Vamos a ver si nos entendemos. G.U. no infravalora para nada la formación
adquirida en la Escuela de Arquitectura. Tampoco infravalora el título de
arquitecto obtenido allí, muy al contrario, le ha permitido dar clases de la
materia que le gustaba durante treinta años. Su padre le pagó la carrera.
¡Gracias!
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Xavier Miserachs / Diagonal, Señora, Dauphine, Escuela de Arquitectura y Escuela de Ingenieros (1962) |
Pero les confiesa que hubiera preferido ser diseñador industrial más que
arquitecto, una profesión que es muy complicada. [Aunque en aquella época las carreras universitarias a elegir se
contaban con los dedos de dos manos. Y la otra cosa que le hubiera interesado,
Ingeniero Agrónomo, se cursaba en Madrid]. En fin, no le hubiera importado
nada ser una especie de Miguel Milá, vamos. Un gran tipo.
1) Le diferencian de él varias cosas, a saber. Que G.U. tuvo
problemas, sí, pero no demasiados, para ir aprobando las asignaturas de Arquitectura. También se
diferencia, y eso quizá lo hubiera invalidado para ejercer ese oficio, en que
no tiene ningún amor ni por las ferreterías ni por el "Servicio Estación" ni
por el bricolaje ni por las cajas de herramientas que comporta esa afición.
Muy al contrario que Milá, que se hubiera pasado días enteros recorriendo esa
tienda de la calle Aragón.
A este respecto escribe Milà en el libro al que luego nos referiremos:
«Mi fuente de inspiración no son las ferias de diseño ni las revistas ni los
libros. A mí me encantan las ferreterías. Yo viviría en "Servicio Estación"
—que es mucho más que una ferretería—. No voy a ver lo que me hace falta,
sino lo que me podría hacer falta. Tengo siempre hambre de herramientas».
Esa tienda que le cae gorda a G.U., aunque reconoce que es práctica. Empezó
siendo gasolinera (Service Station) y luego ya devino en SERVICIO ESTACIÓN
hasta lo que es ahora, ya remodelada: SERVEI ESTACIÓ, en la calle Aragón, en
la misma manzana que la casa Milà, de Gaudí.
2) Pero se le asemeja en un cierto rigor proyectual, en su sentido de
la ergonomía, en su afición por que los objetos sean prácticos y funcionen
bien, en su capacidad de observación del entorno, en que es un poco cabezota
hasta conseguir encontrar la solución a problemas domésticos y en cosas de ese
tipo.
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Miguel Milá en su mesa de trabajo / Fotografía: Mariana Eidler |
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El libro de Miguel Milá, con la lámpara TMM (1962) en portada / Mordiendo la pantalla de la lámpara TMC (1958) |
El libro MIGUEL MILÁ; Lo esencial, el diseño y otras cosas de la vida (Ed.
Lumen, 2019) nos interesó mucho en su día, por su claridad, sencillez y buena edición. En él
leemos lo siguiente:
G.U. comparte totalmente el último párrafo de este texto. «El buen diseño no se nota, pero se agradece, porque mejora la vida de todos. La hace más cómoda. No la revoluciona. El mal diseñador prefiere lucirse a ser discretamente útil». Con este decálogo (doble), acaba el libro, escrito por Anatxu Zabalbeascoa como transcripción de las decenas de horas de conversaciónes en la casa de Miguel Milá.
DECÁLOGO (doble) PARA ENTENDERME A MÍ MISMO
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Prefiero el diseño útil. Un beso
ResponderEliminarEl que hace este señor es útil, funcional, amigable y discreto. Sin ir más lejos, yo tengo desde hace años dos lámparas de las que salen en la foto, la TMM y la "lámpara cestita" y estoy cotentísimo con ellas; dos de ambiente y para leer, de altura regulable (TMM); la otra la tengo en una mesita cerca de mis plantas y las ilumina suavemente. Besos
EliminarEl diseño debe acompañar el uso o mejorarlo. Un coche o un camión, que es de lo que en
ResponderEliminarteoría puedo opinar, además de ser más agradables a la vista debe mejorar su uso, su consumo de combustible o su comodidad, todo lo demás sobra, creo yo. Siempre soy partidario de eliminar lo prescindible, de buscar las formas proporcionadas, de repartir los pesos, de aumentar la eficacia.
