Lo de hoy ha surgido con motivo de lo que explicaremos al final de la entrada. Es que le ha recordado.
¡Ah!, cuando estamos bajos de ánimo, pensamos en Roma, ciudad a la que hace veinte años que no vamos y es difícil aventurar si volveremos. Estamos en plaza del Vaticano, un icono del barroco.
Gian Lorenzo Bernini —un tipo con el que G.U. tiene el gran honor de compartir día de nacimiento, aunque él lo hiciera 352 años antes— había diseñado un tercer módulo a los dos ya conocidos,
de modo que se accedía a la plaza a ambos lados de ese elemento.
Pero la decisión de no construirlo se adoptó durante la ejecución de la obra,
hacia 1670, algo que no sabemos si le agradaría mucho; a nadie le gusta que
supriman aspectos de su proyecto, y a una figura como él ¡uf! Se aprecia en la
imagen.
Y, dado que rescatamos el otro día unos aguafuertes de Giovanni Battista Piranesi, hemos rebuscado en sus Vedute di Roma (una serie maravillosa)
y hemos encontrado un par de ellos de esa plaza, máxima expresión del barroco
espléndido de Bernini. Un bosque de 280 columnas de quince metros de altura, de cuatro en cuatro, de una especie de orden dórico que impresiona cuando transitas por él. Un caso insólito sin parangón alguno. El caso es que así se la encontró Piranesi hacia 1750,
y, como tal, la captó. Era arquitecto, pero solo se dedicó a dibujar. Era un
"virguero", se diría hoy en día. Vean, si no:
Piranesi,
Veduta dell´insigne Basilica Vaticana coll´ampio Portico. e Piazza
adjacente
Piranesi, Veduta della gran Piazza e Bailica di S. Pietro
Gaspar Van Wittel (1653-1736) era el vedutista preferido de las familias de la aristocracia romana, aunque fue bastante ninguneado posteriormente hasta principios del S.XXI. Él pintó así la plaza, parece ser que hacia 1700. El encuadre es muy similar al empleado por Piranesi (que había nacido en 1720), de tal modo que no sabemos qué fue antes, si el huevo o la gallina. O es que todos escogían el mismo sitio para realizar la vista de la plaza, como hacen muchos fotógrafos hoy en día en ciertos lugares.
Gaspar van Wittel, Plaza de San Pedro (hacia 1700)
La verdad es que Bernini no se rompió los cascos a la hora de diseñar la
planta de la plaza. Aunque mucha gente lo diga, ojo, no es una elipse —más
difícil de trazar— sino un óvalo con cuatro centros.
G.U. enseñaba su construcción geométrica a los alumnos y, para estimularlos,
les enseñaba imágenes de la plaza del Vaticano, con exiguo éxito. [Hay que
dividir el eje mayor en tres partes iguales, trazar dos circunferencias de
centros C y D, que se cortan en E y F, trazar y prolongar las rectas que unen
esos cuatro puntos y acabar de trazar los dos arcos que faltan del óvalo, con
centro en E y F. ¿Fácil,?]
Geometría de la paza del Vaticano y trazado geométrico de un óvalo
dado el eje AB
Desde esos dos centros, C y D, es desde donde, si uno se sitúa en C ve todas
las columnas de la parte izquierda como si solo hubiera una hilera (ya saben
que son grupos de cuatro, pero solo se ve una) y desde D lo mismo
hacia las de la derecha. C y D están señalados en el suelo con el nombre de
"Centros del colonnato". Es esto un punto fuerte de los que usan los
guías, que emociona mucho a los turistas como si se tratara de una cosa de
magia, ya que donde se ve una sola columna tiene otras tres detrás, algo
imposible de apreciar desde otro lugar, en que lo que se vislumbra es una especie de
bosque.
Roma, Bernini, plaza del Vaticano desde un "centro de colonnato"
Roma, Basílica y Plaza del Vaticano, planta y vista aérea
Bueno, el caso es que en tiempos de Mussolini se decidió derribar muchas
edificaciones para ampliar la perspectiva del Vaticano, y es entonces cuando se
abrió la Via della Conciliazione, que conecta la plaza de San Pedro con
el Tíber y el Castillo de Sant´Angelo, como se ve en la imagen desde San
Pedro.
