga ese permiso de obras y cobrarlo. Hay que indicar que existe desde hace muchos años la intención de expropiar varias manzanas del Ensanche y derribar sus edificios (muy poblados) para así aumentar la visibilidad de la "mona" pero, mientras esté Colau al frente del Ayuntamiento, la cosa parece que no tiene mucho futuro. Es de suponer que esos vecinos la volverán a votar en los próximos comicios.

La Sagrada Familia desde la terraza de un hotel próximo al templo.
Fotografía: CARLES RIBAS
El expresidente del Patronato de la Sagrada Família y del Parlament, Joan Rigol, ha asegurado que la basílica carece de permiso de obra por el "silencio administrativo" del Ayuntamiento a lo largo de más de 100 años. En una entrevista este martes en TV3, ha considerado que, aunque es una anomalía, "no se puede achacar a la Sagrada Família porque ésta hace muchos años que lo pidió y van más de cien años de silencio administrativo". En ese sentido, ha ironizado que no se puede decir que se haya estado construyendo clandestinamante, sino que "se ha hecho a la vista de todos y la administración siempre ha callado". "Cuando hay silencio administrativo, se entiende que ese permiso existe", ha rematado Rigol.

Bueno, lo que se está haciendo allí —en lo escultórico y en lo puramente arquitectónico— tiene grandes enemigos, Gran Uribe y Oriol Bohigas entre otros. Lo que diga G.U. no tiene relevancia alguna, pero sí lo que dice Bohigas, un veterano arquitecto de gran prestigio, y queda expresado en el escrito adjunto, resumen de una entrevista que le ha hecho EL PAÍS. Al hombre le pilla mayor y ya no escribe sus siempre polémicos artículos, pero conserva la cabeza bien amueblada, aunque con su furibundo independentismo sobrevenido a veces parece que se le vaya un poco la olla.

Manifestación en contra de la obra del escultor Subirachs ("Subi"), autor de los grupos escultóricos de la Sagrada Familia y fallecido en 2014
«Se podría pensar que ahora, con buena parte de la Sagrada Familia hecha, ya no hay tiempo para intervenir. Pienso que, aunque para algunas cosas ya se hace tarde, el Ayuntamiento de Barcelona debería tener una información clara y precisa de lo que se está haciendo y cómo se está haciendo. La Sagrada Familia es la única obra de Barcelona que se está construyendo sin licencia. [...] Es necesario que el Ayuntamiento incida con fuerza ante la ciudadanía. No es admisible que se haya dejado la iniciativa en la junta constructora del templo. Se podría preguntar algo bien sencillo pero de sentido común: ¿dónde están los planos del proyecto? Los quieren enseñar, por favor?

Oriol Bohigas
Sigo pensando que, en su momento, se debería haber optado por preservar lo que sí hizo Gaudí, que es, precisamente, lo que casi no se podrá apreciar cuando el templo esté terminado. Seguramente, para cualquier arquitecto, era muy difícil interpretar a Gaudí y seguir con la construcción. Pasada la Guerra Civil, Barcelona ya tenía arquitectos capaces que habrían podido encontrar una propuesta radicalmente diferente, como Coderch o Sert, por ejemplo. Lejos de plantear una idea rompedora, todo quedó en manos de la jerarquía de la Iglesia. El resultado ha sido un disparate, porque no se puede calificar de otra manera que se haga una iglesia monumental en pleno siglo XX. Después, ya en democracia, nadie tuvo ganas de enfrentarse a la Iglesia.

El proyecto inicial de Gaudí ya está completamente perdido y los criterios de interpretación que hace la junta constructora son falsos, aunque lo hagan de buena fe. Y no sólo arquitectónicamente, porque lo que pretendía él con la Sagrada Familia era dar un servicio importante en la ciudad. Ante esto, nos encontramos ante un perímetro cerrado al que sólo se puede entrar pagando.


[Fotografía: granuribe50.blogspot.com.es]
Y es, además, inútil desde el punto de vista arquitectónico, urbanístico y social. Desde la arquitectura, porque la obra no responde a lo que pretendía Gaudí. Urbanísticamente, porque integra mal en el espacio urbano en el que se encuentra, y socialmente porque la prioridad de un conjunto arquitectónico y urbanístico tan importante como la Sagrada Familia es que responda a las necesidades de la gente. Y en este punto la realidad es estrictamente la contraria. En esta tesitura, plantearse, además, si se debe seguir adelante con el proyecto de la rambla de acceso que supondría una expropiación gigantesca, resulta otro disparate. Es de suponer que los nuevos tiempos sociales y económicos deben hacer más caso de las necesidades reales del ciudadano, de sus problemas fundamentales. Está claro que en Barcelona hay muchos problemas, y más urgentes, para destinar recursos públicos antes de que en la Sagrada Familia».



"Mona de Pascua", sí, y "gallina de los huevos de oro", también (para algunos). Acabar aquello seguramente costará un pastón, pero no se sabe si hay un presupuesto aproximado de cuánto; ¿quién pagará eso y qué compensaciones tienen las empresas que aportan dinero? Las obras para que el AVE pasara por allí al lado supusieron un sobrecoste bestial, pero no se sabe de cuántos millones de euros, de los que probablemente habría alguna especie de "tres per cent"; ¿cuánto pagó Madrit? El dinero para mandar a esa gente expropiada a la calle ¿de dónde saldría? El dinero que cobran los mercaderes del templo por entrar allí ¿a dónde va a parar? En fin, para qué seguir. Son cosas que G.U. ignora porque nadie las ha explicado claramente, quizá sea que "la respuesta está en el viento", como diría el premiado Dylan...