Puedo decir, porque es verdad, que en el año 1992 me pidieron que dibujara el coche del futuro en un concurso de la marca donde estaba y creo que lo hice bien, dibuje un coche similar a los que ahora se hacen, menos "morro", menos "culo" y más habitabilidad del espacio donde están los pasajeros. Cuando me pidieron que explicara porque lo habia dibujado asi dije:
El coche medio de la marca media 4.027 mm de largo y yo justifique mi dibujo de la siguiente forma "Si ocupamos cuatro metros de espacio ¿por que no los aprovechamos?". Me lleve el primer premio esa ocasión y aunque la recompensa fue escasa el tiempo me ha dado la razón.
El diseño debe estar al servicio del hombre no el hombre al servicio del diseño.
Un saludo
«Siempre soy partidario de eliminar lo prescindible, de buscar las formas proporcionadas». Coincidimos.
Eliminar¡Enhorabuena, D.F.! No debe de ser nada fácil dibujar o diseñar un coche y menos del futuro y todavía menos ganar un concurso con ese dibujo. De todas formas, yo no te habría dado el premio: necesito que los coches tengan culo para poner el "maletamen" (viajamos con media casa a cuestas).
Un saludo.
Dos años después de la foto(1964),fue mi entrada en el edificio que tapa arquitectura,ingenieros.Enorme,con ventanales,pasillos largos,donde las corrientes de aire(efecto tubo),estuvo a punto de que lo echaran abajo(decían).Eso sí, era tan grande que había espacios y clases de sobra.Incluso para reuniones,digamos políticas,con las consecuencias de cortar la Diagonal,para cabreo del director,que nos llamaba niñatos,qué queríamos. Ahora está más lleno,porque se hacen cursos especiales,asistí a uno de la Generalitat,para el asunto de los trienios.
ResponderEliminarLa foto es importante,se ve lo vacía que estaba de coches y edificios,sin el Corte Inglés,ni Biología, ni Física. En la acera de enfrente sí que estaba Económicas. Como la avenida hace cuesta,se ha repetido la foto,por distintos fotógrafos, en distintos tiempos.Alguna con mérito
artístico
Saludos
Mi hermano entró en la Escuela de Arquitectura (ETSAB) en el curso 1964-65, en el mismo año que tú en Ingenieros. Yo entré en la ETSAB en el curso 67-68 y me licencié en 1975, con proyecto de fin de carrera presentado y aprobado el día 13N, una semana antes de que se cumplieran "las previsiones sucesorias" (20N). Especialmente a partir de mayo del 68 (pero ya antes) fueron años muy convulsos, con la escuela tomada y los grises dando cachiporrazos sin misericordia alguna. Aquellos tipos montados a caballo con sus abrigos daban verdadero pánico, y una vez, huyendo de uno de esos encuentros en una manifestación bastante violenta en el 600 de mi hermano, nos pilló entre dos fuegos. Un colega de la ETSAB tiró una gran piedra, de esas de las vías de tren, contra los grises, con tan mala fortuna que nos rompió el parabrisas y, de no mediar que pude descubrir a tiempo la llegada del misil y me protegí con el brazo, ahora estaría "criando malvas" desde hace 50 años, pero el brazo me quedó lisiado durante bastantes meses.
