martes, 12 de agosto de 2025

Joaquim Mir y una exposición en Caixa Fòrum (2009)

Del programa de mano de la exposición de 2009 en CaixaFòrum
En 1928, Joaquim Mir (Barcelona, 1873-1940) resumía así el que fue su manifiesto como artista: "Sólo quiero que mis obras alegren el corazón e inunden de luz los ojos y el alma". Con esta frase se abría la exposición que en 2009 le dedicó CaixaFòrum Barcelona. Se refería a ella Joselu cuando comentaba la entrada dedicada a Sorolla. El color y la luz lo significaron todo para el pintor barcelonés.
En la portada, Joaquim Mir, Calafell, Museu Pau Casals
G.U. no pudo hacerse con el catálogo entonces, no estaba disponible, pero sí con el libro de Enric Jardí, de Ediciones Polígrafa, muy bueno, como era habitual en Polígrafa. No es nada fácil ver sus obras. La mayoría están en colecciones particulares y las que hay en museos no están expuestas, como es el caso del MNAC y el Reina Sofía. Por eso, esa excelente exposición tuvo un valor muy especial.
En este retrato de lo ven de Maurice Fromkes (Museo del Prado) lo ven ya bastante mayor, pero también fue un zagal; veamos cómo fueron sus comienzos. Su padre tenía una tienda de betes i fils y él estaba predestinado a ella. No se le daba mal, porque tenía simpatía natural y sabía vender, pero era un pésimo estudiante, el último de la clase, sacaba unas notas miserables y no acabó el bachillerato.

Pero, ¡amigos!, todo lo que no le gustaba estudiar le gustaba pintar y se escapaba siempre que podía. Su padre se subía por las paredes, porque pensaba que dedicarse a eso equivalía a morirse de hambre. Aun así, le dio permiso para apuntarse a la academia Graner y, con lo aprendido allí, se presentó al examen de entrada en la Escola de la Llotja, que superó sin problemas. Con el tiempo, empezó a exponer en diversas galerías y a vender bien sus cuadros, por lo que abandonó el negocio familiar.
Joaquim Mir, La platja de Vilanova (Col. particular)
Pintó los suburbios de Barcelona, paisajes de Mallorca, de Olot (su padre era de allí) y de Vilanova (su madre era de allí), la zona del Penedés y del campo de Tarragona. Esos paisajes son los que más le gustan a G.U., quizá porque los conoce muy bien, y su luz, de cuando doña Perpetua daba clase en Vilafranca. Mostramos algunos de ellos, pero es difícil escoger. Proceden de colecciones particulares, del MNAC, del Reina Sofía y del Museu de l´Empordà (aunque no están expuestos en ninguno de ellos).
Joaquim Mir, Lliris i llot, MNAC (Barcelona)
Joaquim Mir, Afores de Vilanova (Abadía de Montserrat)
Joaquim Mir, Novembre a Canyelles, Col. J. Amat
Joaquim Mir, Canyelles, Museu de l´Empordà
Joaquim Mir, Fantasía del Ebro II, Miravet, Reina Sofía
Joaquim Mir, Joia o Pastoral (Aleixar), MNAC (Barcelona)
En fin, tiene una obra muy amplia, como se puede apreciar en el vídeo de YouTube, que abarca casi cincuenta años. No todas las obras nos gustan por igual, pero eso nos pasa con todos los pintores, sobre todo si pintaron tantos cuadros como Joaquim Mir, un artista incansable.

Dentro vídeo (ojo al dato: es largo):

Para acabar, trancribimos unas frases del crítico de arte A.M. Campoy, de 1976, acerca de Joaquim Mir: «su obra representa el atardecer más hermoso del naturalismo en España, el crepúsculo vespertino impresionista, jovial y titilante despedida de la naturaleza magnificada en sí misma. El impresionismo, en efecto, no fue una aurora sino un atardecer, representa el final de una cultura que ha visto en la naturaleza su fuente de inspiración. Con él se cierra el ciclo que abrió el Renacimiento. El cubismo clausura las orgíaz cromáticas y las luminosidades del postrer naturalismo».

1 comentario:

  1. Reconozco que no había oído hablar de este impresionista catalán. En casa teníamos una imagen de un cuadro de J. Vayreda, que también resultó un gran pintor (y mi sorpresa cuando lo supe), al parecer maestro de Mir. Y jugando con ese apellido, que en ruso significa luz, diré que sabe recoger muy bien la luz de las tierras mediterráneas (incluyo también las del interior). Así que si tuviera que usar dos palabras para definirlo, serían "sabor mediterráneo", sin duda.

    Al margen, entre los cuadros he reconocido Miravet, donde está sacada, casi en el mismo punto, aquella foto "fake" del ejército republicano pasando el Ebro. No me ha costado pues yo he estado en el mismo lugar y he sacado su correspondiente réplica actual, pero sin personajes armados.
    Mateo.

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