martes, 23 de marzo de 2021

Landero: la lentitud, la soledad y la concentración

Ilustración de Iván Mata

Si G.U. hubiera nacido diez años más tarde, ¡cuánto le hubiera gustado tener como profesor de Literatura a un tipo como Luis Landero! En su lugar tuvo a un cura rutinario, casposo y balbuceante en 6º de bachillerato (equivalente al 4º de ESO de ahora, más o menos) y en Preu —así se llamaba al curso previo a la entrada en la Universidad— a un pobre hombre que todo lo llevaba escrito en unas hojas sacadas de alguna enciclopedia, que nos recitaba somnoliento, medio de memoria, medio leyéndolas, en una especie de soporífera salmodia. ¡Qué pena!

Según nos cuenta Luis Landero (Alburquerque, 1948) en El huerto de Emerson, su último libro, él les decía a sus alumnos cosas como éstas: «Yo solo quiero que la escritura os sirva para entrenaros en la lentitud, en la soledad y en la concentración, que es tanto como entrenarse en el asombro, y que de ese modo podáis descubrir la cantidad de cosas nuevas y extraordinarias que hay en vosotros mismos». Si uno hubiera tenido a un profesor así en su día, quizá hubiera emprendido otro camino, quién sabe.


Bueno, en El huerto de Emerson, Landero se interna por los senderos de la memoria, con pulso firme y buena prosa. Como dice Jordi Gracia: «Atreverse a usar una dulzura nada empalagosa y hasta a hincar los dientes en una infancia perdida e idealizada es un acto de coraje literario y moral». Pues eso, y G.U. se lo agradece.
Luis Landero, El huerto de Emerson, Tusquets Editores, 2021 (pág. 74-75)

Landero nos explica en este vídeo algunas de las claves de El huerto de Emerson

3 comentarios:

  1. Yo tampoco tuve la suerte de tener buenos profesores de Literatura: me tuve que espabilar solo, a salto de mata. Muy bueno y sintético el vídeo.
    Muchas gracias
    F.G.

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  2. Estupendos texto y video.
    Por cierto, no podía entrar en el blog. He tenido que hacer una martingala. MJ

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