jueves, 11 de septiembre de 2025

La inclinación del eje del mundo y Javier Marías

Hoy se cumplen tres años de la muerte de Javier Marías. Según interpreta G.U. de la lectura de un libro, del que hablaremos luego, estaba en Sant Cugat con su esposa y se trasladaron a Madrid para una operación, en teoría sencilla, en su maltrecha espalda (y se contagió presuntamente de Covid, algo agravado por su condición de fumador —esto lo deduce G.U.—). Lo que iban a ser unos pocos días días en Madrid se convirtió en una larga agonía, que acabó precisamente el 11 de septiembre de 2022. DEP.
Javier Marías en su despacho, ante su máquina de escribir Olivetti, Olympia Carrera de Luxe (2016)
 (Fotografía de Carlos Rosillo)
De lo que supone la muerte de un ser querido, una persona tan especial como él, nadie mejor para contarlo que Carme López Mercader, la que fue su esposa durante treinta años. Lo hacía en un librito que se publicó el año pasado por estas fechas, titulado Duelo sin brújula, el que cierra el catálogo de la editorial que fundó Javier Marías, Reino de Redonda. Esta página expresa bien el espíritu de esa obra:
Carme López Mercader, Duelo sin brújula, Ed. Reino de Redonda (Septiembre de 2024)
Aunque G.U. no le llegara ni a la solapa, Javier era una persona que le sigue siendo muy próxima y a la que aún echa en falta. Por generación (solo unos meses de diferencia de edad), por sus aficiones (aunque a él no le gustara nada la naturaleza, prefería lo urbano) y por su manera de ver el mundo.

Hemos publicado aquí muchas veces extractos de sus artículos, lúcidos y cultos. También hemos mencionado en ocasiones las muchas críticas que recibía por "cascarrabias" o por "facha" (¡facha Javier Marías!, lo que hay que oír...). Aunque este último adjetivo quizá se deba más bien a que en algunos de ellos, solo cuando trataba de política, se mostró muy abiertamente en contra del procesismo. Y, en la última época, también empezó a verle las costuras al gobierno actual del PSOE y a su jefe. [Ojo, se las vio antes al del PP, a Ánsar y a "M.R.", también a Zapatero y, of course, a Pablo Iglesias y su banda].
Algunas novelas de Javier Marías (Mala índole es una recopilación de cuentos)
Y con respecto a sus novelas, G.U. se ha zampado casi todas. Le atrapa ese estilo sinuoso, execrado por muchos y muy buenos lectores. Pues sí, este bloguero en general suele preferir la sintaxis sencilla, casi barojiana —por ejemplo, la que Marías emplea en sus artículos—. Pero esa prosa compleja de frases subordinadas y circunloquios le engancha también, de manera difícil de explicar. Y es que, en lo que respecta a la poesía y a la prosa, cuando le parecen buenas las acepta todas, si le atrae el tema que trata. Pero es cuestión de gustos, como en todo. No a todos nos gustan las mismas cosas. ¡Mejor! No le dieron el Nóbel y también mejor. Los que lo reciben se pueden llegar a inflar como pavos reales. 

Mucha gente —explica Carme— le comentaba que con un ordenador escribiría mucho más de prisa (él lo hacía con su máquina eléctrica). Pero su respuesta era siempre que no necesitaba para nada ese trasto, si lo que le gustaba era el acto de escribir, de corregir, de reescribir lo escrito, sin prisa alguna. 

En cuanto al contenido de sus novelas, Carme lo ha explicado en ese libro mejor que nadie, no en vano ella  figura en la dedicatoria de varias de ellas, incluso con hermosas frases alusivas a su relación.

«Hay gente que dice que siempre escribía el mismo libro. Yo tiendo a pensar que es gente que solo debe de haber leído uno, o tal vez ninguno.

Cada novela de Javier es muy distinta de las otras, ya se encargaba él de que así fuera durante los años que le llevaba escribirlas, aunque en una cosa sí tienen razón sus detractores: siempre hablan de lo mismo.

Del ser humano y los dilemas éticos y morales que al ser humano atañen; del secreto y la maldición que su conocimiento a menudo supone; de los propios límites y las íntimas decisiones de las que nadie se va a enterar; de la Traición, con mayúscula, pero igualmente de las pequeñas traiciones que cometemos, así como también de las que no son nuestras, pero vamos incorporando y cargando con ellas; de la lealtad, tanto la incombustible como la desechable; del sentimiento de amistad, incluso tras ver la mezquindad en el amigo; de todo lo que percibimos de los demás —y de nosotros mismos—, pero no queremos mirar, aunque nuestra mente sí lo haga; del poder sobre la vida o la muerte propias y ajenas.

Cosas tan difíciles de expresar, y a veces de elaborar, que mucha (muchísima) era la gente que le comentaba, por escrito o parándolo por la calle, que, al leerlo, se daban cuenta de que había reflejado exactamente lo que ellos pensaban y no sabían explicar».





Y ya que hablábamos de Javier Marías y de su aversión al procesismo, por ironías del destino falleció precisamente tal día como hoy. No despistarse: el 11 de septiembre siempre ha sido un día especial, con la ofrenda floral al héroe de la resistencia austracista Rafael de Casanova. Con mucho más mérito el pasado año porque corrió a cargo de alguien al que no se puede tachar de barsista. Vean:
[Fotografía: F.C. Barcelona / granuribe50]

2 comentarios:

  1. Genial entrada a Javier Marías.
    Comparto todo lo que dices sobre él.
    Salut

    ResponderEliminar
  2. No he leído todo Javier Marías pero sí seis o siete de sus principales novelas y espero seguir leyéndolo para completar mi conocimiento de su obra. Merecía el Nobel y estuvo propuesto a él. Tuvo importantes defensores en Alemania como el crítico Marcel Reich-Ranicki que difundió su obra de forma entusiasta y multiplicó sus ventas en el país germánico. Nuestro endémico desprecio por todo lo nuestro no sé si lo colocará en el lugar que corresponde, pero sin duda era el más grande novelista de los recientes, más allá del paisano Antonio Muñoz Molina y su costilla Elvira Lindo. Era un hombre de carácter difícil y un cascarrabias de pro, pero contribuía a elevar el nivel dialéctico de nuestro país. Ahora solo queda Pérez Reverte que era gran amigo suyo. Sentí profundamente su pérdida, no me lo podía creer cuando me enteré de su muerte. Tendría que haber escrito media docena de novelas más. Parece mentira pero ya han pasado tres años. Saludos.

    ResponderEliminar