Roma, Plaza del Vaticano desde la cúpula, Via della Conciliazione, Castillo de
Sant´Angelo y río Tíber
Lo cierto es que, gracias a esa intervención, se puede apreciar perfectamente
todo el alzado de San Pedro, incluida la cúpula de Miguel Ángel, ya que desde la
plaza, ésta se ve cercenada por su base.
Roma, Fachada de la Basílica de San Pedro del Vaticano (~1608) / Carlo
Maderno, arquitecto
Carlo Maderno diseñó una fachada plana, utilizando un "orden gigante" de columnas y pilastras, como base de una cornisa con frontón central. Se crea así un juego de luces y sombras que le da relieve. Se anuncia ya el barroco, ojo, aunque no haya curvas... Pero, como la planta de la basílica tiene forma de cruz latina y la cúpula de Miguel Ángel está sobre el crucero, apenas se la ve desde la plaza. Por cierto, fue propio Maderno el que, a instancias del Papa, cambió la planta de cruz griega a cruz latina.
Roma, Vaticano y Castillo de Sant´Angelo / [granuribe50]
San Pedro del Vaticano, con la fachada de Maderno y la cúpula de
Miguel Ángel, desde la Via della Conziliazione
Piranesi, Veduta del Ponte e Castello Sant´Angelo
NIVEL AVANZADO: SOLO PARA GEÓMETRAS RECALCITRANTES ( y algún alumno,
si nos sigue)
Si G.U. hubiera dispuesto en su día de vídeos como éste, se hubiera ahorrado
muchísimo esfuerzo dibujando esas cosas en la pizarra con el compás de madera,
la escuadra y el cartabón, sin que los zagales se enteraran de casi nada en la
primera vez, pero a la segunda o la tercera ¡bingo! Lo malo es que luego tenían
que pasarlo a tinta, utilizando Rotring y compás con su adaptador. Y ahí
¡ardía Troya!
Situemos el asunto. Todo esto ha surgido porque estaba G.U. contemplando detenidamente la maqueta del "Welthauptstadt Germania" (Capital Mundial Germania), el plan de Adolf Hitler para reconstruir Berlín y transformarla en una capital imperial grandiosa. Un dislate de un megalómano, que Albert Speer, su arquitecto de cabecera, estaba convirtiendo en proyecto, empezando por la maqueta. Era un buen arquitecto que, como otros de las élites culturales, se dejó seducir por ese sujeto. Y así le fue. Aunque G.U —como Goebbels— sabe que la propaganda obra milagros, aún le resulta difícil entenderlo.
La guerra, la falta de presupuesto y la derrota posterior impidieron que eso se llevara a la práctica. A ello se refería M.C. en su blog hoy, en una entrada titulada Va de libros. Albert Speer. Memorias. Y uno se ha dicho: ¡vaya cacho cúpula!, tres veces la de Miguel Ángel en la basílica de San Pedro, esa que a cierta distancia apenas se aprecia. No es el caso del plan Speer-Hitler, con esa enorme avenida, solo interrumpida por el Arco de Triunfo que pensaba edificar Hitler a su mayor honra y gloria. Vista desde cualquier punto de ella, por enorme que sea la cúpula, podría apreciarse en su totalidad. Mussolini lo tuvo muy claro en Roma; ese tipo de edificios requieren de una larga y amplia perspectiva.
Es entonces cuando ha recordado algunas clases que dio este bloguero cuando aún "impartía doctrina" en el instituto, con desigual acierto. Y la mostrada sobre Bernini y el Barroco romano era una de ellas.
Albert Speer. Maqueta del "Welthauptstadt Germania" (Capital Mundial Germania)
G.U. descubrió, siendo adolescente, a Claudia Cardinale en dos de esas películas que nos pasaban los jesuitas en el cine del colegio. Vimos bastantes; del Neorrealismo italiano, de la Nouvelle Vague, del poco cine alternativo que se hacía en España, de cine clásico americano, de algunas del telón de acero, en fin, mucho cine y en general bueno. Era una especie de Cine Fórum, que complementaban con un ciclostil informativo sobre la película en cuestión. En este caso —La chica con la maleta— una reseña de la película (Valerio Zurlini, 1961) y de los intérpretes, Jacques Perrin y la propia Claudia. Nos habían pasado poco antes Rocco y sus hermanos. En ambas nos enamoramos platónicamente de ella.
