Cinco trabajadores de DESOKUPA posan junto a su jefe |
Existe una modalidad de okupas, diferente a la habitual, que se ganan muy bien la vida del siguiente modo: resulta que hay bandas de sujetos que entran en pisos y chalets, cambian la cerradura y allí se instalan hasta que llega el dueño y se encuentra con la casa tomada por estos "ocupas" (sin K, así los llama la policía). Desde ese cambio en la puerta, la casa es ya inviolable y si el propietario entra allí incurre en allanamiento de morada, como es sabido. Meterse en líos judiciales para recuperar lo que es tuyo es largo y costoso, además de que no garantiza el éxito, por lo que muchos de los afectados se ponen en contacto con una empresa especializada en estos asuntos —DESOKUPA —para que negocie a la baja con los invasores, poniendo unos cuantos miles de euros encima de la mesa. El 'secuestrador' negocia, claro, cobra su dinero, se va y ocupa la casa de al lado, cambia su cerradura y vuelta a empezar.
Lo cierto es que la empresa en cuestión se está forrando porque es muy eficaz, gracias sobre todo a la imponente presencia física de sus empleados (matones de países del este, por lo general) altamente disuasoria, que ayuda a resolver rápido el caso aunque haya discrepancias en el precio de la liberación. En fin, el propietario paga a los ocupas (a través de DESOKUPA, que ejerce de intermediario) y recupera su casa, aunque debe financiar también el alquiler de un camión para que se lleve los bártulos de esa gente, que se marcha tan contenta con la música a otra parte a realizar su siguiente negociete. En resumen: si usted se encuentra en esa situación, recomendamos confiarse a DESOKUPA, gente seria.
[Ojo, el tema no es menor, porque el movimiento okupa goza de buena protección jurídica y, últimamente, también política (con la llegada a las instituciones de partidos que los tienen en su frontispicio, algunos con fines electoralistas). Por esa rendija parece ser que se han colado mafias diversas que están utilizando la cobertura legal para hacer sustanciosos negocios, tal como refleja el artículo de EL PAÍS.
En uno u otro caso, que le quiten a uno la casa y no pueda hacer nada para recuperarla, y encima quede como un facha o un podrido capitalista si lo intenta, no tiene puñetera gracia. Palabra de Gran Uribe, que no desea verse en esa situación].
Daniel Verdú nos lo cuenta mucho mejor que el susodicho G.U. en EL PAÍS, y acaba preguntándose, en boca de una vecina, por qué la ley no puede actuar rápido y hay que recurrir al sector privado ('empresas' —por llamarlas de alguna manera— como la citada más arriba) para recuperar la propia casa.
En uno u otro caso, que le quiten a uno la casa y no pueda hacer nada para recuperarla, y encima quede como un facha o un podrido capitalista si lo intenta, no tiene puñetera gracia. Palabra de Gran Uribe, que no desea verse en esa situación].
Daniel Verdú nos lo cuenta mucho mejor que el susodicho G.U. en EL PAÍS, y acaba preguntándose, en boca de una vecina, por qué la ley no puede actuar rápido y hay que recurrir al sector privado ('empresas' —por llamarlas de alguna manera— como la citada más arriba) para recuperar la propia casa.
Enlace: Secuestradores de casas
¡Caramba, señores Uribe y Tapir! No sabía que ustedes se dedicaran a desokkupar inmuebles secuestrados. Lo tendré en cuenta por si algún día necesito su ayuda, que Dios no lo quiera.
ResponderEliminarCon lo alto que es usted, G.U., parece bajito al lado de esos trabajadores.
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