Una frase que luce estos días en el frontispicio del blog de Tot Barcelona le ha decidido a hacer esta entrada. Lo ilustramos con viñetas de El Roto, otro personaje que ha empezado a formar parte del prolijo listado de "fascistas", según la ideología inquisitorial dominante. No es difícil entrar a formar parte de él: basta expresar algo que discrepe.
Lo vemos desde hace semanas por televisión. Los políticos andan ya movilizados y muy nerviosos, haciendo mítines a troche y moche en horario laboral. Eso al margen de los habituales de los fines de semana, que ellos los diferencian en que en éstos van con cazadoritas, sin corbata, pantalones vaqueros, zapatillas deportivas, etc. Ropa informal ("casual", la llaman) y un público adicto que espera recibir algo si todo sale bien.
Viñetas de El Roto / [antología: granuribe50] |
En cualquier caso, todo para repetir, como bien adiestrados loritos, los mismos lugares comunes recibidos en el "argumentario" que envía el partido y lanzar su pequeña dosis de mierda al contrario. Se juegan todos mucho: todo un modo de vida, lleno de privilegios y escaso de responsabilidades; si no se cumple no pasa nada, ya saben ustedes, toda una bicoca. Una pena, sabe mal tener esta triste impresión del asunto, pero es que no nos lo ponen nada fácil.
De Guatemala a guatepeor, que decía aquel.
ResponderEliminarUn abrazo
Personalmente, me siento incapaz de votar ya. He votado en blanco en varias elecciones, pero ni eso ya me satisface. No puedo elegir entre opciones todas que me producen espanto, y no hay más cera que la que arde. Estoy con el Roto y con el fondo de tu artículo. Y me duele porque siempre había votado pero ahora ya no soy capaz de votar para que unos u otros me estafen y me utilicen para otros que no son mis intereses. Creo que no votaré ni en unas ni en otras.
ResponderEliminarY me fastidia no votar, me fastidia, pero no hay partido, ni persona que me agrade.
ResponderEliminarNo hay programas, de eso ya hace años; ni hay listas abiertas, para elegir un equipo que me agrade; no hay nadie que me atrape, ni veo con garantías la solidez de un partido que cumpla al menos con su ideario.
Tengo claro lo que NO votaré, eso al menos es algo, pero no tengo claro lo que haré con el voto.
Salut
No es mi caso,me pondré guapo,mi mujer igual.Ropa de fiesta,como manda la tradición y el respeto democrático e iremos a votar,cojidos del brazo.
ResponderEliminarSaludos.
No votar significa darle el voto a las listas más votadas. Os recuerdo que en las últimas autonómicas tuvimos un 47% de abstención, y de aquellos polvos, vienen estos lodos y las Lauras Borrás de turno y animales de parecido pelaje. Hay que votar, señores, aunque sea sin convicción y tapándose la nariz.
ResponderEliminarSaludos.
Sasto ¡
EliminarOs respondo a todos. No creo mucho, Tot, en las listas abiertas, porque estoy seguro de que en una ciudad grande como Barcelona no conocería a ninguno de los candidatos y estaríamos en las mismas. En este momento pienso exactamente lo mismo que Joselu, aunque, si estuviera aquí en ese día, quizá hiciera lo que dicen Rodericus o car res. Pero, ojo, nunca se va a saber a quién beneficia la abstención: los que pierden siempre dicen que ha favorecido al que ha ganado y los que ganan dicen también que les ha perjudicado, ya que hubieran obtenido más amplio margen, según ellos. Lo que no repetiré es ir a Correos a votar. Ya lo hice una vez y la cola era de tres horas.
ResponderEliminarQuizá tendría más claro votar si encontrara un lista de tipos de este cariz: Políticos preparados, competentes, trabajadores, honestos en el más amplio sentido de la palabra (no solo que no roben). Que piensen en los ciudadanos (y no en los amiguetes) los cuatro años y no solo el mes antes de las elecciones. Que no nos mareen ni engañen con una verborrea hueca y absurda. Tipos escépticos, que puedan incluso dudar de sus propias decisiones y que no tengan reparo en reconocerlo cuando se equivocan. Que sean capaces de tener discrepancias con los que mandan en su partido y, si no están de acuerdo con ellos, dejar la poltrona y marcharse a su casa sin aceptar una puerta giratoria para tenerlo calladito. En fin, gente así. ¿Dónde están? En la política me parece que no, porque no se comerían una rosca dentro de sus partidos.
Pues yo, que alguna vez me abstuve, no volveré a hacerlo. Voto al menos malo, que no quiere decir que sea bueno, ni de lejos. Pero es que en Euskadi tenemos una historia que me obliga a que vote para que un determinado grupo sea porcentualmente más pequeño. Con eso me basta para obligarme a ir a votar y que mi voto sea siempre útil. Y siempre voto satisfecho por esa causa.
ResponderEliminarMateo.
En efecto, a falta de otros incentivos, ese puede ser un buen motivo para acudir a votar.
EliminarMe pasa lo mismo que a El Roto y que a ti. Algunos de tus comentaristas tienen razón. El problema es que en Madrid la cosa anda chunga, hagas lo que hagas o dejes de hacer.
ResponderEliminarMuchas gracias
F.G.