jueves, 9 de diciembre de 2021

Las fotografías escondidas de Antoni Campañà

La caja roja [xatacafoto.com / granuribe50]
Antoni Campañà no era un fotógrafo de guerra, es la guerra la que fue hacia él; retrataba todo lo que se le ponía por delante siempre que tuviera interés. Luego, al acabar la guerra civil, se dedicó a hacer fotos para postales y de temas futbolísticos. Murió en 1989. Treinta años después, la familia decidió vender su casa en Sant Cugat, lugar al que se había retirado. Uno de sus nietos inspecciona el garaje y descubre, escondidas allí, unas cajas rojas con negativos y muchas ampliaciones, 5.000 fotos de la Guerra Civil española, que Campañà no quiso mostrar en vida; le dolían y no quería líos.

Se trata de un tesoro que está bien conservado, un fondo tan interesante como los de Centelles o Branguli. Fue objeto de una exposición en el MNAC, titulada La guerra infinita, a la que G.U. no pudo acudir por encontrarse lejos de Barcelona, y también de un buen reportaje de RTVE en Imprescindibles, que quizá vieran ustedes en su día. 

Presentamos algunas de ellas (pocas, por cuestión de espacio):
Antoni Campañà; barricadita c/ Diputación, detrás de la Universidad (julio 1936)
Antoni Campañà; barricadas en el Eixample (julio 1936)
Antoni Campañà; plaza de Cataluña, antiguo hotel Colón
Antoni Campañà; campamento en la plaza de Cataluña
Antoni Campañà; plaza de Cataluña, salida hacia el frente (28/(/1936)
Antoni Campañà; 1) Miliciana en Ramblas-calle Hospital 25/7/1936; 2) Un "señorito" rechaza una insignia republicana. Las Ramblas (julio 1936)
Antoni Campañà; Convento de las Salesas. Paseo de Sant Joan, Barcelona, julio de 1936.
Antoni Campañà; 1) Miliciana en el cuartel del Bruch; 2) Esperando un desfile de la FAI (actual plaza Francesc Macià, verano 1936)
Antoni Campañà; dos mujeres, después de un bombardeo de la Barceloneta (1937)
Antoni Campañà; Un soldado de la IV División Navarra, en Cerbère (marzo de 1939)


4 comentarios:

  1. Con más de una foto de la GCE me he llevado un disgusto. La del miliciano muerto, la del paso del Ebro o la de Centelles del caballo son algunos de los más famosos ejemplos. Todas estas estaban "preparadas". Hay fotos que son magníficos posados, siempre y cuando se sepa que son posados. Pero colar una foto de posado como si fuera una foto sin preparación supone para mí lo mismo que una gran mentira. Confío en que estas de Campañà no ocurra eso y una parte de la "verdad" haya podido llegar desde los años 30 a este siglo limpia de manipulaciones. Cada vez tengo más valoración de lo "auténtico", y en el campo de la fotografía histórica esa valoración se engrandece.
    Mateo M.

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    1. ¡Hola, Mateo M.! ¡Cuánto tiempo! Estoy muy de acuerdo con lo que dices acerca de algunas de las fotos manipuladas y preparadas de gente como Doisneau, Capa, y Centelles, pero esto no tiene nada que ver con aquello, pienso.

      Las imágenes de las barricadas, del hotel Colón con las pancartas, de las momias de las salesas, de los campamentos en la plaza Cataluña, de los desfiles de los pobres tipos que iban al frente, de los destrozos de los bombardeos, no tienen ninguna pinta de estar preparadas. Otra cosa es los "posados" de las ufanas milicianas; se plantaban orgullosas ante la cámara, pero no obedece a un momento inventado, sucedía así.

      Tampoco otras, que no saco aquí de cuando Campañà, un tipo creativo, listo y poco proclive a las ideologías, a medio exilio se dio la vuelta para Barcelona, se alió con Ortiz-Echagüe, que era franquista, y continuó haciendo fotos, en este caso de los vencedores, de sus desfiles y de sus "logros".

      Supongo que todas las fotos publicadas se han "remasterizado" un poco, se ha aumentado el contraste y todo eso que es habitual hacer con originales cuyos negativos llevan tropecientos años en unas cajas.

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  2. A Campañà no lo conocía (lo que no significa nada, pues mi cultura fotográfica es de tercera división), pero el citado Capa, por ejemplo, es ejemplo de lo que digo. Ni siquiera se llamaba así. Buena parte de las fotos eran de su novia, con la que compartía pseudónimo. Un sableador nato y, lo verdaderamente rechazable, un auténtico preparador de fotografías. Le salva (y con nota sobresaliente) que hay que tener mucho valor para desembarcar en Normandía con los soldados aquel 6 de junio. Menos mal que llevo un tiempo en que me aplico a valorar a las cosas y a las personas por lo mejor que tienen, obviando lo menos positivo.
    Mateo M.

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  3. Por mi parte voy a recomendar otro fotógrafo, Eugene de Salignac. A ver qué tal.
    Mateo M.

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