EliminarEn fin, era raro el año en que la Escuela no estuviera cerrada medio curso y había que documentarse en casa. Creo que hubiera aprendido bastante más de lo que sé (que no es mucho) sin esos cierres temporales tan asiduos. La Diagonal la recuerdo ni más ni menos que como en la foto de Xavier Miserachs. Como los profes de "Proyectos" siempre llegaban muy tarde a clase (de las tres horas, no era raro que se saltaran la primera), yo me entretenía asomado a las ventanas de la Escuela, a un lado y al otro de la Diagonal (entonces llamada "Avenida del Generalísimo Franco"). De la Escuela de Ingenieros recuerdo las ventiscas a las que te refieres, haber asistido a alguna asamblea (había muchas, en tu Escuela y en la mía), al Cine Club y, ya cuando era profe, a algún curset de informática y cosas así, por aquello de los trienios y sexenios, ya sabes.
[img]https://martirom.cat/wp-content/uploads/2023/01/x4-19740307-p-scaled.jpg[/img]
Algún día (no soy de pluma fácil) escribiré en el blog sobre ese asunto, porque veo que nadie lo ha hecho hasta ahora y hay "tela marinera", aunque dudo que haya mucha gente de la que me sigue a quien pueda interesar algo tan añejo. Pero para eso lo tengo: para decir lo que me da la gana, dentro de un orden (me contengo un poco, a veces), relatar algo de las cosas que me gustan (viajes, paisajes, edificios, exposiciones, libros, etc.), hacer mis composiciones y montajes, etc. y compartir todo eso con los que se asomen por aquí (pocos).
¡Gracias por aportar estos recuerdos de tu Escuela! Saludos.
Perdón que me meta en la conversación. Este año es el indicado Uribe. ¡Aprovecha el cincuentenario de la muerte de Franco! ¡Es el momento para que aportes tu granito de arena a esas conmemoraciones!
EliminarMuchas gracias
F.G.
He encontrado esta foto "en technicolor" de la Diagonal, las escuelas universitarias y colegios mayores por aquellos años de los que hablábamos.
Eliminar[img]https://www.tot-hospitalet.cat/wp-content/uploads/2022/02/DIAGONAL-1200-1024x743.jpg[/img]
[Avenida Diagonal. Barcelona, ca. 1965 De A. Campañá y J. Puig-Ferrán]
No es mala idea, F.G. Quizá estos testimonios de la Universidad en los estertores del franquismo puedan interesar a Pedro Sánchez, quien, o no había nacido aún o era un imberbe bebé, recién salido —desnudito y sin dientes— del vientre de la señora Pérez-Castejón (natural de Lorca).
Me ha parecido muy noble y honesto todo lo que expresa este hombre, además de sensato. No es nada habitual y menos en el mundo del diseño que se reconozca haber sido un mal estudiante, habitualmente todo el mundo infla sus currículums, además de mencionar los cuarenta master en escuelas de reconocido prestigio porque si no avalas con papelería tus propuestas no eres nadie, así que leer a este hombre resulta sanador. En el mundo del diseño, como en la arquitectura ( qué te voy a contar que no sepas) y en general cualquier ámbito creativo, hay mucho de marketing y postureo, parecido al mundo del vino, entienden y saben de verdad dos, el resto se dedica a agitar la copa mientras meten la nariz para olfatear con cara de entendido sin tener ni idea .. Yo no tengo ni idea, pero tengo varios amigos en ese mundo y por eso, en alguna ocasión les he acompañado a Madrid Desing Festival una cosa parecida a ARCO pero de diseño y ahí observo muchísimo esto que te comento, diseñadores que como divos de opereta van con una corte de moscas revoloteando a su alrededor , por eso leer a este hombre con la naturalidad de quien sabe lo que hace, por qué y para qué lo hace y además lo hace bien, es fantástico.. conozco esa lámpara TMC, lo único que reconozco, pero no sabía de quien era, así que descanse en paz el Sr. Milá, mil gracias por darnos a conocer a gente normal que sabe ser “discretamente útil”, algo extraordinario en un mundo lleno de inútiles precindibles que se creen el ombligo del mundo jajaja Un abrazo muy fuerte GU!
