domingo, 5 de enero de 2025

De ilusiones y desilusiones

Esta tarde hablamos, cómo no, de los Reyes Magos de Oriente. Un primo de G.U. le contaba su experiencia cuando preguntó al hijo de la portera qué le habían traído los Reyes. Le contestó: «A mí nada porque somos pobres». Es algo que siempre nos inquietó, esa "injusticia" de sus majestades. A unos, unos regalazos tremendos, a otros, lo que explicaremos más abajo y, finalmente, a otros, NADA. Era un poco raro, pero G.U. no indagó más; se ve que no le había entrado aún su vena investigadora...

Hoy en día no sabe cómo está el asunto. En las imágenes de la cabalgata de esta tarde se ven niños ya bastante mayores. Antiguamente era fácil mantener el engaño, porque no había TV, solo la radio. Pero hoy en día es difícil entender cómo esos niños no se han enterado todavía (algunos tal vez disimulan). 

Algunos de los juguetes de Luis Miguel Martínez-Gómez, coleccionista de Albacete
En nuestro caso, hablamos de hace tropecientos años, la tarde había sido de muchos nervios, bastante hiperventilada, aunque la mayor parte de ella la solíamos pasar en el cine Adriano, poco concentrados en la película, la verdad. Y ya por la noche nuestros esforzados padres montaban una compleja puesta en escena que incluía toses, arrastre de sillas, pieles de naranja (como si se las hubieran zampado los Reyes) y cagarrutas de caballo simulando las de camello (algo que niega su hermano, "El Tapir"; quizá eso lo haya soñado G.U., pero es que en las calles abundaba por entonces ese tipo de excrementos). 

Pero todo eso lo veíamos al día siguiente. Ya muy temprano, a través de la cerradura, se intuía la prometedora silueta de los indios a caballo asaltando el fuerte, los soldados de azul, las caravanas, todo eso. Magia pura. Y al entrar en la sala, en efecto, todo eso más algún libro de Salgari (El Corsario Negro, Sandokán, etc.) o algún juego como "Detectives" (ahora lo llaman "Cluedo"), con el que nos divertimos muchos años. Pero el tren eléctrico "Marklin", nunca. Y nunca se lo echamos en cara.

Fragmento de la colección de libros de Emilio Salgari, de Editorial Molino: piratas, tuaregs, brahmanes, cowboys, de todo...

La verdad es que G.U. no conserva recuerdos posteriores que le evoquen una emoción parecida a la de aquellos días. En efecto, nada fue igual después... En fin, hay muchas maneras de entender el asunto. Hay quien dice que es una p*tada tener engañado al niño. G.U. no lo ve así. La ilusión de esos años no la cambia por nada. Y la desilusión posterior, no es más que la primera que tenemos, pero no la última. La vida también se compone de eso: ilusiones, que buena falta hacen, y... desilusiones, qué se le va a hacer. La verdad es que tampoco nunca se le ocurrió echar en cara el engaño a sus padres; por contra, solo agradecimiento por el esfuerzo de todo tipo que les suponía y las alegrías que nos dieron.

Miguel de Unamuno, Agranda la puerta
Aquí les dejamos con Telemann y la Siciliana de su Concierto para Oboe d´Amore. Paz y tranquilidad.
 

20 comentarios:

  1. Yo guardo pocos recuerdos de niña. Un beso

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    1. A mí, en cambio, me pasa al revés. No me acuerdo ni de lo que cené ayer, pero de la infancia guardo muchos recuerdos. Besos

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  2. Soy otro
    que tiene
    muchos.

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    1. Ya se lo comento a Susana. Tengo muchos recuerdos de infancia y me gusta tenerlos, quizá porque viví un buen ambiente familiar.

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  3. Que mierda de blog tienes

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  4. Mi más que apreciado Gran Uribe:
    Yo guardo buenos recuerdos de los Reyes Mágicos, al final de cuentas La Pepita supo mantener la ilusión en el engaño. Es ilusionante que a pesar de saber que no existen si exista la posibilidad de un regalo, ¡un regalo!, y que ese regalo sea un juguete, ¡un juguete!.

    Bajo esta premisa no hay rey mago falso, pues la magia está en el obsequio, y poco más a hablar.

