Javier Marías (Fotografía de Jordi Socías) |
[...] «Esta clase de delirio, de imprevisión absoluta, parecería difícil que se diera colectivamente. Y sin embargo asistimos a uno de estos extraños casos clínicos. Rajoy y su Gobierno han sido estos avasalladores durante cuatro años de mayoría absolutísima. Han despreciado a todo el mundo y no han atendido a las razones de nadie. Ni de los otros partidos ni de la ciudadanía. Ni de los médicos y enfermeros ni de profesores y estudiantes. Ni de los jueces y fiscales ni de los parados y pobres. Ni de los comerciantes ni de las clases medias. Han impuesto leyes injustas y recortado derechos y abusado fiscalmente, han desahuciado a mansalva mientras inyectaban dinero a los bancos. Su partido ha practicado la corrupción enfermizamente. No han dado explicaciones de nada y han menospreciado al Congreso.
No digo que, contra toda cordura, no les toque seguir gobernando si no hay otro remedio. Lo que no pueden hacer es cruzarse de brazos, no pedir disculpas ni rectificar mil medidas, no hacer concesiones infinitas a cambio de unos votos o abstenciones. Y el PSOE, dicho sea de paso, tampoco puede cruzarse de brazos y no aplicarse con los cinco sentidos a exigírselas: me refiero a las disculpas, las rectificaciones y las concesiones. Así da la impresión de que estemos, los ciudadanos, en manos de engreídas, estúpidas estatuas».
Javier Marías, Engreídas estatuas, EL PAÍS SEMANAL (25/9/2016)
¿Será que en Galicia a la gente le gustan las engreídas estatuas? Si no, no me lo explico. En Euskadi, ha sido muy diferente. Serios, pero respetuosos y educados.
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