Hasta hoy, que nos enteramos de su fallecimiento. DEP, Claudia Cardinale.
[Nuestro padre — alias "El Tirano"— siempre contaba que en su colegio, en situaciones parecidas, había un curita —el padre Basterra— que se situaba estratégicamente cerca del agujero por el que salían los rayos de proyección de la película. Cuando había un beso, o algo así, se quitaba su sombrero de teja y lo ponía delante, con el pérfido fin de ocultar ese momento. Pues bien, aquí no sucedía nada de eso].
«Yo recordaba nebulosamente aquel antiguo jardín donde los mirtos
seculares dibujaban los cuatro escudos del fundador, en torno de una fuente
abandonada. El jardín y el Palacio tenían esa vejez señorial y melancólica de
los lugares por donde en otro tiempo pasó la vida amable de la galantería y
del amor. Bajo la fronda de aquel laberinto, sobre las terrazas y en los
salones, habían florecido las risas y los madrigales, cuando las manos blancas, que en los viejos retratos sostienen apenas los pañolitos de encaje, iban
deshojando las margaritas que guardan el cándido secreto de los
corazones.
Pazo do Faramello (Rois, La Coruña)
¡Hermosos y lejanos recuerdos! Yo también los evoqué un día lejano, cuando la
mañana otoñal y dorada envolvía el jardín húmedo y reverdecido por la
constante lluvia de la noche. Bajo el cielo límpido, de un azul heráldico, los
cipreses venerables parecían tener el ensueño de la vida monástica. La caricia
de la luz temblaba sobre las flores como un pájaro de oro, y la brisa trazaba
en el terciopelo de la yerba huellas ideales y quiméricas, como si danzasen
invisibles hadas».
[Ramón del Valle-Inclán, Sonata de otoño (fragmento)]
G.U. no es un analista de la política. No le interesa en absoluto, aunque la padece, para su desgracia. Pero ya "peina canas" y ve venir de lejos a los ventajistas, personajes que siempre le han molestado (como a su padre —"El Tirano"—, que no los soportaba). Nuestro bello y estilizado presidente es, en su modesta opinión, uno de ellos. Lo de Gaza es espantoso, un horror, no hay palabras suficientes en el diccionario para calificarlo. «Una grandísima cabronada», quizá sea la expresión que más se ajuste.
La franja de Gaza empiza a despejarse
Los sueños húmedos de Trump y Netanyahu, hechos realidad en el render de la «Riviera de Gaza»
Pero no nos acaba de gustar que se utilice esa enorme desolación como una herramienta política a la que agarrarse cuando vienen mal dadas, como piensa G.U., quizá erróneamente, que es el caso. Bien; se trata —el presidente antes citado— de un tipo listo, muy hábil, que ha recurrido a los muertos y a la emotividad, que eso vende. Ha encontrado en ello una «ventana de oportunidad», como se dice ahora. Tras casi dos años de bombardeos sin tasa, ha decidido al fin calificar aquel horror como genocidio. Y casi acusa al PP de ser tan "genocidas" como el presidente israelí y de jalearlo, por no usar esa palabra como hacen ahora él y sus dóciles ministros, que repiten como loritos una y otra vez ese mantra.
Se le han sumado SUMAR y "activistas" de variado pelaje, esos que acuden allí donde pueden destrozar lo que sea. Ahora ha sido la Vuelta Ciclista a España, con la venia de nuestro apuesto Adonis, que ha estimulado a la masa, proclamando que admira a «la gente que se moviliza por una causa justa» (sic).
Eso y el boicot al Festival de Eurovisión del próximo año, si participa Israel, constituyen los dos tercios del «paquete de medidas» adoptadas por el momento, porque lo de las armas... ya se irá viendo. No sabemos ustedes, pero G.U. no recuerda haber visto nunca a un presidente de gobierno bendecir a unos manifestantes vandálicos a los que su policía está intentando reprimir, dado que están impidiendo el desarrollo de un evento deportivo, con la consecuencia inmediata de decenas de heridos en sus filas.
Mientras tanto, los otros ventajistas buscan al unísono su propia «ventana de oportunidad» para contratacar. Intentan sacar rendimiento a la avería de las pulseras de alejamiento de los maltatadores.
