La CUP ha sido alcanzada por fuego amigo

Gran Uribe siempre pensó, en línea con las aportaciones de Tot Barcelona, Mateo M., MJ y El Tapir, que Jordi Bilbeny y los estudiosos de l´Institut Nova Història no tardarían en mostrarse muy dolidos por la rocambolesca propuesta de la CUP de sustituir a Colón por algún indio esclavizado, dado que —según ellos— era catalán y, como tal, ejemplar e incapaz de esclavizar a nadie (ya que los perseguidos y esclavizados han sido los catalanes por parte del imperialismo español).

Como señala Ramón de España, siempre tan destructor:

[...] «No se saldrán con la suya porque hasta Pisarello [vicealcalde de Barcelona] se da cuenta de que es una memez, pero lo más relevante del asunto es que la CUP ha sido alcanzada por fuego amigo: esa fábrica de patrañas que es el Institut de Nova Història, por boca de Jordi Bilbeny (el otro sabio, Víctor Cucurull, aún no se ha manifestado), ha puesto el grito en el cielo ante la propuesta, ya que, como todo el mundo sabe, Colón era catalán (como Teresa de Jesús, Cervantes o Elvis), y a un catalán no se le baja de la peana así como así». [...]

Enlace: CUP vs Nova Història: lucha de titanes

En efecto, buceemos un poco en la nueva aportación de Jordi Bilbeny referida al descubridor de América, en la que queda justificado el monumental cabreo que tienen en ese Institut porque la CUP exija suprimir la estatua de Colón:

El 'historiador' Jordi Bilbeny

«Si en España ya molestaba la historia medieval catalana, mucho más la irritaban las gestas navales producidas en todo el mundo a lo largo de los siglos XV, XVI y XVII. Y se las apropió. El caso más flagrante es el de Cristóbal Colón, un militar, político, humanista, escritor y científico barcelonés, miembro de la casa real catalana y pariente de los condes de Urgell, que hoy pasa por un pobre plebeyo genovés, con el consentimiento inaudito de nuestro mundo académico e intelectual.

Contrariamente a lo que se cree, Colón no fue esclavista, sino que luchó con todas sus fuerzas para evitar que los indios fueran esclavizados y trabajó hasta la extenuación para que fueran tratados como súbditos de los reyes, con los mismos derechos que los catalanes.

¿Se quiere convertir en un símbolo de criminalidad y esclavismo a un hombre que luchó por las libertades y la justicia de Cataluña, que puso su vida en peligro guerreando más de diez años contra Juan II, que le fueron confiscados los bienes, que tuvo que vivir en el exilio a causa de su actitud revolucionaria? ¿A qué tipo de caricatura de la inteligencia hemos llegado? Nuestros antepasados se dieron cuenta de la importancia que tenía nuestra historia en la configuración de una mente sana y de una actitud justa. Sabían que [los españoles] nos la habían escondido y falseado, pero en 1888, aprovechando la Exposición Universal de Barcelona, quisieron explicar al mundo que Colón era catalán.

Construcción del monumento a Colón (1888)

Aquellos hombres hicieron levantar el monumento para que el mundo viera lo que la Inquisición, la censura, la persecución intelectual, la confiscación de bibliotecas, la quema de libros y la reescritura global de nuestro pasado intentaron obliterar para siempre de nuestra conciencia colectiva: que Colón y los primeros descubridores de América eran catalanes. Intentaron poner en pie la estatua más alta del mundo, como Gaudí hacía con su Sagrada Familia, para que nuestra Historia, nuestra cultura y nuestra gente dejara de estar genuflexa y humillada. Las voces que ahora se oyen pidiendo que se retire este símbolo catalán, ¿han pensado bien en qué parte de la historia hay que enmarcar su petición?

Abolir, derribar, ocultar, borrar son las ideas fuerza, las ideas clave de los enemigos de todo pensamiento, de toda cultura y de toda libertad. Sin información, no hay ideas; sin ideas, no hay pensamiento; sin pensamiento está el dogma.

El debate sobre el monumento de Colón debería ser la gran oportunidad de los catalanes de hoy para derribar la desinformación, el dogma y el lavado de cerebro y preservar, más allá de toda intoxicación y uniformización inquisitorial y estatal, la información, la luz, las ideas y el pensamiento».

Enlace: Cristòfor Colom i el respecte al coneixement