8 comentarios:

  1. Por una vez, y sin que sirva de precedente, voy a estar en contra de lo dicho por usted. Ninguna catedral importante del mundo ha sido hecha por un único arquitecto, y aunque Gaudí sea el número uno, los que le han seguido, sin nombre famoso alguno, también tienen derecho a dejar su impronta. Además, en casi todos los casos, han pasado décadas y hasta siglos desde el inicio hasta su conclusión, cambiando el rumbo de dichas obras en fondo y forma innumerables veces. Nada nuevo, como ve. También es cierto que es un edificio que tiene un aire de parque temático, pero como foráneo, las dos veces que he subido a sus torres, me ha encantado y, sin duda, ese templo es un verdadero icono de la ciudad. Habrá gente que se aproveche, como siempre, pero la ecuación se va a resolver con una X igual a mucho beneficio para ustedes. Lo que voy a decir, como no arquitecto frustrado que soy, igual tampoco tiene mucho valor, pero creo que Bohigas habla desde la envidia. Sus obras no las conoce ni su vecino, lo que tampoco es tan raro. Sin ir más lejos, a la Casa Bloc de Sert no va ni su padre; a la de Coderch en la Barceloneta era yo el único que la miraba y le sacaba fotos; de Sostres (mi preferido) no habla ni Blas,... Gaudí (su obra), aunque como sucedáneo, va a pagar el precio de su popularidad, que no es otro que el de la pérdida de la exquisitez reservada a los gourmets, y corre el riesgo de quedar en mera hamburguesa, pero con un pan riquísimo y una carne de primera, lo que tampoco está tan mal. Mateo M.

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    1. No entiendo esta frase: [...] "como no arquitecto frustrado que soy". Lo demás sí lo entiendo y puedo estar de acuerdo en algunas cosas, por ejemplo en su admiración por Sostres, un arquitecto riguroso y un maravilloso profesor de Historia del Arte, materia que antes era obligatoria en la carrera de Arquitectura y ahora ¡es optativa! También es un buen ejemplo de que no podemos valorar la calidad de un arquitecto midiendo solo su popularidad. No necesariamente los arquitectos más populares son los mejores y viceversa (no citaré a nadie para que no se me enfaden).

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    2. Ya me imagino que para proyectar un edificio o para poner un ladrillo encima de otro no es imprescindible saber quiénes eran Durero, Caravaggio, Velázquez, los impresionistas, etc. pero ¡hombre! parece que no estaría de más que un arquitecto (algunos con más suerte hasta diseñan salas de exposiciones y museos) supiera algo de todo eso.

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  2. Es que no soy arquitecto. Por eso, en vez de decir "arquitecto frustrado" (que conozco alguno) he puesto "no-arquitecto" frustrado, pues siempre me ha gustado la arquitectura (aunque acabé haciendo ingeniero industrial). Pero igual lo he embrollado un tanto y la prueba de ello es que usted no lo ha entendido. Mateo M.

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    1. Yo tampoco había entendido esa frase, aunque sí todo lo demás. Desde mi punto de vista, una de las cosas que menos le gustan a Bohigas de la Sagrada Familia (y a casi todos los arquitectos militantes en partidos de izquierdas) el sentido de la obra: una gran Catedral para Barcelona en el siglo XX-XXI. No le acaba de ver el sentido y yo tampoco (soy arquitecto de lo que podríamos llamar la generación de "alumnos" de Bohigas, pero no militante), lo reconozco. ¿Para quién es esa Catedral hoy? ¿Para los creyentes? No lo creo, valga la redundancia. Para los ciudadanos. Menos. ¿Para quién entonces? Uno de mis primeros recuerdos de mi remota infancia son las cuestaciones que se hacían en todas las iglesias de la ciudad para "las obras de la Sagrada Familia", lo que ha llegado a conformar una frase hecha muy utilizada en mi Barcelona natal: "dura más que las obras de la Sagrada Familia". En aquella época, la obra se sufragaba así y, en cierto modo, tenía sentido. ¿Qué pasa hoy? ¿Qué hay detrás de todo ello?. Creo interpretar que las críticas de Bohigas y las de muchos colegas "progres" van por ahí, con independencia del resultado formal del conjunto, que, por otra parte, me sigue pareciendo una descomunal mona de pascua. Pero eso ya es cuestión de gustos...
      El Tapir

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  3. Ah, y respondiendo al "no arquitecto frustrado", no creo que Oriol Bohigas -uno de los mayores admiradores de Gaudí, y seguramente uno de los mayores expertos en su obra- sienta envidia de Gaudí. Y respecto a los otros arquitectos que cita Mateo M (Coderch, Sostres...) soy un gran admirador de ellos, pero, en el campo de la arquitectura (y de otras artes), no siempre los arquitectos más conocidos o celebrados en su época son los mejores (creo que nadie que entienda algo de arquitectura dirá que Coderch o Sostres son malos). Y, por cierto, Gaudí, en su época, no gustaba a casi nadie...
    El Tapir

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  4. Yo soy profana en la materia, pero desde mi ingenuidad arquitectónica, la Sagrada Familia me parece una obra impresionante y nada más. MJ

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    1. ¡Ah! y también, que lo que dejó Gaudí forma parte de su obra. El resto, a mí me parece un pegote. MJ

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