ResponderEliminarMiguel Milá tenía una familia muy influyente. Empezando por su padre, "Conde de Montseny", siguiendo por parientes por parte de padre y madre, como Perico Milá y Camps, que fue el promotor de La Pedrera (Casa Milá) y de la plaza de toros Monumental. Y continuando por el hermano de su abuela materna, el gran Enric Sagnier, un arquitecto del que he hablado aquí algunas veces, me parece recordar. En cuanto a su sobrina, Mercedes MIlá, supongo que no necesita presentación. Según su tío, es muy inteligente, no lo sé. Aparte de aquel glorioso día en que Francisco Umbral se enfadó porque había venido "a hablar de mi libro" y de sus intervenciones presentando "Gran Hermano" en Tele 5, poco más sé de ella. Sentido del ridículo no le falta.
EliminarMiguel Milá era considerado por la progresía como un "diseñador preindustrial", por su amor por la utilidad, los trabajos manuales, la artesanía y el producto bien hecho, de líneas clásicas. Hasta el punto de que empezó a ser ninguneado durante el auge postmoderno de la Barcelona Olímpica y sus diseñadores "estrella" (Mariscal y Cía). Eso le hizo dudar de si intentar imitar a esos figuras que estaban "en la pomada", a la cabeza de lo que se hacía en los ochenta-noventa. Por suerte para todos, no cayó en la trampa y siguió a lo suyo hasta su muerte, de modo que hoy en día se le ha "perdonado la vida" por no ser "una estrella" y está muy valorado, no solo por sus lámparas TMM y TMC.
No he estado nunca en ese Madrid Design Festival. Ni he ido ni pienso ir, me lo imagino perfectamente, según lo que explicas. No me gusta ver pavos reales pavoneándose. El pavo me gustaba comerlo en Nochebuena, con su relleno, pero como todo el mundo consideraba que quedaba muy seco, se acabó suprimiendo del menú. Una pena. Tradicional que es uno.
Un abrazo fuerte.
Estimado colega, yo también estoy muy agradecido a la ETSAB, aquellos estudios tan exigentes y con tantos profesores extraordinarios. El estudio de la carrera y luego la práctica profesional como liberal y arquitecto autónomo me han proporcionado unos años de mucha satisfacción, han sido años de entrega y de grandes responsabilidades.
ResponderEliminarSiempre he admirado a los grandes diseñadores, entre ellos Miguel Milá, sus diseños son hitos del diseño industrial moderno. Coincido completamente con sus ideas en cuanto a proporcionalidad, utilidad, belleza, funcionalidad.
Saludos
Era muy exigente la carrera y yo lo he agradecido siempre. Nunca hice caso de aquellos que invalidaban ciertas asignaturas con frases del tipo: "esto no sirve para nada", "no lo volveremos a usar nunca", etc. Todo nos formó y esculpió la mente. Tuvimos bastantes profesores muy buenos, como hemos comentado otras veces, de esos que nunca olvidas por sus buenas enseñanzas. También algunos "paquetes", pero eso es normal que suceda y apenas han dejado huella en mí. En cuanto a la profesión, cuando se ejerce como y liberal y autónomo, es dura, difícil y de gran responsabilidad, como bien sabes. Otra cosa es si trabajas en el despacho de unos arquitectos de prestigio, donde hay doscientos tíos. Me refiero a los casos en que tú diseñas y poco más: ni has de buscar clientes ni cobrarles al final ni firmas los proyectos ni las direcciones de obra. Yo no tuve la suerte de encontrar eso y creo que me hubiera sentido a gusto en ese estatus, aunque imagino que debe de crear cierta presión que lo que hagas le parezca bien al arquitecto en jefe. Y si no le gusta, mal asunto.
EliminarMiguel Milá, como le explico a María, tuvo una época en que se lo ninguneó y el hombre se empezó a preguntar si no tendría que hacer los mismo que hacían los que seguían las modas del momento. Tampoco se le perdonaba que fuera de familia conservadora, de la alta burguesía y, en parte, aristocrática. Pero, por suerte, pasó de todo eso y acabó determinando: «Yo no voy a diseñar nunca lo que no me gusta y no sé hacer».
Un abrazo.
