jueves, 7 de diciembre de 2023

Un regalo de "cumple": Edward Hopper

Conocemos los cuadros de Edward Hooper, sobre todo sus interiores, bares, hoteles, ferrocarriles, sus edificios también, pero no los mostramos ahora, todo se andará. Es un pintor que nos encanta. Esas figuras suspendidas en el aire o ese silencio detenido en el tiempo no nos inspiran sosiego sino más bien cierta inquietud. Y G.U., que anda inquieto sin necesidad de recurrir a Hopper, ni les cuenta ahora cómo se siente revisitando sus cuadros, una actividad que repite con frecuencia, a pesar de todo.

Conocedora de sus gustos, Doña Perpetua le ha regalado hoy, con motivo de su "cumple", un libro con algunas pinturas de Edward Hopper (1882-1967) comentadas por Mark Strand, «una de las voces más personales y reverenciadas de la poesía contemporánea americana», según la contraportada del libro.

Comenta de la siguiente manera uno de sus cuadros más extraños, más inquietantes. Pertenece a su última época, era ya casi octogenario cuando lo pintó, y no es de sus obras más conocidas:

«En los cuadros de Hooper asistimos a las escenas más familiares con la sensación de que para nosotros son esencialmente remotas, incluso desconocidas. La gente mira al vacío: parecen estar en cualquier parte menos donde efectivamente se encuentran, perdidos en un misterio que los cuadros no pueden revelarnos y que solo podemos intentar adivinar. Es como si fuésemos testigos de un acontecimiento que somos incapaces de nombrar. Sentimos la presencia de lo que permanece oculto, de lo que sin duda existe, pero sin llegar a nombrarse.
Edward Hopper, People in the Sun (Grupo de gente al sol), 1960
Washington, D.C., National Museumof American Art
[...] De hecho, una de las peculiaridades de la luz de los cuadros de Hooper es que tiene poco que ver con la atmósfera, en comparación, por ejemplo, con los cuadros impresionistas. Uno no puede imaginar que esa gente esté realmente tomando el sol. Más bien parecen mirar a lo lejos, tan lejos como es posible, hacia un amplio prado que se extiende hasta una hilera de colinas. Y las colinas, en tanto se alzan en un ángulo muy parecido al que aquella gente asume reclinada en la silla, dan la impresión de devolver esa mirada. La naturaleza y la civilización casi parecen estar mirándose la una a la otra. Esta pintura es tan extraña que en ocasiones pienso que las figuras sentadas están mirando un pasaje pintado, y no el paisaje real que evidentemente observan».

10 comentarios:

  1. Felicidades, eso como primera cuestión
    Sobre el pintor que nos traes, sólo puedo decir que me gustan esas escenas solitarias, donde queda reflejada, además de la soledad exterior, la interior.
    Es un pintor que sabe sacar vida a sus personajes.
    De lo mejor.
    Salut y cava ¡

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    1. Muchas gracias por tu felicitación. Salud y cava, de lo primero ando regularcillo y lo segundo me pilló sin una botella en casa, todas las ofrecía aquí. En cuanto a Hopper, bien, me gusta.
      Un abrazo

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  2. Buenos días, todos miran menos el que lee, es curioso y no creo que sea casual, tampoco creo que sea casual la ropa de los dos hombres que miran lejos y la diferente vestimenta del que lee.
    Un saludo.

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    1. Si, interesante observación de algo en lo que no había reparado.
      Saludos.

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  3. ¡Felicidades! Te animo a que saques aquí mas cuadros de Hopper. A mí también me gusta mucho y me gustaría verlos juntos, con comentarios a ser posible.
    F.G.
    Muchas gracias (por anticipado).

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    1. Estas cosas dan trabajo y se han de hacer con ganas, pero lo tengo en cuenta.
      Muchas gracias...

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  4. De lo más
    realista ,
    quiero decir,
    el estilo .

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  5. Muuuchas felicidades GU y tb a doña Perpetua jaja por su buen gusto y…
    su acierto con el tuyo : ) Hopper es uno de esos pintores que o te gusta o lo odias, pero más allá de los gustos de cada cual, no cabe duda que supo imprimir a su obra una personalidad tan especial a su realismo que lo hace diferente a todos y súper reconocible. Te contaré que en mi primera aproximación a él, me parecía más un dibujante de comic que un pintor, pero es cierto que a medida que lo miras con detenimiento descubre que fue un grande, obsesionado con la meticulosa percepción del espacio, los detalles y esa observación del entorno para construir un discurso artístico tan personal como el suyo en le que la luz fue tan importante en su obra como cualquiera de sus personajes. Si acaso su frialdad, esa sensación de asepsia emocional es lo único que me aleja un poco de sentirlo como por ejemplo a los impresionistas que nombras y que encima son desde siempre mis favoritos, aunque en pintura casi me ocurre como en música, tengo mis debilidades pero los quiero a casi todos ; ) Un abrazo muy muy fuerte y como el otro día para tu cumpleblog te dejé una tarta, hoy me es mucho más fácil acertar sabiendo lo que sé … for you : )

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    1. Muchas gracias por tu comentario y por el "for you". No lo conocía, lo acabo de ver y me ha interesado mucho. Además de las figuras solitarias, la meticulosa observación del espacio, las perspectivas, las luces y las sombras, esas cosas me llaman mucho la atención. Naturalmente yo, puestos a escoger, me quedo con Monet, o Sisley o Pisarro. Y después... Cézanne. Pero cada cosa tiene su momento y, como tú, ¡los quiero a casi todos!
      Un abrazo fuerte.

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