Esto es todo lo que hay. Y de lo de debatir a fondo y en serio sobre los muchos temas internos que nos afectan y preocupan a todos, ni está ni se lo espera. Nadie está por esa labor. Y en esas estamos. El Parlamento no sirve para nada más que para apretar el botón que indique el jefe y para increpaciones mutuas, aclamaciones a los suyos y pateos a los de enfrente. Da pena.
Perico Delgado en la que podría ser su última retransmisión en TVE
Y al pobre Perico Delgado, que comentaba muy bien la Vuelta a España y otras, están a punto de despedirlo de TVE por aventurar que «a esos grupos antisistema les da igual Gaza» y preguntarse si con eso se acabaría todo ese horror al día siguiente. ¡Ay, Perico!, cómo se te ocurre decir esas cosas...
Robert Redford y Paul Newman, en un fotograma de Dos hombres y un destino (1969)
Falleció hace un par de días Robert Redford. G.U. recuerda aún cuando irrumpió por primera vez en el cine. Fue en la película Dos hombre y un destino, de 1969, un año en el que pasaron muchas cosas. Alguna amiga de quien esto escribe, que ya estaba enamorada de Paul Newman, quizá el actor más guapo de la historia del cine, empezó a estarlo de un desconocido hasta entonces, Robert Redford.
Paul Newman, Katharine Ross y Robert Redford en Dos hombres y un destino (1969)
Por su parte, este bloguero de quien lo estaba secretamente era de Katharine Ross, pero no lo podía confesar muy abiertamente, para no desmerecer a la compañía. La conocía ya por El graduado, una gran película de un par de años antes, con Dustin Hoffman (se encumbró allí) y la música de Simon & Garfunkel, que aún escucha G.U. A los tres los pueden ver enmarcados en la foto, como se merecen.
Muchos pensábamos que ese actor no pasaría de ser el típico "tío bueno", pero devino un actorazo, que rodó y también dirigió películas magníficas. Además, promocionó films independientes muy buenos, a través del "Festival Sundance". Por cierto, el canal "Sundance", del propio Redford, dejó de emitirse por Movistar hará un par de años, y lo echamos en falta. Emitía buen cine poco comercial.
En fin, DEP Robert Redford. Lo acompañamos con una canción inolvidable de la banda sonora de esa película a la que nos referíamos, Gotas de lluvia sobre mi cabeza, de Burt Bacharach, un buen músico.
Cuando se implantó la ESO sustituyendo al BUP, hablamos de 1996 —la LOGSE, una
ley de 1990 diseñada por el PSOE, pero secundada por doquier; se
cumplirán treinta años en breve—, G.U. tuvo que asistir (obligado, por
supuesto) a muchas charlas en las que unos psicopedagogos/as en nómina, muy bien
adiestrados, nos cantaban (vía PowerPoint) las excelencias del nuevo sistema,
ese novedoso método que abría las puertas de la fosilizada Enseñanza, herencia
del franquismo, al siglo XXI. Pues bien, resulta que la "fosilizada" Enseñanza que pretenciá combatir, devino un muermo burocrático.
Luego, ya "felizmente" funcionando ese invento, venía un sujeto de esos al
instituto cada semana (los viernes de 13:30 a 15:00) a controlar cómo
llevábamos el asunto y a juzgar lo que habíamos hecho bien o mal. Muchas veces
nos amonestaba y marchábamos contritos a casa, dándole vueltas a las
admoniciones de ese imbécil. Era una gran pelmada. En las programaciones,
los contenidos pasaron a ser totalmente secundarios. El meollo: fraseología
burocrática para intentar cumplir con lo que exigía el
Departament d´Educació (dejó de llamarse
d´Ensenyament), basado en currículos simplones. Fue por
entonces cuando empezó a demonizarse al profesor que pusiera merecidos
"cates", ya que contribuía al "fracaso escolar" y acreditaba que no sabía
motivar a los "niños". ¡Qué bien no estar ya allí!
Gregorio Luri, el autor de La escuela no es un parque de atracciones,
asistió a muchas reuniones de esos iluminados, cuando elaboraban las
estrategias que deberíamos seguir los profesores, en plan "argumentario". En
su libro ha recopilado algunas de las fruslerías que allí se pregonaban. Aquí
reproducimos un listado de ellas, un prontuario de frases que resumen el
"nuevo espíritu" [Spoiler: se queda corto, aquello era solo el inicio; después
la cosa empeoró, pero uno se acostumbra a todo].