    Creo, lo expuse en lo de Francesc esta semana, que cada niño es un mundo, aunque todos los mundos giran, y que como tal a unos se les puede decir antes y a otros después. Cada padre/madre, ha de saber cuando y como. Ayer , sin ir más lejos, le hablaba a Enzo, mi nieto de once años, de que Heidegger, un tipo que pensaba, así se lo presenté, nos decía que tiempo y espacio siempre van unidos, y que el espacio (lo físico) tiene que estar sujeto al tiempo en que vivimos, y que lo que no es normal es que a un niño de cuatro años le expliquemos lo de los reyes, (en una sociedad que lo celebra de pleno) como que tampoco es normal que un niño de once crea en ellos.
    Todo a su tiempo.
    Por lo demás decirte que cuando no escribes te encuentro a faltar, ya ves.
    Un abrazote ¡¡¡

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    1. Yo tampoco veo normal ni deseable que un zagal de once años crea en Sus Majestades. No sé si los hay, pero no me extrañaría, en esta sociedad infantilizada. Me sabe muy mal que haya padres que a los cuatro años les quiten esa ilusión al niño, porque aunque la magia esté en el obsequio, como dices, un regalo dado por los padres no creo que sea lo mismo que uno envuelto en ese misterio.

      En cuanto a tu última frase, contigo no me pasa porque por suerte no fallas ni un día. Eso sí, reconozco que cuando no tengo nada que aportar no comento y me limito a leer lo que dicen tus seguidores y tus respuestas.
      Un abrazo

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  5. Amigo Gran Uribe. Aquellos años quedan muy atrás, tengo pocos recuerdos: un juego de carpintero, los juegos reunidos Geyper, una lancha de hojalata y poca cosa más. Tampoco recuerdo cuándo me enteré de quienes eran los Reyes Magos. Lo que sí recuerdo es el poco entusiasmo que tenía desenvolviendo los juguetes, mis padres no comprendían mi falta de ilusión.
    No conozco muy bien cómo son los niños de hoy, por lo poco que veo se enteran mucho más tarde que nosotros de la identidad de lo Reyes Magos, parece que la ilusión y la fantasía les duran más tiempo y la decepción les llega más tarde, creo que está bien que las decepciones lleguen tarde.
    Por lo que veo, todo el aparato publicitario y comercial está volcado en retrasar las decepciones y creo que hay una voluntad general de mantenernos retrasados.
    Ah! y muchas gracias por ese Telemann que nos regalas por Reyes.
    Salud.

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    1. ¡Ah!, los JUEGOS REUNIDOS GEYPER, qué buenos. Yo, a diferencia de ti, guardo bastantes recuerdos y con mis hermanos los comentábamos con frecuencia, pero cada uno tenía una visión diferente. En cambio, hoy en día tomo un libro y es habitual que tenga que volver para atrás porque he olvidado lo anterior, aunque lo hubiera leído ayer.
      Dices «parece que la ilusión y la fantasía les duran más tiempo y la decepción les llega más tarde». Pues sí, va a ser eso. Aún recuerdo preguntar como tutor a alumnos de 16 años de instituto a dónde querían ir de excursión y clamar como locos ¡Al Tibidabo, al Tibidabo! Una actividad que dejó de ilusionarme ya a los 12. Y añades «creo que hay una voluntad general de mantenerlos retrasados». También va a ser eso.
      Telemann es mucho Telemann y esa música apaciblemente tranquila me pareció adecuada para incorporarla aquí.
      Saludos.

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  6. Ah, me parece que ya sé quién es esa anónima impresentable que tiene la costumbre de insultar para llamar la atención.

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    1. Veo que eres un buen investigador, y eso que no jugaste de pequeño a los "DETECTIVES"... Debo confesar aquí (aunque ya te lo he dicho personalmente esta mañana) que he eliminado el 3º y 4º porque contenían palabras bastante desagradables, de esas que no solemos utilizar en los blogs nuestros, afortunadamente.

      un abrazo

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  7. Muy bonita la poesía de Unamuno.Aqui sentado al amor de la mesa camilla,viendo como mis hijas se afanan en presentar los regalos,antes de que venga la tropa desde sus cuarteles.Ya nerviosa,los más peques presionan a los grandes,temen que desaparezcan, algo que los mayores saben que no ocurrirá. No sé si me tocará carbón, algo que le tocó un año a una nieta y desde entonces cambió radicalmente.Como es lógico, el más favorecido será mi nieto de 6 meses,un angelito de bueno.
    Saludos

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    1. Esa poesía incide en lo que estamos hablando de la ilusión. Me pasa como a Unamuno. Muchas veces quisiera volver a ser un niño.
      No creo que te toque carbón, porque a pesar de que te agrada más que a mí llevar la contraria y polemizar, en el fondo eres "buena gente".
      Saludos.

