Celebrando el "Día Mundial de la Fotografía"

Pues parece ser que hoy se celebra el "Día Mundial de la Fotografía" (todos los días son el "Día Mundial" de algo). Como saben ustedes, G.U. —aunque dista mucho de ser un "experto"— es bastante aficionado a esta rama del arte, y acude siempre que puede a las exposiciones donde se muestran fotografías de los autores que le interesan.

Y ya que hablamos de este asunto, el que esto firma recuerda que las dos últimas exposiciones que visitó antes del confinamiento del año 2020 fueron precisamente de dos fotógrafos a los que admira. Una de ellas de Chema Madoz, en el precioso Jardín Botánico de Madrid, en enero de 2020, en el Pabellón Villanueva; una exposición maravillosa, en un lugar mágico, lleno de luz y encanto. Ya hablamos de ello en su momento, en Escapada a Madrit (3)

Madrid, Real Jardín Botánico. 1) Carlos III; 2) estanque y Pabellón Villanueva; 3) Puerta del Pabellón Villanueva (1785)
[granuribe50 (11 de enero de 2020)

Exposición de Chema Madoz en el Pabellón Villanueva del Jardín Botánico de Madrid / [granuribe50, (11 de enero de 2020)]

Chema Madoz

Chema Madoz

Chema Madoz

La otra fue la de Carlos Pérez Siquier, en la extinta sala de la Fundación Mapfre, que estaba situada en la casa Garriga Nogués de la calle Diputación (Barcelona). Una pena que se marchara de ese lugar tan hermoso, con una escalera preciosa. Era otra exposición muy buena, aunque con esa funesta manía de ahorrar luz, con la excusa de que se deterioran las obras. ¡Qué diferencia con la de Madoz o incluso con el propio Centro Pérez Siquier, en Olula del Río! 

En casi todas las exposiciones a las que acude G.U. pasa lo mismo. No se ve un pijo. Las imágenes, los colores, las pinturas, los textos, los letreros, todo eso necesita de la luz para verse correctamente. Se argumenta que si el gasto de energía, que si el deterioro del material. Pues, ¡qué quieren que les diga!, más gasto de energía de todo tipo supone el hecho de movilizar todos los recursos para una exposición de este nivel; y si se deterioran las fotos... se hacen nuevas copias, que para eso son fotografías, de las que se conservará los negativos, los archivos o lo que fuere, suponemos.

Exposición de Carlos Pérez Siquier en la Fundación Mapfre, de Barcelona / [granuribe50 (3 de marzo de 2020)]

Exposición de Carlos Pérez Siquier en la Fundación Mapfre, de Barcelona / [granuribe50 (3 de marzo de 2020)]

Carlos Pérez Siquier / La Chanca (Almería) / 1958

Carlos Pérez Siquier / La Chanca (Almería) / 1962

Carlos Pérez Siquier / La Chanca (Almería) / 1962

Carlos Pérez Siquier / La Chanca (Almería) / 1962

Exposición de Carlos Pérez Siquier en la Fundación Mapfre, de Barcelona / [granuribe50 (3 de marzo de 2020)]

Estaba tan deprimido por esos días quien esto firma que no tuvo ganas de ponerlo en el blog. Y ha llegado su momento.  Pobre Pérez Siquier —que tiene también muy buenas fotos en color, de la Chanca y de otros lugares—, con la ilusión que tenía él por que se celebrara esa exposición de su obra en Barcelona, resulta que por culpa del puñetero Covid va y dura tres semanas, en lugar de los tres meses previstos. Desde entonces no hemos visitado ninguna más, ni de fotografía ni de nada. Estamos esperando a que escampe, si es que escampa. A ver.

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También le gusta a G.U. hacerlas él mismo, pero, como es un fotógrafo muy mediocre, le da apuro mostrarlas o buscar quien se las publique. Se trata de un pasatiempo, que practica especialmente cuando viaja, y... ¡hace tanto que no se va de viaje "de placer"! Por la ciudad donde vive le da mucha más pereza, esperar el autobús, la mascarilla, el miedo al contagio, buscar el sitio adecuado, la hora oportuna, estar al acecho de que pase algo (en plan Cartier-Bresson), en fin...

A este respecto, hablando de hobbies, hemos leído algo que es frecuente suceda al que pinta acuarelas, escribe, etc.:

 

[...] «Pero he aquí una razón más profunda que se me ha ocurrido de por qué la gente no tiene pasatiempos: nos da miedo no hacerlos bien. Más bien: nos intimida la expectativa —que ya es un sello distintivo de nuestra época, tan intensamente pública y enfocada en el desempeño— de que debemos ser talentosos hasta en las actividades que realizamos en nuestro tiempo libre. [...] Si te gusta correr, ya no es suficiente con que des un par de vueltas a la manzana: ahora hay que entrenar para los maratones. Si te gusta pintar, ya no lo haces nada más para disfrutar de una agradable tarde solo contigo, con tus acuarelas y con unos lirios de agua, sino que ahora debes buscar que exhiban tus obras en una galería, o al menos intentar hacerte de una cantidad “respetable” de seguidores en las redes sociales. Cuando tu identidad está ligada a tu forma de entretenimiento —eres un yogui, un surfista, un escalador—, más te vale hacerlo bien porque si no es así, ¿quién eres entonces? Aquí lo que hemos perdido es la afición tranquila a tener un talento modesto, a hacer algo por el simple hecho de que lo disfrutas y no porque lo haces bien». [...] Tim Wu, El valor de ser mediocre