Y de aquellos lodos estos barros. A la escuela va uno a divertirse (sin ningún
trauma), a "socializar" y, como mucho, a hacer "proyectos colaborativos", de
esos que se los curra uno (el empollón) y chupan tres. Lo de adquirir
conocimientos... ya se verá; total, todo está en Google, a solo uno o dos
clics.
• Los niños tienen que desarrollar competencias para la vida, no
adquirir conocimientos de forma preventiva.
• Uno de los estándares que se les pide a los profesores es dominar
la materia. Yo quiero que me presenten a un premio Nobel que se
atreva a decirme que domina la materia.
• Es incoherente pretender implementar reválidas en la época de las
inteligencias múltiples.
• El estudiante del siglo XXI construye el significado.
• Los alumnos que menos memorizan sacan mejores notas.
• Habrá sesiones de neurotrading para que os resulte más
fácil la parte emocional y que tengáis menos dificultades para
controlar vuestras emociones.
• Si el niño crea lenguaje y pensamiento propio, es que ha
aprendido.
• Todo corrector es un facha.
• Tenemos que devolver el placer a las aulas.
•El esfuerzo solo conduce al fracaso.
• En la pedagogía tradicional el término esfuerzo tiene un
significado muy concreto: está unido al dolor, al sufrimiento, al
malestar.
• Los deberes son una de las muchas estrategias de control de la
pedagogía tóxica en la vida privada de cualquier
estudiante.
• La curaduría alternativa de contenidos es un tema clave dentro de
la innovación en formación del profesorado.
• El mobiliario escolar es un dispositivo de represión.
• En la escuela antigua el objeto de estudio eran las disciplinas, y
no la realidad.
• Profesores, seréis felices cuando renunciéis a
enseñar.
• Los libros de texto son un refrito de la realidad.
• Las clases deben ser hechas por el alumno, no por el
profesor.
• Vivimos una primavera de innovación educativa que obedece a la
divergencia y a la inspiración de un nuevo siglo, pero también a
nuestro desarrollo como humanidad.
• La característica común de los centros innovadores es que les
interesa que los alumnos sean capaces de generar su propia
verdad.
• Somos una escuela atrevida, porque somos pioneros en desarrollar
proyectos no experimentados por nadie.
Pasillo que conduce a la exposición sobre
Rubens y artistas del Barroco flamenco / [granuribe50]
Entramos en la exposición, aprovechando la gratuidad que otorga el ser clientes
VIP de la Caixa, es un decir. Las escaleras que se habían bajado para llegar al
mausoleístico vestíbulo se suben ahora para llegar a esas calles con edificios
sueltos en los que, en cada uno de ellos, hay alguna exposición o la cafetería o nada. Unos toldos nos protegen, por si el sol nos calienta la cerviz o
cae sirimiri.
Rubens y los artistas del Barroco flamenco (Colecciones del Museo del Prado) /[granuribe50]
[granuribe50]
La entrada está bien, con una serie de objetos evocadores de lo que era un
taller de pintura en la Flandes del momento (en poder de España, ojo al dato).
Vemos un retrato quizá de Rubens, bustos clásicos, marcos y hasta un morrión, el
casco emblemático de los Tercios de Flandes. ¡Esto promete!
Rubens, El juicio de París y Apolo vencedor de Pan
¡Cuánta carne, cuánta sensualidad! exclaman los que solo saben de Rubens eso,
las exhuberantes mujeres entradas en carnes que pintaba. Hay algunas en la exposición de CaixaFòrum, aunque no las famosas Las tres Gracias. Las vemos en El juicio de París o en
Diana sorprendida por los sátiros.
Rubens, El juicio de París / [granuribe50]
Rubens, Diana sorprendida por los faunos / [granuribe50]
Pero Rubens, guste o no, era mucho más que todo eso, eso que ignoran los que
solo viven de clichés, que son muchos. Hay retratos, mitología, historia sagrada,
temas religiosos, etc. [Por todo eso a G.U. le gusta Pedro Pablo Rubens. Pero no todo ha venido a Barça, mucho y bueno se quedó en Madrid].
