Tanto escribir aquí sobre asuntos que nos son tangenciales, como lo del Barça, y ahora que una cosa nos toca el corazón de verdad, no tenemos más remedio que hacerlo. Se trata de algo muy personal. G.U. sabe que eso no interesa a nadie, pero está en su casa y escribe lo que quiere, para eso está.
Nos entristece mucho no poder estar en Ibiza hoy. Ya saben por qué. Quizá sea difícil de entender que el fallecimiento, tan inesperado, de una persona que no era ni familiar ni tan siquiera amigo duela tanto. Es la historia de trece años intensos, una persona con la que contábamos siempre, siempre puntual, siempre solícita, un buen tipo. La última vez que intentaron entrar a la casita de Cala Bassa, en julio pasado, fue él a mirar qué pasaba, esperó a la Guardia Civil y NO nos dio buenas noticias.
Hace unas semanas hablamos con él por teléfono. Nos dijo que esperaba a que pasaran los calores para arreglar un muro muy maltrecho. Estábamos a punto de ponernos en contacto para ver cómo estaba el asunto, después de las lluvias. Pero no lo hicimos y ahora esto. G.U. ha llorado como no lo hacía desde el 11 de noviembre pasado, ya saben. Y ahora aún sigue haciéndolo a ratos. G.U. es débil.
Doña Perpetua se ha puesto a escribir y, ya al final de su cuaderno, todavía en absoluto shock recién conocida la noticia, le han salido "a bote ponto" las líneas que pueden leer ahora, si lo desean.
Poco puedo decir, solo que por lo leído y por tus palabras, por lo que se ve, era una gran persona.
ResponderEliminarMe sumo a tu dolor.
DEP
Meister Eckart, el místico alemán del siglo XIII-XIV, dio un giro a la consideración de las dos hermanas, Marta y María. La tradición había hecho de María, la que se dedicaba a escuchar a Jesús y a servirle, un modelo espiritual ante su hermana Marta que se dedicaba a trabajar en las cosas de casa y estaba siempre hacendosa. Eckart dijo que María era inmadura pues buscaba una recompensa, el regocijo, el bienestar de sentir la presencia divina; Marta, en cambio, no buscaba recompensa, no buscaba nada para sí misma, su servicio era un actuar sin un porqué, sus tareas representaban un estado de libertad interior... Supongo que no te cabe duda de a qué modelo representaba José Tur Marí, entregado a su trabajo, siempre presente, sin pedir nada a cambio, sin ruido, sin demandar agradecimiento ni recompensa. Si existiera el paraíso, sin duda, allí estará, y si no existe, su vida ha sido ejemplo de la más alta espiritualidad. Saludos.
ResponderEliminarHas ofrecido una bella respuesta, Joselu. Con permiso de Gran Uribe, me sumo a ella.
EliminarUn abrazo para el propietario y un aplauso para Joselu.
ResponderEliminarUn saludo.
Muchas gracias a los tres, en nuestro nombre y en el de Pep "de Cala Vadella", allí donde esté. Joselu lo descrito a la perfección.
ResponderEliminarUn abrazo
Amigo Gran Uribe, te acompaño en el sentimiento.
ResponderEliminarDuele cuando una persona, ejemplo de servicio, como José Tur se va.
D.E.P.
Muchas gracias, Francesc. Duele mucho.
EliminarUn abrazo
Llorar por el inesperado fallecimiento de una persona servicial, q os ayudaba en la distancia no es de ser débiles , mi querido GU, es de ser sensibles y sentidos tal cual eres tú. Siento encontrarte tan afectado, ojalá el tiempo amortigüe la pena q el fallecido miento de este hombre os ha producido a Doña perpetua y a ti, ánimo y un abrazo muy fuerte! DEP.
ResponderEliminar¡Caramba. María!, esto sí que es una agradable sorpresa, pese a ser en circunstancias que para nosotros, para su familia y sus muchísimos buenos amigos no son placenteras.
EliminarUn abrazo fuerte. ¡Gracias por la visita!