lunes, 6 de marzo de 2017

El TBO cumple cien años (1)

Como ya saben ustedes, estos días cumple cien años el TBO. ¡Qué grandes momentos! Josechu el Vasco, de Muntañola; El profesor Franz de Copenhague, de Sabatés; La familia Ulises, de Benejam, y tantos otros personajes...

Josechu el Vasco / [Muntañola / granuribe50.blogspot.com.es]
El profesor Franz de Copenhague, de Sabatés
La familia Ulises, de Marino Benejam
TBO dio luz con su buen rollo a la infancia de Gran Uribe. Viendo ahora estas imágenes encontradas en Google le sucede como con la magdalena de Proust, ya saben; muchos recuerdos de entonces le sobrevienen a uno y, ahora que tiene la lágrima más fácil, se emociona que ni les cuento. Le pasa también con ciertos olores, pero con éstos lo tenemos más crudo porque no hay manera de encontrarlos en Internet. 

Como decía Juan José Millás hace unas semanas: «Si los olores se pudieran reproducir a gusto del consumidor, ya tendríamos en el móvil una aplicación con la que recuperar los olores de la infancia. Digo los de la infancia porque la memoria olfativa posee la capacidad increíble de reconstruir el escenario en el que los percibimos por primera vez. El otro día, en una farmacia donde todavía preparan fórmulas magistrales, me llegó desde la trastienda un olor a aceite de almendras amargas que llevaba años sin llevarme a la pituitaria. De súbito, se me apareció el salón de mi casa de entonces. Mi madre se encontraba sentada en un extremo del sofá y yo tenía apoyada mi cabeza entre sus piernas, ofreciéndole el oído para que me echara unas gotas de ese aceite que me había prescrito el otorrino.[...]
–¿Qué desea? –me dijo de repente el farmacéutico.
Cuando salí de mi ensimismamiento le dije que quería lo que estaban fabricando en la trastienda, fuera lo que fuese». [...]



Además del TBO entraban en casa otras historietas a las que también llamábamos tebeos: las "Hazañas Bélicas" (las dibujadas por Boixcar, que era el mejor de todos); "Roberto Alcázar y Pedrín; "El guerrero del antifaz", y otras, pero aunque todas ellas eran de aventuras bastante más exóticas —un poco en línea con las películas que veíamos en el cine Adriano—, para nosotros eran también tebeos. También rondaba por allí, como ya hemos comentado muchas otras veces, Emilio Salgari, claro.


Más tarde, ya con el primer pantaloncito largo (a los 14 años o así), tuvimos acceso a las impagables novelitas rosas de Corín Tellado y a las del oeste: las de Marcial Lafuente Estefanía y también las que firmaba un misterioso Silver Kane, que muchos años después supimos era el nombre tras el que se ocultaba el gran Francisco González Ledesma. En una especie de librería de Hostalets de Balenyà —el locus amoenus donde pasábamos el verano— nos vendían la primera y después las íbamos canjeando por otras, tras pasárnoslas de mano en mano y comentarlas entre hermanos. Estaba bien aquello... Y a su modo, era literatura ¡qué puñeta!


3 comentarios:

  1. Soy un forofo de los TBEOS.
    desde muy jovén comencé a adquirir dibujos a Giralt (el que más tiene de ellos) y al Mallafré, el de la librería de la calle Canuda, que está al lado del Ateneo y que hoy es Zara.
    Pondré el 11 un original curioso de Benejam, (Familia Ulises) cen portada y por la parte posterior para que se sepa como se tenían que poner los colores, y también el original de la revista, pero el 12 pondré otro aún más curioso, un original de TBO pintado al oleo de Benejam , una prueba que no salió bien porque era muy cara y compleja , y era mejor hacerlo de la manera tradicional.
    Un abrazo
    Salut

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    1. Muchas gracias. Estaré atento a esas entradas de su blog.

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  2. Los de mi edad recordamos el TBO que nos compraban los domingos y que dio nombre a las publicaciones infantiles de entonces, todas ellas eran tebeos.
    Algunas de sus historietas también trascendieron, por ejemplo, cuando alguien tenía una idea peregrina, decían que parecía un invento del TBO o cuando alguna familia era estrafalaria o le pasaba algún desastre se la comparaba a la Familia Ulises. Acompañó durante muchos años como para olvidarlo.

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