Y a los demás, a los que no tenemos nada de lo que presumir ¿qué nos queda? Fácil: aplaudir a rabiar las notificaciones recibidas de los 'amigos' o, si esa página está abierta, fisgonear a ver qué se cuece, y envidiar o mofarse, según el caso.
En esa tesitura, ha visto Gran Uribe a qué se ha dedicado el último inquilino de la casita de Cala Bassa (después de haber presionado a saco para bajar el precio de la estancia). Pues bien, ese tipo ha frecuentado todos los restaurantes de lujo, beach clubs (con 'cama balinesa' incorporada) y discotecas que imaginarse uno pueda, retratándose en cada uno de ellos con su señora, bastante espectacular también. En cambio, en la casa, ni una puñetera foto. No sé, no sé, quizá no la consideraba suficientemente presentable para los amigos y conocidos. ¡Qué frustración! Pero hoy ha escrito un comentario laudatorio en la web de viajes Tripadvisor, y eso vale su peso en oro. Además, ha enviado un SMS diciendo que quizá vuelva el año que viene. Veremos, ya que si encuentra algo un pelín más espectacular a igual precio...
Sin embargo, no parece que ese sujeto haya accedido nunca a las salas VIP de esos lugares, allí donde se va discriminando en función de la pasta que tenga uno. Quizá los sistemas informáticos de que disponen en esos antros, de los que se habla en el artículo adjunto, han detectado que se alojaba en una casa de medio pelo, con su piscina para gente pequeña.
[...] «Los comunes de los mortales, esas hormiguillas que apenas son manchas desde el ´Top of the world´, podrían ser alguien si se gastaran más de 1.500 euros al día. En el hotel Hard Rock, de Ibiza, disponen de una aplicación informática que detecta ese dato y a los big spender (gente importante muuuyy gastadora) que se lo pueden permitir, según detalla Manuel Reina, guest service manager del establecimiento, que dirige un equipo de cinco personas para atender a superricos.
VIP 2 (blogger) en la 'Suite Presidencial' de Ushuaïa Tower |
Su sistema informático salta si, por ejemplo (y tal como ha sucedido en las últimas semanas), alguien desconocido para el hotel («del que solo han oído hablar en su pueblo») contrata la suite presidencial (7.000 euros la noche) durante varios días y, además, «se está gastando un dineral», según cuenta Reina. «Aunque no esté conceptuado como VIP se le empieza a tratar como tal desde entonces», añade. Por ejemplo, la suite presidencial da derecho a disponer de sendas camas balinesas reservadas todo el día en la piscina y en la playa. Las ocupe o no, siempre están a su disposición». [...]
Hay una tendencia, que ya sé que tiene nombre en inglés pero no lo utilizo, que consiste en mostrar a la galería una parte de lo que se hace. Cada uno a su nivel, bajo, medio o alto, y los "amigos" ponen "me gusta" o no. A mí que me perdonen, pero me parece una horterada, debe de ser que no entiendo. O que me estoy fosilizando definitivamente. MJ
ResponderEliminarUna horterada y una tontería supina, Debe de ser que yo tampoco entiendo
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