martes, 30 de noviembre de 2021

El "governet" de los últimos de la clase

Barcelona, esta mañana / [Fotografía de Alfons Puertas (30/11/2021)]
¡Ay Señor, Señor! Confiemos que estos rayos del astro rey, que ha retratado tan bien Alfons Puertas esta mañana desde el Observatorio Fabra, en Barcelona, iluminen las cabecitas de nuestros mandatarios del governet de la Generalitat. En el caso que sigue nos referimos al vicepresident Jordi Puigneró (flamante "Ingeniero máster en Sistemas de Información y exsecretario de Telecomunicaciones y Ciberseguridad de la Generalitat", además de principal impulsor del satélite catalán "Enxaneta") y al conseller de Salut Josep Mª Argimón ("experto en colesterolemia y epidemiología"), dos inutilidades como tantos otros y otras que calientan poltronas diversas aquí, allá y acullá.
El vicepresident del governet (Puigneró) y el conseller de Salut (Argimón) en rueda de prensa
Por probar, no porque lo necesitáramos con urgencia, hemos intentado obtener el "certificado Covid" a través de la web "La meva Salut", de la conselleria de Salut. Nada, imposible acceder, después de que el jueves pasado se anunciara su obligatoriedad de un día para otro para entrar en ciertos lugares. Nos hemos de poner a la cola ¡para entrar en la web! ¡Fantástico! Y en el CAP (Centro de Asistencia Primaria) no quieren saber nada del asunto y se quitan las moscas de encima.

Y ahora el señor Argimón, además de culparnos por colapsar la web, tiene la jeta de culpar a la gente por ir a colapsar también los CAPs, porque todo el mundo tiene personas de su entorno ("una xarxa de familiars o amics", dice) que pueden imprimir en su casa el certificado si la persona que lo necesita no sabe o no puede hacerlo. Pero antes tendrán que conseguir entrar en la web, claro está. Tan malos son esos dos sujetos que hasta el MHP "niño barbudo" les ha tenido que llamar a capítulo a ambos; a Puigneró, el que alardea de informático, y a Argimón, ese cuyo mayor mérito es... el lacito en la solapa. 

Hay otras ineficacias de esa gente todavía peores, pero avui no toca. Tanto dinero invertido en embajaditas para los amiguetes o en pagar referéndums ilegales y tantas trabas impuestas a gente válida para que trabaje aquí (si no luce lacito amarillo) es lo que trae consigo.

Sigamos. Comentaba nuestro admirado y virtual amigo Francesc Cornadó el otro día en Convicción, vacuna y cena de empresa: «Se les colapsan las webs, no atienden bien, todo es precario, provisional y muy mal hecho y luego dicen que son los mejores y que deberíamos exportar nuestra excelencia al resto del mundo. Pero qué se han creído». 

No solo él ha visto el plumero a esa gente. El incansable Albert Soler, que trabaja en Diari de Girona, también le ha encontrado el punto a esa partida de inútiles que nos gobiernan. En otros temas casi nos da igual, viene en el pack de lo que han votado nuestros conciudadanos y tractoristas, pero en asuntos de educación y sanidad nos mosquea bastante. 

Veamos lo que dice el susodicho Soler en El mèrit de ser els pitjors. Lo ilustramos con las palabras de Argimón y una bromita de un tuitero acerca de lo "sencillo" que es entrar en la web de la Generalitat dedicada a menesteres sanitarios.

«No es fácil no hacer nunca nada bien, que todo sea siempre un desastre. Lo que está logrando el governet en Catalunya tiene mérito. Hasta la gente más incapaz, la más analfabeta, la más idiota, alguna vez, por azar, lleva a cabo algo sin error. El tipo más imbécil del mundo, un día hace algo bien, sin querer. De ahí, que lo del governet sea digno de elogio. Lo último ha sido colapsar la web de Salut al lanzar a los catalanes a por el pasaporte Covid con un solo día de margen, pero antes hizo lo propio con la web de los farmacéuticos al pretender regalar una mascarilla a cada catalán y, anteriormente, lo mismo, con las ayudas a los autónomos. Algún día han presentado un decreto sin firma ni fecha, de manera que el juzgado ha tenido que echarlo atrás. Se pierde la cuenta de las burradas. Qué difícil ha de ser equivocarse siempre, lo digo con sincera admiración.

Si cualquiera, en su trabajo, se propone hacerlo todo mal, va a fracasar. Por más empeño que se ponga en ello, en alguna ocasión algo va a salir bien. No en el governet, eso nunca. En Cataluña hemos reunido a los mayores expertos del bodrio, auténticos profesionales del fracaso, gente que ya nació con el don de no hacer nada bien en su puñetera vida. Por supuesto, no basta nacer con este don, se requiere trabajo constante para mejorarlo, que uno se despista un momento y acierta.
Palabras del conseller Argimón en twitter / "La meva Salut" y el "gestor de cues" (gestor de colas, activado para la ocasión).
»Después está el mérito de juntar a los mayores inútiles en el governet, por suerte el lacito amarillo que lucen facilita la elección y evita que se cuele ahí alguien levemente capacitado. Ello permite vislumbrar cómo sería una "republiqueta" a cargo de esta tropa. Estaríamos arruinados —más todavía, quiero decir—, enfermos, hambrientos, sin techo donde cobijarnos y tiritando de frío (esto ahora, en verano nos asaríamos de calor). Pero, ¿y lo que reiríamos? Moriríamos al poco tiempo, pero moriríamos riendo, que es una buena forma morir.

En casa, cuando vemos por la tele a un conseller anunciando pomposamente una nueva medida, apostamos sobre cuándo va a salir mal. No si va a salir mal, eso lo sabemos todos en mi familia, incluso el gato, sino cuándo. Qué risas. Lo mejor es cuando salen luego a disculparse sin disculparse, simulando que está todo bajo control. Y conteniendo la risa, con semblante serio. Como los grandes payasos. Qué buenos son los "jodíos"».

4 comentarios:

  1. Una frase que no me canso de repetir.
    Nos gobiernan los últimos de la clase.
    Salut

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  2. Nunca, como ahora, había habido en el candelero tantos políticos peores, también pésimos. MJ

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  3. Estos quieren que nos independicemos y que les sigamos a ellos, aseguran que así saldrá todo bien.
    Salud

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  4. Los mediocres se rodean de mediocres y así no quedan en evidencia entre los suyos, que son iguales. Lo sorprendente es que la mayoría que los sustenta no es capaz de salir del espasmo mental que lucen.
    Mateo M.

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