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  8. No me faltaron regalos de reyes en mi niñez, pero lo que más apreciaba eran los tebeos y, más tarde, los libros. Fui un lector voraz de la colección Historias, de Emilio Salgari, Julio Verne, Richmal Crompton... Todos mis juguetes se disuelven en el olvido, pero no lo que leí. Siempre me ha parecido obscena la mañana del día de Reyes. En tiempos de escasez podría tener sentido, pero no en los tiempos de exceso de hoy en día. Hoy en la calle he oído a un muchacho de once años que quería un Iphone no sé si 15 o 16. No sé por dónde va la serie. No es ahora una. mañana mágica sino una mañana de realidades que son excesivas e innecesarias. No me gustan los regalos, me hacen sentir mal. Saludo, G.U.

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    1. Me pasa como a ti: reconozco que no me gustan nada los regalos. Ni hacerlos ni recibirlos. No sé escoger, me da pereza; me han de decir lo que quieren y entonces ya deja de perder sentido el regalo. Y no me gusta que me regalen porque, como explico a alguien más arriba, nunca sé qué cara poner, dado que por lo general nunca han acertado conmigo (especialmente en la casa familiar de mi esposa, en Ibiza; aquello era una payasada ridícula, llena de formulismo absurdo, menos mal que se suprimió).

      Yo leí de pequeño muchas novelas de los autores que citas. Julio Verne (aún lo leo) y, sobre todo (por ser el escritor favorito de mi padre cuando era pequeño) las 84 novelas de Salgari, un tipo que escribió todas esas aventuras increíbles en mil confines de la tierra sin haberse movido nunca de su casa.

      Creo que yo era el que más leía de mi clase y eso me ayudó mucho a escribir correctamente y sin faltas, sin necesidad de saber las reglas de ortografía ni gramática. También a enrollarme con soltura en los exámenes de Historia, en los que sacaba dieces aun sin haber estudiado nada. Lo que no sabía... lo inventaba, pero se ve que con cierto "arte".
      Saludos

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  9. La mayoría de cosas que citas no las viví. Por ejemplo, no viví las calles con residuos de caballo. No conozco la mayoría de los juegos que muestra el coleccionista de Albacete del enlace. Pero no te lo pierdas, jugué al cluedo, que debe ser parecido a los detectives que citas. Me malicio que de tanto jugar a eso te salió la vocación investigadora, no sé si científica o de sucesos. Eso sí, tuve muñecas Nancy y algunas cocinitas, cosas de mujeres... De Salgari leí alguno que tenía mi padre de la editorial Saturnino Calleja. Me acuerdo de "La montaña de luz", con muchos tigres. Que no me olvide: me ha gustado mucho la ilustración musical. Me gusta como suena el oboe d´amore y la siento muy adecuada para esta fecha. Saludos cordiales.
    Pili L.
    P.D. Hace duelo el regalito que te dejaron ayer. Espero que no te lo tomes a mal. Debe ser de un amargao con ganas de hacer la pascua. Yo entro en pocos blogs pero solo lo hago en los que me gustan o interesan. Este es uno. No entiendo meterme en un sitio solo para decir cosas desagradables. Olvídalo.

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    1. Sí, sí, había muchos carros tirador por caballos en la calle; los del basurero, el repartidor de hielo, etc. Naturalmente, hacían sus necesidades en la calle y allí quedaban hasta que pasaba otro tipo meritorio, el barrendero, quien a su vez depositaba los desechos en otro carro.

      Yo tampoco conozco muchos de los juegos que salen en ese enlace del señor de Albacete. Como Google sabe que frecuento esa ciudad, me envían cosas de diarios digitales de allí. En realidad, teníamos pocos juegos, lo que pasa es que nos las apañábamos para sacarles mucho jugo.

