viernes, 16 de septiembre de 2016

La historia se repite hoy

Antonio Elorza es un antiguo militante comunista de primera hora y actualmente catedrático de Ciencias Políticas en la Universidad Complutense de Madrid, donde ejerce su trabajo con inteligencia y sensatez, no como otros. Ayer escribía en El País un artículo sobre el que vale la pena detenerse un momento porque contiene cosas interesantes con las que es difícil no estar de acuerdo. Dice, entre otras cosas:

Antonio Elorza / Fotografía: Sur
—“En nuestra historia contemporánea, las crisis de régimen han venido precedidas de períodos en que al malgobierno se sumó un profundo desprestigio de los gobernantes ante la opinión pública”.

—“La historia se repite hoy, con el agravante de que lo que se encuentra en juego no es el régimen, sino la supervivencia del Estado. Lo ha puesto de relieve Puigdemont, al hacer el llamamiento a la Diada. El vacío de gobierno que vive España desde diciembre, el desplome en la apreciación de las instituciones estatales, el lastre de la corrupción, configuran una inmejorable estructura de oportunidad política“ para los separatistas.

—“Podemos sí que ha hecho, y mucho, para agravar el riesgo de fractura. Ha sabido utilizar en beneficio propio la confusión entre independentismo y autodeterminación. [...] Así, con el plus de disfrazar autodeterminación de “derecho a decidir” [un inciso de G.U: vean cómo explicaba Víctor Cucurull el invento], el objetivo independentista queda encubierto y se maximiza la captación de indecisos hacia el mismo, en tanto que los propios independentistas resultan amputados de sus componentes menos radicales. [...] Proponer, como Ada Colau y los propagandistas de Podemos, que todos los componentes actuales de España se autodeterminen, para luego volver a reunirse los que quieran, es algo que puede solo verse como un delirio de destrucción. [...] Si el objetivo es destruir España, vale, pero resulta antidemocrático, porque tal cosa sería el desmantelamiento de un Estado de derecho”.

—“No ha existido persecución alguna de un autogobierno desde el cual se lleva a cabo, no una “desconexión”, sino un proceso de sedición. Lo ocurrido desde 2012 es un ejemplo de cómo la Generalitat ejerce un monopolio de poder sobre la sociedad catalana, donde únicamente resulta lícita la opción secesionista. [...] Ha vulnerado las reglas de la democracia al tener lugar desde un Gobierno autónomo y constitucional, con una proyección forzosa, de signo homogeneizador, totalista, en la sociedad. Los catalanes constitucionalistas no son ciudadanos, sino un obstáculo. Conviene tenerlo en cuenta”.

Acaba su artículo haciendo una llamada a buscar la solución al problema en un estado federal. Bueno, eso está por ver, al menos para los burros (como Gran Uribe) que no aciertan a vislumbrar una gran diferencia respecto a lo que tenemos ahora, ni intuyen las grandes ventajas que nos reportaría a todos lo que proponen Elorza, bastantes politólogos y  algunos políticos. Pero eso quizá sea porque ninguno de ellos se ha parado todavía a explicárnoslo claramente.



2 comentarios:

  1. Es que eso del estado federal, además de ser un camelo, para los nacionalistas sería el paso ideal previo para conseguir sus propósitos de forma templada y supuestamente democrática. La complacencia con los nacionalistas solo sirve para agravar el problema, pues se crecen con ella. Además, como mecanismo básico, ellos se sienten agraviados por el resto del país, aunque en desagradable sinécdoque focalicen al "enemigo" en "Madrid", pero no tienen reparos en agraviar a los diferentes dentro de sus propias comunidades. Como simple ejemplo, el otro día, el rector de la Universidad del País Vasco decía querer a los mejores profesores, pero añadía a continuación que no iba a contratar a ningún castellanohablante más, dándole igual si así despreciaba a más de la mitad de la población vasca. Y así todo. Imagínense que esta gente ostente todo el poder...
    Mateo M.

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    1. Pero alguna solución habrá que buscar. A mí no me parece mal lo del estado federal. Si lo que quieren es ser una nación y todo eso, que a mí, con perdón, me suena a mandanga, pues que lo sean dentro de un estado federal. No sé, puede que no sea así. Acabo de estar unos días en Múnich y ahí eso se gestiona bastante bien. Los "Länder" son una cosa y Alemania, otra. Los más ricos aportan para los más "pobres" y ya está. MJ

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