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Trobada d'Oriol Junqueras i Carles Puigdemont, acompanyats d'Elisenda
Alamany i Jordi Turull [Foto: ACN, Marta Vidal] |
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Aparición estelar de Puchi y Junqueras a bordo del Renault de matrícula
1-O-2017 [OKD / granuribe50] |
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Puigdemont pasea solitario por los bosques de los alrededores de Waterloo (Diciembre de 2017) [De la propaganda electoral de Junts per Catalunya (2017)] |
Aunque, ojo, Puchi aún es capaz de mantenernos en vilo con sus
chantajillos, mientras nuestro apuesto y avispado Presidente le va dando largas, porque sabe que si le concede todo de una vez, Puchi ya no lo
necesitará para nada y hasta sería capaz de dejarlo compuesto y sin novia. Lo
del PP no sabemos si le mola o no a nuestro Molt Honorable en el
exilio, aunque parece que va a ser que no mucho; entre tanto, el no menos sagaz (?) Jefe de la Oposición procede a cortejarlo, con más moral que el Alcoyano.
Aprovechándose del carajal en que estamos inmersos, Laurel y Hardy se reúnen en Waterloo al igual que los vencedores de la Segunda Guerra Mundial en la Conferencia de Postdam (símil de R. de E.), contribuyendo, con la complicidad de Sánchez, a que G.U. se quede con la impresión de que vive en un país que da una mezcla de risa y de pena, aunque más de lo segundo. Y no solo por este asunto.
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Stalin, Roosvelt y Churchill al inicio de la Conferencia de Postdam (1945) [Foto: United States Army Signal Corps] |
El país no son estos dos mendas, ni Feijoo, ni mucho menos Sánchez y sus palmeros. El país es la gente que se levanta a las 6 o las 7 y se mete en el autobús, metro, tren, en su coche (si le dejan contaminar) y va a trabajar, comiendo un bocata o, si puede, un menú barato, intentando ahorrar para poder ir unos días de vacaciones. Y al día siguiente, que llueve y hace frío, vuelve a llenar los medios de transporte y las calles y carreteras, en busca de su pan. Son los de la primera frase los que se ríen de los de la segunda. Y aunque los primeros sean mucho más numerosos de lo que nunca debieron ser, los otros son la inmensa mayoría, muy inmensa y mucho inmensa que diría un antiguo amago de prócer. Un saludo.
ResponderEliminarMateo.
Coincido contigo, Mateo, de principio a fin, aunque no sé qué antiguo amago de prócer decía lo de «muy inmensa y mucho inmensa».
EliminarSaludos.
Estaba parafraseando a don Mariano R., cuando dijo aquello de "España es una gran nación y los españoles muy españoles y mucho españoles".
EliminarSaludos.
Mateo.
Me lo imaginaba pero no estaba seguro...
EliminarRisa y pena , es una tragicomedia. Y la matrícula del coche una cosa para distraer a los niñatos.
ResponderEliminarCoincido con Mateo.
Salud.
Todo es una tragicomedia, Francesc. Y lo del cochecito, parece cosa de niños gamberretes. Si se pusieron en carretera con él, no sé la policía belga les multaría por llevar una matrícula no homologada. Tampoco sé si los mossos d´esquadra le multarán, en caso de que vuelva en ese cochecito cuando le den permiso,
EliminarSaludos
Vaya par. Un beso
ResponderEliminarEstaban muy enfadados, porque Junqueras estuvo cuatro años en la trena mientras Puchi paseaba tranquilamente por los bosques belgas y disfrutaba de su palacete de Waterloo. Pero la "patria" les conmina a unirse de nuevo para volver a dar la chapa. Besos.
EliminarLa estabilidad de Sánchez depende totalmente de ellos y Sánchez hará cualquier cosa por seguir en el poder, aunque tiene una carta marcada: a ninguno de ellos dos les interesa ni por activa ni por pasiva que gobierne el PP, así que todo es un juego de máscaras en el que todos están interesados. Poses y más poses, artimañas y trucos de prestidigitador para conseguir ser mano en el juego. Saludos.
ResponderEliminarLo vivo como una especie de paripé para ganar tiempo y retrasar un poco el asunto, porque si les daba todo al principio la gente no lo asimilaría así como así; se trata de ir cortando rodajas del salchichón, como decía Alfonso Guerra. Además, una vez obtenido todo sin vuelta atrás posible, habría cierto peligro de que Puchi dejara ya de prestar su apoyo a los enemigos españoles. Una obra de teatro sin suspense, de la que ya sabemos el final.
EliminarSaludos.
Pues yo lo que veo es que la situación se normaliza, después de todo lo que ha pasado este país. Sólo falta que fumen todos la pipa de la paz públicamente, que hablen de los intereses que cada uno representa, que vivamos en paz y sepamos perdonar.
ResponderEliminarSaludos
Firmo eso de vivir en paz.
EliminarSaludos.
Estos dos personajes ( iba a calificarlos de sórdidos pero a lo mejor es exagerado) me producen tal repelús, que me pregunto qué tipo de personas les sigue ciegamente como parece sucede con sus correligionarios. Lo sé, el fanatismo es lo que tiene. Ahora mismo han escenificado una especie de acercamiento de cara a la galería, porque si el independentismo no tiene recorrido unidos, aun menos a la greña como han estado hasta la fecha, pero no es más que puro postureo porque su animadversión es tan irreconciliable, como que nuestro presidente, mientras les necesite, como es el caso, pliegue a sus exigencias tal cual viene haciendo, sin que eso signifique que no vaya a dejarles colgados a la mínima que les salgan las cuentas de otra manera. Los toreará, igual que ellos le torean a él y así seguirán todos porque ninguno quiere apearse de sus respectivos cargos, a los que se agarran con uñas y dientes. Dentro de unos años, nadie recordará nada de su paso por la política más que como los pobres esperpentos que son.
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte GU!
Sí, "sórdidos" tal vez sea un adjetivo un poco exagerado. Te dan repelús; a mí hubo una época, al principio, que esa gente, Junqueras, Artur Mas y luego Puchi me hacían cierta gracia, hasta les dedicaba memes y montajes en plan de cuchufleta. Pero la cosa siguió y, ya a comienzos de 2017, empezaron a darme hasta miedo porque aquello estaba alcanzando una magnitud muy preocupante. No sabíamos que estaban faroleando.
EliminarAhora están bastante desactivados, pero con nuestro atractivo Presidente forman una simbiosis, porque se necesitan mutuamente y sacan provecho de estar juntos. En el momento en que una de las partes no necesite a la otra se acabó el asunto (s’ha acabat el bròquil, como se dice por estos pagos).
Un abrazo fuerte, María