«No gustan las noticias. Es un hecho. A veces, y esto es muy
peligroso, tampoco gustan las advertencias. Por eso no gusta el periodismo: se
desprecia, se menosprecia, se insulta. Para que calle. Lo retuercen con el
objeto de hacerlo increíble. Dicen que miente para mentir ellos mejor. Pero el
periodismo da noticias: esto pasó. También advierte: esto pasó y también pasó
esto otro, o pudo haber pasado. Y pudo haber pasado por esto. Además, nos llegó
por esta fuente y por esta otra.
Suele pasar. El mensajero es
peor que el mensaje. El asunto era, en palabras de las más altas dignidades de
la Generalitat, que el mensaje jamás existió. [...] Y desde el ejército en armas de
la Generalitat se lanza contra el diario de Enric Hernández y contra quienes
osan prolongar su información las hordas del desmentido. Traición. Periodistas
que parecían proclives se convierten en fachas de pronto, sólo porque dan
crédito a la información que contiene ese mensaje desoído. La confusión es
total, pero en medio el mensaje empieza a hacerse presente como una piedra que
quema.[...]
Interesante historia, en todo caso: ¿te avisan
de que algo grave te puede tocar en tu propia casa y tú no investigas qué pasa
en el cuarto principal, en el cuadro de los plomos, o donde está lo más
delicado? ¿Te nombran La Rambla en un mensaje de mayo, te dicen que la cosa
puede estallar en verano y tú no lo tomas en cuenta? No, claro que no: es que
el mensaje tenía cacofonías, faltas de ortografía, no tenía membrete.
Forn y Trapero se enjuagan la boca después de matar al mensajero |
Y lo mismo pasa con las noticias: son mensajes desatendidos si no nos vienen bien para el convento. En este caso el convento recibió un mensaje que no oyó; cuando se convierte en noticia, ese mensaje se trata como una maniobra de desprestigio. [...]
Enlace al artículo de Juan Cruz: El folklórico desprestigio del mensaje
Pues los que quieren desprestigiar el mensaje y a los mensajeros convencen a algunos. Ayer hablé con una persona que me dijo lo siguiente. Con que la CIA ¿eh?, pues la nota que pasaron en El Periódico de advertencia era chapucerísima. No era la nota original y no entiendo cómo pueden dar crédito a eso. La CIA no tiene nada que ver en eso.
ResponderEliminarCon el tiempo la verdad acaba por saberse. MJ
¡Uy, la verdad!
EliminarA quién le importa eso. Ahora, como bien apuntó el GU, va de posverdad. NG
Parece evidente que el fanático Forn y el encumbrado Trapero mintieron por tres veces al decir en su día que no habían recibido alertas pero ¿qué más da? La posverdad es que todo es culpa del Estado opresor y de sus cloacas, y eso es lo que importa.
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