Soy de letras, pero admiro la simplicidad y las lineas puras del diseño. Me gusta que sea limpio y efectivo, como la aceitera que no derrama una gota fuera, o la silla Tonetti, que es cómoda, simple, pero la prefiero con apoyabrazos y no deja que el culo se hunda.
ResponderEliminarMe gusta la Lambretta, una moto diferente, que no ensucia la ropa, con su rueda de recambio...esos son los diseños que me agradan, los que me facilitan la vida, no los que me la complican.
No puedo hablar del Sr Milá, desconozco, ya ves, su trabajo, pero con las fotos que has puesto ya voy encarrilado. Las líneas son diáfanas.
Ahh, me dejaba la cafetera Moka, la italiana, que sigue siendo de una belleza insuperable.
Un abrazo y gracias por traerlo a colación y enseñármelo.
salut
[img]https://lamaravilla.es/wp-content/uploads/2020/05/image1-600x598.jpg[/img]
Eliminar[img]https://m.media-amazon.com/images/I/81nAa-Vdj2L._AC_UF1000,1000_QL80_.jpg[/img]
[img]https://ineffablecoffee.com/wp-content/uploads/2022/10/ineffablecoffee-cafetera-moka-express-07-6-tazas-300ml.jpg[/img]
Desconozco la silla Tonetti, aunque no las Thonet en sus diferentes modelos.
Por lo demás, su hermano Leopoldo Milá trabajó para Montesa, diseñando la primera Impala y la Cota 247 (Delta de Plata 1968).
[img]https://www.formulamoto.es/wp-content/uploads/2021/05/preview_9b9213c204e66.jpg[/img]
Un abrazo.
Ostras¡¡¡ es que me ha venido a la cabeza el apellido de unos payasos llamados Tonetti, de hace muchos años,
Eliminarhttps://www.google.com/search?q=tonetti+payasos&oq=tonetti+payasos&gs_lcrp=EgZjaHJvbWUyCQgAEEUYORiABDIKCAEQABiABBiiBDIKCAIQABiABBiiBNIBCDQ1MDFqMGo3qAIAsAIA&sourceid=chrome&ie=UTF-8#fpstate=ive&vld=cid:64f3d5d3,vid:PvwsuTvDXy0,st:0
y lo he escrito a lo animal...es la Thonet, tal como dices... perdona...pero con reposa brazos ¡¡¡
Mil perdones ¡¡¡¡
[img]https://desantanderapeniavieja.home.blog/wp-content/uploads/2020/01/circo-atlas.jpg[/img]
Eliminarjajajajaja...esos ....esosssss....
EliminarHola, Uribe. Pues mi esposa tenía en su casa, antes de casarnos, esa lámpara que figura en la portada del libro del señor Milá ¿TMC? Era estupenda para leer, además se le podía graduar la altura para dar luz de ambiente. Como no quedaba muy bien estéticamente era cuando deslizaba la pantalla hasta lo alto del palo de madera; quedaba como dscompensada. Pero era una maravilla, te lo juro. Iba con una especie de argoyas de goma que a base de subir y bajar se desgastaban y había que reponerlas. Había una ferretería cerca de su casa ("pongamos que hablo de Madrid") donde las encontraba. Esa ferretería ya no está. Todas van desapareciendo y hay que ir a los poligonos del extrarradio a buscar esas cosas. Pero al casarnos se quedó allí, con sus padres, y como resulta que es muy cara no hemos podido comprar otra.
ResponderEliminarEn cuanto a ese decálogo, estoy de acuerdo en bastantes de los puntos. Era una persona sensata y con sentido común (el menos común de los sentidos), virtudes que le van bien a un diseñador.
Muchas gracias.
No me extraña que no os la hayáis comprado. El precio de laTMM, Santa & Cole (Miguel Milá) en Beunza Luz leo en Internet que es 761,09€. Pero... ¡si son unos trozos de madera, un portalámparas y unos pantalla! ¡Amigo!, las patentes...! Es cierto que es una buena lámpara, práctica, sencilla y amigable, pero ese precio... En cuanto a la TMC (metálica) es algo más cara: 920,51€. Quizá en Wallapop...