Aparte de la exposición, algo exigua, uno
se entera mejor hojeando cualquier libro de arte dedicado al pintor, ya que ni
siquiera han sido capaces de editar un programa de mano ni un catálogo en el que consultar cosas. El caso es que era un gran dibujante y pintor
prolífico, sabía relacionarse y vender el producto y diseñaba la
composición de los cuadros, en general de gran formato, en un plis plas.
Rubens, Una visitante contempla Apolo vencedor de Pan
Su figura creció mucho después de su estancia en Italia (1600-1608). Allí se
sumergió en lo que hacían los venecianos, en lo que se cocía en Roma, en la
obra de Miguel Ángel, de Tiziano, de Caravaggio...
Rubens, Muerte de Séneca / [granuribe50]
Se empapó de las ruinas romanas, que luego incluiría en algunos de sus
cuadros, estudió mitología, textos antiguos, etc. y volvió a Flandes con todo
ese bagaje. Era un tipo muy, pero muy culto.
Rubens, bocetos para Nacimiento de Apolo y Diana / [granuribe50]
A dibujar y pintar ya sabía de antes, ojo. Esos escorzos, G.U. no sería capaz
de dibujarlos. Tampoco esos rostros o ese descendimiento. Son detalles de una
exposición que la gente suele pasar de largo y no te encuentras a nadie
delante, pero vale la pena detenerse a observarlos si se tiene afición al dibujo.
Rubens, Dibujos y preparatorio de
Descendimiento de la cruz / [granuribe50]
Con todo eso, nuestro hombre empezó a adquirir fama, hubo más encargos y, más
pronto que tarde, tuvo que empezar a meter a gente en su taller; pero no a
cualquiera, los escogía siempre entre los más preparados. Pero era un tipo
honesto, al menos en eso, y a la hora de vender los cuadros, en lugar de
fardar de que todos eran suyos, explicitaba lo que había hecho cada uno, junto
al precio en florines.
[G.U. duda que algunos de nuestros arquitectos
estrellas hagan eso. «No, solo di mi toque final y firmé el proyecto, que lo había diseñado
menganito, un chaval que trabaja en mi despacho»].
Fragmento tomado del libro Rubens, Gilles Neret / [Taschen / EL PAÍS]
No olvidemos que estamos en Flandes, bajo dominio español, y en tiempos de la
Contrarreforma. Rubens pintó una sola vez la "Inmaculada". Ya la hemos en este blog, junto a otras muy conocidas, pero ésta no la
habíamos visto nunca "en vivo y en directo".
Rubens, La Inmaculada / [granuribe50]
En su taller aprendieron Van Dyck y Jordaens, ojo. En cuanto a Jan Brueghel el
Viejo (hijo de Peter), ya lo conocía de antes y no estuvo en su taller. En bastantes cuadros, Rubens hacía el boceto preparatorio y cada uno aportaba a
ellos lo que mejor sabía hacer; el que pintaba bien animales o flores o
paisajes o las joyas de las mujeres, y el maestro acababa de dar forma a todo.
Ahora presentamos algunos hechos por Rubens en colaboración con Jan Brueghel
el Viejo, el hijo de Peter, y por sus discípulos.
Rubens (figura) y Jan Brueguel el Viejo (paisaje), Isabel Clara Eugenia / [granuribe50]
Rubens y Jan Brueghel el Viejo, Vista y Olfato / [granuribe50]
Y aquí el extraordinario Van Dyck, que también se hizo un prestigio propio al
margen de Rubens. Este caballero, encuadrado en ese aparatoso marco con volutas jónicas, evoca a algunos de los retratos que pintó del
rey Carlos I (no están en la exposición) o incluso a alguno de los que le pintara Tiziano.
Anton Van Dick, Retrato de Henri van den Berg / [granuribe50]
Anton Van Dyck, Piedad / Jacob Jordaens, Piedad / [granuribe50]
En fin, esto es un resumen de lo que ha visto G.U. hoy, complemento de obras que
ya había contemplado en el Museo del Prado varias veces. Allí hay muchos,
porque estuvo de embajador en España y pintó para Felipe IV. Pero el hecho de
haberlas visto ya antes no nos exime de verlas cuantas veces haga falta, y ésta ha
sido una de ellas. Se acaba la exposición con un bien elaborado montaje alusivo. Una habitación a la que pueden acceder los zagales, con el fondo de un trampantojo en el que, a lo lejos, se vislumbra el paisaje del cuadro Isabel Clara Eugenia mostrado más arriba.
