Uribe piensa que hace tiempo que hemos abandonado la realidad, tan apreciada por
aquí, para recalar en el surrealismo más delirante. Os da un botón de muestra.
Por
Can Caralleu, el Club Esportiu que frecuenta Uribe cuando puede (no dispone de mucho tiempo), aparece a ejercitarse asiduamente un estimable sujeto llamado Bruno
Oro, el imitador del Molt Honorable Artur Mas y otros personajes en Polònia, que es un programa de humor-ficción de TV3, la manipulada televiión catalana que pagamos todos. Es nieto de Pichot, el
protegido de Dalí, y persona muy discreta, que apenas se hace notar. De hecho, poca gente le reconoce, quizá a causa de que en trajecito de baño no
tiene media bofetada, a pesar de los múltiples tatuajes que le adornan. En
cambio, enfundado en el traje de Artur Mas, parece que cobra presencia. En cualquier caso, tiene pinta de ser muy buen tío.
Bien,
a lo que íbamos: hay quien sí le identifica.
Sin ir más lejos, hace unos días, antes de viajar al Cantábrico, estaba Uribe ajustándose los calzoncillos cuando un individuo con pinta de fabricantot, entrado en carnes, se acerca hacia el pobre Bruno Oro, en pelota picada ambos (estábamos en el vestuario, ojo), y le dice lo siguiente, casi con
lágrimas en los ojos:
“Gràcies
per tot el que estàs fent en favort del nostre procés nacional”.
La hermana de Uribe comenta, no sin acierto:
"Lo que me explicas en Can Caralleu es una escena delirante. ¡Qué bien la hubiera aprovechado el añorado Berlanga! No desespero que Boadella le saque partido un día u otro".
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