Circula estos días por las redes tipo WhatsApp y, como a G.U. le gusta a Barcelona y no sabe dónde guardar el vídeo, mejor lo cuelga aquí y aquí se queda, si no lo eliminan. Es una amplia colección de fotografías antiguas de la ciudad de Barcelona, la mayoría tienen un siglo más o menos.
Aquí se pueden ver edificios muy conocidos que debían de acabar de construirse, paseos y avenidas casi sin coches, se ven carros y animales; en fin, no diremos que nos provoque nostalgia, porque no vivimos aquello, pero sí que son imágenes que agrada ver a muchos de los que nacimos aquí y seguimos amando esta ciudad. En la mayoría se indica lugar y fecha, y la música es discreta, algo de agradecer. Es un poco largo, pero nadie nos obliga a verlo entero de una vez...
De la Barcelona de antes, a mí me hubiera gustado que restauraran el estadio de Montjuic tal como estaba de origen (el segundo de más capacidad es su tiempo). Me fascinaba que estuviera abandonado en un país en el cual no había ningún estadio de atletismo de alta capacidad. Luego, para los Juegos, hicieron el típico ejercicio de fachadismo y se cargaron todo menos el perímetro exterior. Para mí, una pena y eso que no soy de allí.
ResponderEliminarMateo.
Sí, dejaron la fachada, que es lo más discreto que tenía ese estadio.
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ResponderEliminarMATEO:
Viví entre las paredes de ese estadio, el de Montjuïc, donde se hacinaban dentro del mismo, en los años 40/50 y 60, multitud de familias buscando cobijo.
Nuestra chabola divisaba absolutamente todo aquel entramado.
Can Valero Petit.
Recuerdo que cuando se filmó la Gran Esperanza Blanca, dentro del estadio, había muchas personas haciendo de extras, pero también monigotes de cartón que quedaron allí durante mucho tiempo como testigo de aquello.
En aquel tiempo ya no se usaba como recinto de viviendas, pero su estado interior, con respecto a las duchas y servicios, eran lamentable, pues no había más que una ducha general sin agua caliente.
Aquello era de ruina total.
Otra cosa que pocos saben, no ha salido en ninguna parte pero los que vivíamos por allí lo sabíamos porque lo escuchabamos, era que no se volvió a competir dentro de aquel estadio en atletismo porque la cuerda del tartam que rodeaba la pista estaba mal calculada, de manera que en el 1929, cuando se innauguró, no se batió ningún record.
Si se competía en otros deportes, incluso en los cien metros, pero no en carreras largas, ni por parejas.
Salut
Estimado Tot:
EliminarAprendo que el estadio no estaba en desuso, sino en desuso deportivo. Ahora mismo sé que casi cualquier cosa se puede recuperar, y estoy convencido de que aquel estadio podría haberse recuperado mejor de lo que se hizo. Por ejemplo, cuando estuve en Alemania visité la casa de Alberto Durero, que había sido machacada en la Guerra, pero que lucía perfecta cuando yo estuve. Si se quiere, se puede. Otra cosa es que es más fácil tirar que restaurar y así vamos perdiendo patrimonio constantemente. No es sólo un problema nuestro. Los mismos ingleses, incomprensiblemente, tiraron Wembley, que tenían que haber convertido en el museo de fútbol mundial (aprovechando que allí ganaron su Copa del Mundo, entre otras cosas). Es mi forma de ver las cosas, en que creo que lo del pasado no es lo mejor, pero sí que hay que salvar lo mejor del pasado. En fin, gracias por tu apunte.
Mateo.
Es bueno recordar. Un beso
ResponderEliminarA mí me gusta hacerlo. Eludir el recuerdo no es una opción para mí, en ningún caso.
EliminarEsa Barcelona, es mejor olvidarla, chabolas, explotación en las fábricas, insalubre, diferencias sociales abismales. En los sesenta, nada más llegar, mi primer trabajo trasladar alquitrán calentito en cubetas, las quemaduras eran continuas. Luego ya me espabilé.
ResponderEliminarSaludos.
No tengo ningún ánimo de olvidar cómo era Barcelona antes. Cada cosa tiene su tiempo y yo no deseo obviar lo que era antes, aunque respeto quien lo haga.
EliminarSaludos.
Pues a mi me resultan preciosas estas fotografías, el pasado no siempre fue esplendoroso, ni tiene por qué serlo, hay que aceptarlo tal cual, con sus luces y sombras. Meencantan esas enoorme y rectas avenidas ya entonces, en Barcelona nunca he sentido el agobio que siento en Madrid, supongo que tiene mucho que ver el diseño de la ciudad. El final del siglo XIX se debate entre la realidad y la utopía. Barcelona priorizaba la cara amable del triunfo burgués escenificándolo a través del Modernismo, entregándose optimista a la creación de un escenario ficticio (la Exposición Universal de 1888) donde representar su ascenso al Olimpo Urbano. ¿ La gente vivía dentro de Montjuït? ... ¿antes de la exposición, queréis decir ? Madrid, sin una burguesía tan aparente, padecía las consecuencias de una inmigración descontrolada y, huyendo de sí misma, inventaba una utopía urbana que llegaría a convertirse en real, la Ciudad Lineal, un modelo de hábitat alternativo que había ideado Arturo Soria, pero a la larga, sin duda Barcelona es una ciudad muchísimo más habitable que Madrid, aunque es sólo mi opinión, desde lejos. La música es de ese pianista súper azucarado Richard Clayderman, pero aun así, es agradable.. sobre todo porque tapa la cencerrada de megafonía que tengo fuera del despacho, aquí comienzan nuestras pesadísimas fiestas patronales .. en fin, mil gracias, un abrazo muy fuerte!!
ResponderEliminarSon los años en que Barcelona creció mucho, gracias a la industria textil y a las colonias, incluyendo las enormes fortunas que se hicieron con el comercio de esclavos. Es el momento en que se desarrolló el Ensanche.
EliminarNo oirás de mi parte críticas a la ciudad de Madrid. Me encanta, quizá porque siempre que ido ha sido en plan viajero, sin otra cosa que hacer que pasarlo bien. Barcelona tiene otros alicientes.
Conocí el Estadio de Montjuic habitado. Preparando los ejercicios para aprobar el examen físico y entrar en Milicias Univrsitarias —me parece recordar que en 1971 o quizá 1972 (lo suspendí)—, iba un par de veces por semana a practicar el salto de longitud, el de altura y la carrera de cien metros lisos. Era fácil acceder y había bastantes atletas practicando deporte. A la hora de cambiarme, antes y después de mi entrenamiento, aquello parecía un campamento de refugiados (en realidad, lo era). Los antiguos vestuarios, los pasillos de acceso, donde había ropa tendida, etc. Vivía mucha gente. Años después, vino la nominación para la Olimpiada, el desalojo, el vaciado de todo aquello, dejando solo la fachada. Nada más se conservó.
Un abrazo fuerte.