Uribe no entiende por qué se ofende tanto por la sentencia del TSJC de que se imparta un 25% de las clases en castellano en Cataluña, lugar donde es lengua cooficial, por si no lo recuerda. No le parece mucho, debería ser el 50%. Para nada admite ya Uribe esa vieja coartada de que el catalán es una lengua débil que necesita de protección como un bebé. Lo que ocurre es que se les desmontaría el tinglado que levantaron con el objetivo que ya estamos viendo.
Sus objetivos políticos están muy claros, ya lo sabemos, pero le agradecería que no mienta usted como una bellaca cuando dice, tan ufana:
“El castellano no es residual en las aulas”
Uribe conoce este tema tan a fondo como usted, o más, y le garantiza que eso que dice acerca del castellano es rotundamente falso. Y si no le cree, pásese usted por cualquier instituto, que buena falta le haría, y échele un vistazo a lo que pasa en las aulas, no en los pasillos ni en el patio, que esa es otra historia.
¡Caramba, le ha crecido a usted la nariz como a Pinocho, consellera! Hágaselo mirar...
La nariz de la profesora Rigau está un poco colorada |
P.D. ¡Ah!, y de paso, otro recadito de Uribe: dígale a su jefe Sr. Mas y al protector de su jefe, Sr. Junqueras, que en una democracia —tanto que alardean ellos de seguir sus dictados— suele ser lo más habitual respetar las leyes (Constitución incluída) y las decisiones judiciales, nos gusten o no nos gusten y, si no es así, hay que apechugar con las consecuencias. Señora Rigau: este sería un buen mensaje a inculcar a los alumnos de la ESO, no el contrario. ¿No está de acuerdo? Y si no lo está, dígalo claramente.
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