jueves, 10 de agosto de 2017

Dos maneras de enfocar el buti2

Tiembla ya Gran Uribe con el momento, cada vez más próximo, de su vuelta a Barcelona. Es difícil evadirse de que estamos a tiro de piedra de la temible Diada y del no menos temible Buti2. Respecto de este último asunto, hoy ha leído dos artículos que hablan de ello, enfocándolo desde puntos de vista diferentes:

La primera manera de verlo es la del siempre ácido Lluís Bosch, que un poco en línea con las cosas que dice Sisa, nos habla de esta manera de la 'revolucioncita' que se está preparando en Cataluña:

«Lo de Cataluña es otro asunto. Como cualquier fenómeno en versión catalana, nuestra revolución solo lo es un poquito. Una miqueta de revolució, però no molta. El carácter catalán, ese tret diferencial que junto a la sardana y la butifarra amb seques demuestra que somos una nación milenaria prefiere la mesura y siempre tiene en cuenta el asunto de la caja. La caja registradora y la cuenta en La Caixa. Hay que hacer la revolución, sí, pero también hay que comer y con las cosas del comer y las del patrimonio no se juega.

[...] La revolución de los catalanes ricos nació con el divertido eslógan de "la revolución de las sonrisas" y va camino de ser la revolución de las carcajadas.[...]

Dice un señor de la ANC, esa organización, que las urnas están guardadas en una embajada extranjera. Como en Barcelona no hay embajadas, uno no sabe qué pensar. Igual se refería a un consulado. Y muy probablemente se refería a un consulado honorario, que no es exactamente un consulado sino el piso de un cónsul honorario. El cónsul honorario suele ser un empresario con mucho dinero y con buenos contactos en el país que consuela, y con el que tiene montado bonitos negocios. De modo que... ¿hay 8000 urnas en un piso de Barcelona? Igual en vez de urnas son urnitas, que es más catalán. Igual, vete a saber, Echenique sabía de lo que hablaba cuando habló de "poner cajitas"

Nos quedan algo menos de sesenta diítas antes de la fechita del referendumito, toménselo con calma y buenos alimentos, pongan sus dineritos a buen recaudo y prepárense a ver la revolucioncita de los catalanes ricos. En directo por Tv3».




Y la segunda corresponde a  Pau Luque, una analista político muy fino que, como vive lejos (da clases en la Universidad de México), ve las cosas con total perspectiva y nunca da puntada sin hilo. El artículo está muy bien todo él, pero destacamos aquí los dos últimos párrafos:

Pau Luque
[...] «Yo ya no estoy seguro de que algunas cosas que se han roto en Cataluña estos últimos años se puedan arreglar, pero de lo que sí estoy seguro es de que un referéndum, sea o no de secesión, no es democrático por sí mismo (si lo fuera, los referéndums convocados por dictadores los habrían convertido en dirigentes democráticos). Es la manera en que se desarrolla el proceso político, que debe estar permeado por valores democráticos y que desemboca en esa votación binaria, lo que en todo caso permite decir que se trata de un referéndum democrático. En Cataluña, con el ninguneo parlamentario a la minoría, ese proceso político carece de muchas garantías democráticas.

Es ridículo pensar que la inoperancia e insensatez de Rajoy en todo este asunto dispensa a los independentistas de cumplir con sus obligaciones democráticas en el Parlament. No hace falta ser españolista ni ninguna horterada por el estilo para oponerse a este referéndum; basta con tener algo de sensibilidad democrática».


2 comentarios:

  1. El asunto todavía es más complicado. ¿ Porqué se tiene que emolumentar a una serie de personas que no sólo no se dedican a gobernar, sino que se dedican a pasarse la Ley por el forro ?
    Llevamos cinco años así, pero estos últimos tres, desde la huida hacia delante , sobre todo con los casos de financiación ilegal y las comisiones de bajos fondos (caso Millet y Adigsa), se han usado sólo para propaganda de una independencia de la que más de la mitad de la población no desea, y en las que las tres cuartas partes no creé.

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  2. Dos artículos estupendos. Destaco lo de "la revolución de las carcajadas", de Lluís Bosch y la última frase, "No hace falta ....", del artículo de Pau Luque que resumen de maravilla la situación actual en Cataluña. MJ

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