En voz alta y también por escrito. Por fortuna, hay todavía gente que expresa lo que muchos no nos atrevemos a decir o a escribir; o, aunque nos atreviéramos, ellos lo hacen mejor y a nosotros no nos leería nadie. Muchas gracias.
[...] «Me consta que a bastantes lectores les parezco un cascarrabias, y de
eso no me voy a defender. Pero también sé que a otros los "consuelo" o
"reconforto" con mis palabras, y que agradecen ver impreso lo que
ellos piensan y —me cuentan— no se atreven a expresar ni entre sus
amistades, por temor a ser rechazados si lo hacen. A eso hemos
llegado, sí: a lo más grave que le puede ocurrir a una sociedad libre
y democrática, porque es algo propio de las dictaduras: a tener miedo
de opinar en voz alta.
| Javier Marías en el despacho de su casa / EL PAÍS | Yo estoy seguro de no tenerlo,
porque poco puedo ya perder. Si me brean en las redes, me da igual,
porque no me entero y no existen para mí; si en este diario dejan de
publicarme un artículo o me lo intentan censurar un día, me iré sin
más; si se hartan y prescinden de mí, qué se le va a hacer; si caigo
fatal a políticos, yo no me trato con ellos; si los lectores no me
aguantan unánimemente, me percataré de ello y me retiraré. Les guardo
gratitud infinita a los que me han tolerado hasta hoy, y también a los
directores de EL PAÍS que me han permitido utilizar esta tribuna. En
fin, lo único que me cabe aducir es que siempre he escrito lo que
pensaba y no lo que “quedaba bien”. [...]
No tengo
en cuenta las siglas, sólo los hechos y las declaraciones de cada
individuo. Si eso hoy resulta insoportable, más me vale callar. O no,
y hacerme, cada domingo, más y más insoportable para quienes aspiran a
una prensa monolítica y más igual a sí misma de lo que ya lo
es».
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Amigo Granuribe, el tiempo y la experiencia nos otorga una cierta patente de libertad de opinión, por lo menos de soltarla de palabra. A mi calvicie añado unas pocas canas que me ayudan a perder el miedo.
ResponderEliminarAcertadísimo Javier Marías.
Salud.
Hemos visto muchas cosas y nos tenemos bien ganada la libertad de opinión. No puedo evitar que a mis años me sulfure ver "los mismos perros con distintos collares", la repetición de algo "déjà vu!", revestido ahora con aires de novedad y progresía.
EliminarAun dándole la razón a Javier Marías, uno de mis novelistas predilectos, uno es consciente de que ese hablar sin miedo tiene límites muy claros, hay muchos tabúes políticos que no se pueden abordar sensatamente sin que el que opina sea arrojado en la letanía de lo incorrecto. Digamos que Marías habla sin rozar el límite, y lo hace bien.
ResponderEliminarEstoy un poco hartos de esas etiquetas que veo tanto en twitter (al que me asomo de tanto en tanto), que en general tienden a tildar de carcundias, cuando no de nazis o facciosos, a gente que no creo que lo sea en absoluto: El Roto, Trapiello, Reverte, Marías, etc. Me aburre tal simplificación y el que se mande a la hoguera a gente por el solo hecho de decir lo que piensa, cuando no se ajusta a los cánones establecidos.
EliminarMi edad me permite decir lo que me apetece, tanto si es para criticar a unos como a otros. MJ
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