      Sí, mi padre tenía los libros de la editorial Saturnino Calleja. Lo que ocurre es que nos hacían bastante más ilusión tenerlos nuevos, los editados por Molino. Concretamente, ese que citas, La Montaña de Luz, creo que era el nº1 de la colección; tiene como portada un hermoso tigre de Bengala y al fondo un elefante con su correspondiente cornac. Esa novela era de las mejores que escribió Salgari, o yo por lo menos lo viví así.
      [img]https://cloud10.todocoleccion.online/libros-segunda-mano-novela-infantil-y-juvenil/tc/2014/10/30/16/45962985.jpg[/img]
      En fin, muchas por asomarte por aquí, donde siempre eres bien recibida. Escribes «Olvídalo». Bah, me hace hasta gracia, aunque, como le explico a mi buen amigo Francesc, borré el 3º y el 4º, que eran bastante groseros, con palabras que no solemos usar en esta tu casa. Los otros ya veremos si los borro o no. Si lo hago, pierden sentido estos comentarios, por falta de contexto.

      Saludos cordiales (y abrígate, que el cierzo de enero tiene su peligro).

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  10. Qué entrada más entrañable jaja pues sí q se esforzaban tus padres en los efectos especiales ; ) Creo q la ilusión de manera alguna es exclusiva de los niños, por más q al recordar nos parezca q como entonces nunca hemos vuelto a sorprendernos y disfrutar ...pero es q la mente es muy bicho y nos engaña... Seguro q sí. Desde luego, a mí me parece precioso q se alimente la imaginación de los niños, como bien dices , saber la verdad, ni frustra, ni empaña la ilusión vivida...Lo peor es vivir sin haber disfrutado de esos momentos y ya puestos , seguir haciendo lo posible por q se repitan en nosotros y en los q nos rodean...Y conste q yo de peque era un poco como FRANCESC, a mi lo q me regalaran en el fondo me daba igual , lo q de verdad disfrutaba eran las intriga, la curiosidad y prolegómenos , más de una noche dormí tras el árbol esperando ver aparecer a los reyes...pero después de saber quiénes eran, igual !!! .. primero buscando los regalos.. corriendo entre la cabalgata en busca de ese último detalle, luego envolviendo y escondiendo los regalos ...A mi esto me sigue pasando hoy igual , sigo igual de idiota matándome en pesar q le va a este o al otro ..ese libro descatalogado o ese vinilo perdido...no me gusta nada comprar pero me rechifla intentar sorprender con algo olvidado pero muy deseado ...recuerdo un año que fue un éxito total.. por fin le encontré a mí padre una empanada que supiera igual q la q le hacía su abuela . jaja ! ya ves q regalo! pero es q durante aaaños y aaños escuchácandole repetir q como la empanada de su abuela ninguna, tras mil intentos ! por fin di con ella! :)jaja..fue hace muchos años pero no se me olvida porque aquel año, el día de reyes desayunamos todos empanada de carne , chorizo y verduras, en lugar de roscón de reyes ; )

    Preciosa la música elegida para esta mañana de Reyes , mil gracias, un abrazo muy muy fuerte y q Doña Perpetua y tú disfrutéis de un día precioso... después de recoger los envoltorios podéis jugar con los juguetes : )

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    1. Se me había borrado tu comentario y mi respuesta. Pero he podido recuperar todo y por eso los publico aquí.

      Pocos regalitos en esta casa, entre unas cosas y otras se nos pasó el arroz y no encontramos el momento para pensar en ello y tampoco para meternos en el marasmo general de las tiendas a buscar algo. ¡Qué pereza! La cosa estaba entre doña Perpetua y yo, porque no tenemos a nadie cerca para regalar.

      Ya explicas en tu blog la importancia que das a escoger bien los regalos específicos para cada uno. Yo soy muy malo en esto y también soy malo al fingir alegría cuando me regalan algo que no me gusta. Por eso, todo este mundillo de los regalos no es lo mío.

      Al hilo de lo que cuentas, Doña Perpetua siempre ha estado buscando empanadillas de las que se tomaban de pequeñas en un bar de San Antonio (Ibiza) llamado "Casa Tristán", que ya no existe hace muchos años, obviamente. Para ella eran las mejores del mundo y nunca ha encontrado otras que se le parezcan ni remotamente. En fin, creo que las tiene idealizadas pero es lo que tienen algunos (buenos) recuerdos, que con el tiempo todavía mejoran.

      Me alegro que te gustara esa música. Ya explico más arriba que la encuentro adecuada para unas fechas así.
      Un abrazo fuerte

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