Sala de la exposición, con motivos
diversos / [granuribe50]
Salimos contentos, pero, aun a sabiendas de que muchos de ustedes no son
proclives a este tipo de pinturas, G.U. piensa que vale la pena echarles un ojo.
Cosas de estas del Museo del Prado no aterrizan muchas por aquí y esta es una buena oportunidad.
Pero no se me despisten, que a estas horas ya estarán empezando a descolgarlas,
Juicio de París incluido.
Este asunto va a ocupar dos entradas en el blog. La de hoy son los preliminares de la visita.
Vamos pues con la primera de ellas. Dado que está a punto de acabarse, G.U. acudió al CaixaFòrum, en Montjuïc, para ver la exposición titulada «Rubens y los artistas del Barroco flamenco» (en realidad, trata de Rubens y algunos de sus más aventajados discípulos), con cuadros traídos todos del
Museo del Prado, que los ha cedido para la ocasión (allí tienen bastantes,
pero han traído solo unos cuantos).
El caso es que ya no puede tomarse una copita en la terraza de "La Pérgola", al
solecito mañanero, como hacía antiguamente cuando iba por allí. Pero ese lugar cerró
hace años y lo derribaron. No es raro, nuestros recuerdos desaparecen de esta ciudad a vuelapluma. Quedó un tiempo en su lugar una medianera muy fea,
prolijamente ambientada después por nuestros grafiteros y "artistas urbanos",
esos que guarrean persianas de locales cerrados, trenes y todo lo que "se
pasen por el arco de triunfo".
[granuribe50 / (5/9/2025)]
Ahora han puesto eso que llaman "jardín vertical". Vimos cómo lo iban
preparando y nos temíamos alguna imbecilidad, muy propia de nuestros
munícipes. Pues no, no nos desagrada el resultado.
[granuribe50 / (5/9/2025)]r
[granuribe50 / (5/9/2025)]
Nos acercamos a CaixaFòrum y, en un lateral (calle México), acudimos a "rendir
pleitesía" a una puerta lateral que retrató hace algún tiempo M.C. y publicó en su blog. La
obra de ladrillo está muy bien y la arquivolta también. Enmarca un mural cerámico estupendo de Lluís Bru i Salelles, que representa a un dragón, con el logotipo (CC) del fundador de la fábrica, Casimir Casaramona (es lo más flojo de todo). Ojo, estos datos no los ha investigado G.U: nos los suministró en su día M.C. en una entrada que se titulaba: Lluis Brú. "Rajolista". Sábado, arte.
[granuribe50 / (5/9/2025)]
El caso es que están empezando ya a retirar los carteles anunciadores de la exposición, ya
que se clausura la semana que viene, ojo al dato. Si les interesa la pintura
barroca y quieren ver a unos buenos exponentes de ella (Rubens, Brueghel, Van Dyck, Jordaens) , no se me demoren. Exposiciones así no llegan todos los días a Barça. Está bien montada y los cuadros tienen buena luz, algo inhabitual.
[granuribe50 / (5/9/2025)]
Bueno, ya estamos abajo. De repente, un súbito contraste con el envoltorio exterior. Una arquitectura fría y minimalista, que casi recuerda a un mausoleo de vanguardia, nos acoje en su seno. Y entramos dentro, al vestíbulo. Si no fuera por el mural de Sol LeWitt, autor del mural titulado
Splat! (o Wall Drawing #1011), situado a la izquierda de la imagen, y por lo de la tienda, todo sería aquí monocolor. Es en esta explanada que los papás
y las mamás acuden con sus hijos a bailotear bastantes sábados, motivo por el cual
G.U. declina acudir esos días a CaixaFòrum. Prefiere desierto ese hall.
[granuribe50 / (5/9/2025)]
En una próxima ocasión, hablaremos de la exposición, que, aunque bastante exigua de contenido, tiene cosas interesantes. Permanezcan atentos a la
pantalla. Está "en construcción" y aparecerá en breve.