G.U., al hablar del tiempo y de su transcurso, suele ser un poco prosaico y no se refiere a poetas ni tampoco a filósofos, que son los que mejor lo describen. No está a su altura ni lo pretende nunca. Casi se ciñe solamente a los partes meteorológicos y a cómo le ha afectado su devenir.
Le comentaba al colega (y sin embargo amigo) F.C. en su blog cómo le ha ido modelando a uno el pasar los años, "sin prisa pero sin pausa", como se suele decir. Decía esto, disculpen la autocita:
«El tiempo es un escultor de cincel implacable. Dices bien. En mi caso, pienso que todo lo ha ido modelando con imperceptibles toques de cincel. Mi carácter creo que no es el mismo que el de cuando era más joven. Claro, era más joven y no tenía esos resquemores que fui adquiriendo con el susodicho tiempo, vía cincel. Los placeres que tengo hoy en día no se parecen mucho a los de antes, los gustos tampoco, como tampoco mis costumbres ni mi manera de tomarme las cosas cuando vienen mal dadas. A pesar de todo, yo tiendo a creer que existe un oculto factor común que hermana todo y que, en el fondo, me hace pensar que quizá sigo siendo el mismo y que todo sigue igual, salvo mi edad y mi aparato locomotor». |
Recuerda hoy el día de la boda con doña Perpetua, hace 38 años. Fue un 10 de octubre de 1987 en Ibiza, a las doce de la mañana, en la iglesia de Sant Jordi de ses Salines (en aquel tiempo, San Jorge). Se trata de un pueblo muy feo, no hay otro así aquí, pero tiene una de las mejores iglesias de la isla.
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Ibiza, Iglesia de San Jorge / [granuribe50] |
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Ibiza, Iglesia de San Jorge / Fotografía: Joaquim Gomis |
Pues bien, éramos jóvenes y no se nos ocurrió otra cosa que partir hacia la que entonces era aún "isla mágica" en un avión a las ocho de la mañana del mismo día. Al llegar al aeropuerto, no nos dejaban salir del avión porque caían chuzos de punta, como ayer tarde en Barça o como los que siguen cayendo en Ibiza (ya existían las DANAS, pero las llamaban "gota fría"). Iba pasando el tiempo, mirando el reloj como locos. Este bloguero hoy en día se hubiera puesto cardíaco perdido, pero entonces se lo tomó con cierta calma. Por suerte, al cabo de una hora menguó y, con la lengua fuera y a duras penas, llegamos a tiempo de vestirnos con los trajes que traíamos en la maleta para acudir a la iglesia.
Bastante gente estaba inquieta; no era mucha, porque a causa del fallecimiento del padre de doña Perpetua tres meses antes, solo habíamos invitado a treinta personas, familiares y amigos próximos. Si hoy en día se casaran, en la vida se les hubiera ocurrido viajar en avión la misma mañana.
La boda fue tranquila. Y el festejo también, en el pueblo de Santa Eulalia, en un buen restaurante —SA PUNTA— que el tiempo se ha llevado por delante, sin misericordia alguna. Fue con una buena comida, con un corderito "al estilo Segovia" excelente —eso comeremos hoy, en recuerdo—, en un ambiente muy tranquilo y amigable. Treinta y ocho años producen muchos cambios; sí, por ejemplo, hoy no viajaríamos la misma mañana, pero en esto el asunto sería como entonces: una boda con pocos y bien escogidos asistentes, no los deprimentes saraos habituales hoy. Por suerte, no nos invitan a ninguno. Toquemos madera.
Toda una vida, como quien dice. Buen espacio hoy para el recuerdo. En esos años da tiempo para todo. Lo bueno y lo no tan bueno. ¡ Y eso que ya las cosas habían mejorado un poco, al menos aparentemente! Yo me casé recién muerto el gallego.
ResponderEliminarMis felicitaciones.
Yo en abril del 75.
ResponderEliminarMis felicitaciones, de todo corazón. Creo que somos pocos los tradicionales de un solo matrimonio. Cuando leo que al Ábalos se casó tres veces (aparte las amantes), pienso en que estaría buscando en el otro sexo, y no lo acabo de entender.
Pues eso, insisto, felicidades y a seguir .
Un saludo efusivo a tu señora de mi parte y que cuando brindeis os acordeis de hacerlo por la salud de todos los que te escriben por aquí, así nos tendrás presente¡¡¡
Viva los novios ¡
Muchas felicidades a los dos.
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte.
Fernando
Amigo Gran Uribe, ante todo mi felicitación por esos 38 años de convivencia. Lo importante es llegar ahí y mantener la naturalidad de una forma permanente. Y ser natural es comprender a la persona con la que has decidido convivir. Quizá algunos puedan ver en esa naturalidad un elevado grado de aburrimiento, pero en esto consiste la felicidad en vivir y saber vivir y saber que la vida no da para mucho más.
ResponderEliminarLos aniversarios y los recuerdos son una especie de mojones que van marcando el territorio del tiempo personal de cada uno. Conmemorarlo es constatar.
Enhorabuena.
Qué bueno. Yo me casé el 15 de octubre del 88. Un beso
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