EliminarSobre el decálogo: yo también firmaría varios puntos.
Muchas gracias a ti.
Vaya hemeroteca que tienes, a ti no te la pueden dar con queso.La foto de la Diagonal,en color.Se ve muy poco la escuela de aparejadores,siempre fue y sigue siéndolo más pequeña,ahora tiene otro nombre.La conozco bien,porque compraba útiles para el dibujo técnico y lo más importante comía en su restaurante,en la planta de arriba,barato y bueno.Algo que no ocurría en ingenieros.No se ve farmacia,detrás de la residencia de estudiantes, del mismo ladrillo.Me gusta ver estas fotos.
ResponderEliminarLas otras de mobiliario,estupendas,seguro que tenía alguna lámpara.,pero al ser mi mujer del mundo del arte,prefiere el mueble modernista.
Saludos
Yo también conocía bien la Escuela de Aparejadores, que se ve poco en la foto. Allí iba a comprar en los primeros años el papel "Canson", el papel para acuarela, unos cuadernillos de papel de barba para hacer croquis por la calle, los "rapidograph" (luego, "rotrings"), pinturas, minas para el portaminas, esas cosas. Después instalaron en Arquitectura una cooperativa y ya las compraba en ella. En cuanto a comer, solía ir a los Comedores Universitarios, que estaban debajo de la Facultad de Bellas Artes, que estaba a su vez por debajo de Arquitectura e Ingenieros. El bocata para desayunar me lo zampaba en el bar de la ETSAB, que también estaba en el ático; un "país con tomate" buenísimo, con vistas a la Diagonal y a Monjuich.
EliminarSaludos
Tres cosas desligadas entre sí, comentaré de esta entrada:
ResponderEliminar1- Estudié en la Escuela de Ingenieros de Bilbao, un magnífico edificio del arquitecto Jesús Rafael de Basterrechea. Es de esas arquitecturas que van de mitad de los 50 a mitad de los 60, que conjugaban esbeltas líneas con cerramientos de piedra vista que les daban cierta nobleza. El edificio está al lado de San Mamés y, en su momento, desde el aula de dibujo se podían ver unas tres cuartas partes del terreno de juego.
2-De la foto de Miserach, lo que me llama la atención es la señora subiendo afanosamente por el lateral de la carretera, sin arcén y sin acera siquiera. Lo más moderno (la gran vía y los edificios universitarios) yuxtapuesto con lo que ya entonces parecía parte del pasado.
3-Al diseñador, al que no conocía, le pondría dos matrículas de honor a su doble decálogo. Si hay algo que no aguanto es el postureo, incluido el "artístico".
Mateo.
Buen edificio de un buen arquitecto, Jesús Rafael de Basterrechea. Y si desde él se veía el viejo San Mamés, miel sobre hojuelas. Lástima que los días de partido (antes siempre era en domingo) no hubiera clase; ya me veo a todos los estudiantes asomados a la ventana.
Eliminar[img]https://docomomoiberico.com/wp-content/uploads/2010/05/E_PV_A11_01.jpg[/img]
La Escuela de Ingenieros de Barcelona no me gusta, a pasar de que la proyectó otro buen arquitecto, Roberto Terradas Vía, que fue catedrático de Proyectos y director de la Escuela de Arquitectura. Murió repentinamente en junio de 1976 mientras explicaba en qué consistía la profesión de arquitecto a unos alumnos de bachillerato de un instituto.
[img]https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/e/ea/ETSEIB.JPG/800px-ETSEIB.JPG[/img]
Aun así, me parece mejor edificio que el de la ETSAB.
En cuanto al doble decálogo. Anatxu Zabalbeascoa pasó bastantes horas en conversaciones con Miguel Milá y de ahí sacó el libro del que hablo, dado que Milá ni quería ni se sentía capaz de escribirlo él. Y de ahí se extrajo este doble dcálogo, con el que comulgo en casi su totalidad.
Saludos.