martes, 18 de octubre de 2016

Duelo a 'primera sangre' en la Real Academia

Javier Marías, Arturo Pérez-Reverte y Francisco Rico, académicos de la RAE, formaban un trío de amigos peculiar, por tratarse de personalidades muy diferentes, aunque los une que los tres manejan la pluma con soltura. Los dos primeros (Marías y Reverte) incluso le han hecho aparecer a Rico como personaje en algunas de sus novelas, con gran satisfacción de este último por participar en esa especie de 'cameos literarios', en los que es tratado con cierto cariño y fina ironía, jugando siempre con esa condición suya de "erudito profesor" (o de "pedantón del carajo", como diría el padre de G.U.).

Ahora ese trío de mosqueteros se ha roto, ya que Pérez-Reverte y Rico se han enfrascado en una agria polémica que les ha llevado a retarse a un duelo a "primera sangre", pero esperemos que utilizando solo la pluma estilográfica como arma.

Arturo Pérez-Reverte (Alatriste) y Francisco Rico, duelo a "primera sangre" en la biblioteca de la Real Academia Española
            [granuribe50.blogspot.com.es]
Francisco Rico
Todo empezó con la edición del 'Quijote' para escolares que promovió Pérez-Reverte, una obra cuyos beneficios irían a parar íntegramente a las depauperadas arcas de la RAE. Para ello solicitó la colaboración de Rico, un auténtico especialista en el tema, para que permitiera utilizar la edición que realizó en su día, pero éste se hizo el sueco ya que no habría derechos de autor para él (ni para nadie). Reverte siguió adelante sin esa colaboración y la edición del Quijotillo ha acabado siendo todo un éxito en el ámbito educativo. A Rico no le agradó el resultado y emprendió una cierta campaña de descrédito hacia el autor y esa edición.

Sigamos. Con ocasión de una orden de la Junta de Andalucía que obliga al profesorado a «imponer en las aulas los “todos y todas”, “los madrileños y las madrileñas” y demás prevaricaciones por el estilo» (sic Rico), Pérez-Reverte quiso promover que la RAE mostrara su desacuerdo con esa orden, pero muchos académicos (Rico entre ellos, al parecer) se opusieron porque consideraban que eso era meterse en política. Entonces escribió "No siempre limpia y da esplendor", un duro artículo que molestó mucho al erudito profesor Rico.

Éste, a su vez, respondió la semana pasada en su artículo "Las académicas y los académicos"menospreciando públicamente el trabajo del "alatristemente célebre autor de best sellers" (sic) Pérez-Reverte,  tachándolo también de misógino y de insultar a todas las académicas de la RAE.

Hoy, tal como estábamos esperando, le ha respondido Arturo Pérez-Reverte, un sujeto de pluma afilada y cierta dosis de mala sombra, en estos crueles y un punto amenazadores términos:

Arturo Pérez Reverte
[...] «Desde que el Quijotillo académico vio la luz, Paco Rico se embarcó ante terceros, cada vez que tuvo ocasión, en una ácida campaña de desprestigio de la obrita y de quienes la alumbraron. Cualquier pretexto lo caza al vuelo. Cosa comprensible, por otra parte, habida cuenta de que el profesor, que asiste a muy pocos plenos de la Academia y sólo atiende en ella a lo que le conviene al bolsillo, ha hecho de su famoso texto cervantino, reeditado una docena de veces en distintos lugares con distintos patrocinadores y nunca gratis et amore, que yo sepa, un rentable medio de vida. Nada tengo que objetar, pues cada cual se busca las lentejas como puede. [...] Pero en el caso de Paco Rico, en mi opinión, eso ha terminado por hacerle creer que posee una especie de derecho exclusivo, o de propiedad intelectual, sobre las palabras Cervantes y Quijote


Y lleva fatal el intrusismo de quienes, aunque sea sin cobrar y para beneficio de la Academia, dentro o fuera de ella, interfieren en su negocio. Aunque, en este caso, la palabra exacta debe ir en plural: negocios. Quizá en otro artículo, más adelante, si es que el profesor Rico me anima a ello, pueda extenderme con espantables y jamás imaginados detalles sobre el asunto».






P.D.: Ha llegado la respuesta y "punto final" del erudito profesor Rico:



1 comentario:

  1. Uy, qué polémica más horrible entre esos dos escritores. Menos mal que parece que han puesto punto final.

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