sábado, 9 de julio de 2016

El trilero Mas quiere enterrar la sardina (CDC)

En efecto, nos guste o no la idea (Gran Uribe está encantado) Mas ha vuelto, y lo ha hecho para quedarse, aunque la rentrée haya sido un tremendo fiasco. Pero no inquietarse, nuestro renacido Artur tirará de trilero  y se le ocurrirá algo.

Al mismo perro le quieren poner un collar nuevo, y Mas hizo como con la pregunta del 9N: dedicar su tiempo a inventarse el nombre del nuevo collar en soledad (con la ayuda del publicista Vilajoana). De esa "tormenta de ideas" a dos bandas salió Més Catalunya (Mas Cataluña) y Catalans Convergents, que más que nombres son epitafios del prusés.

El primero de ellos contó, incluso, con una propuesta gráfica de G.U., con la imagen del timonel luciendo cuatro deditos y una ambigüedad: ¿+ es Mas? Pero parece que a la parroquia nacionalista no le gustó el asunto del bautismo y se puso a patalear como endemoniada al oír los nombres y ver la poco brillante propuesta gráfica presentada.

Algo de esto nos lo explica la mar de bien Daniel Verdú en EL PAÍS:

«No es miércoles ni hay ceniza. Tampoco está claro si empieza o termina el carnaval político para CDC, pero el partido se reúne para enterrar a la vieja sardina. Cambio de nombre, colores y siglas. Pero el pasado es tozudo y en las tres primeras filas están los mismos de siempre. Solo el president Puigdemont, a quien nadie aquí es capaz de situar en este friso de tiempo —¿es futuro o es pasado?—, aporta el desconcertante elemento espacio-temporal en un auditorio encanecido [?]. A partir de aquí, comienza el entierro a puerta cerrada. Dentro, sucederán cosas muy extrañas.

Desde el pasillo, es tentador recurrir a Lampedusa y al gattopardismo para explicar este congreso con aquello de “que todo cambie, para que todo siga igual”.

A todo esto, CDC seguirá como estructura jurídica casi metafísica comentan en los pasillos. Una especie de banco malo donde volcar marrones: corrupción, malos rollos... Un zombie, en suma. Porque a las 18.30 termina su entierro. Un partido y 42 años finiquitados. Aplausos.

[Mas / Vilajoana / G.U.]
»Hasta las 21.00 el nuevo partido no nacerá. No hay nombre ni estructura. Le han pagado a una agencia para que invente algo brillante. Pero cuando la gente descubre que no hacía falta tantas alforjas para este viaje —la ocurrencia es Catalans Convergents i MésCatalunya—, se monta el escándalo. CDC se convierte en la CUP y decide no decidir acosada por el guirigay. 

Lo que sigue es un fenómeno paranormal: sus viejos integrantes quedan suspendidos sine die en un limbo entre dos partidos. Sin nombre y con un carné caducado hasta que a la dirección se le ocurra algo. “Ahora sí que no somos nada”, lamenta un militante palpándose la acreditación».



2 comentarios:

  1. Bueno, seguimos en la línea de la gilipollez profunda. Si esto se le contara a alguien así, sin nombres, solo diciendo lo que hacen y lo que consiguen, no se lo creería. Yo ya no oigo comentarios al respecto en ningún sitio. Muy significativo. MJ

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  2. Un retorno cantado, y la feria del disparate, uno tras otro, o juntos y revueltos. A mí también me tienen harta, saturada... No encuentro calificativos para tanta gilipollez.

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