Messi ya sonríe en París

La verdad es que Messi tuvo un buen detalle con ocasión de la encerrona a la que le sometió el procesismo, aquel día del aquelarre de entrega de la Creu de Sant Jordi a manos de Torra, en mayo de 2019. Se la otorgaron "por su humildad y honestidad", aunque lo de "honestidad" debe de ser porque defraudar a la Hacienda española es un gran honor por estos lares y motivo de orgullo, un valor afegit. Si no, miren ustedes a Pujol y a tantos otros, qué ufanos están.

Lo curioso del caso es que, pese al feo que les hizo ese día no coreando las proclamas y a no hablar nunca ni una puñetera palabra en catalán, le hayan perdonado la vida, desde la Rahola hasta Junqueras, pasando por todos los demás procesistas. Y ahora que se ha ido a París, se trata de aprovechar para meter con calzador el nombre de Cataluña por donde sea, aprovechando que esa capital va a aparecer mucho por los papeles a raíz del fichaje de Messi.

Twitter de Camós / La familia Messi posa feliz en París, ante los "Castellers de París" (@Geperuts)
[Montaje infográfico: granuribe50]

Tanto es así que el "embajador" (?) de la República catalana (?) en París, un chuponcete llamado Daniel Camós, se ha aprestado a ofrecerle a Messi la "embajada", ayuda para encontrar pisito  y —para sus hijos "catalano-argentinos" (?)— actividades del casal català, clases de catalán y que se apunten a los "Castellers de París", esos que se hacen llamar @Geperuts (jorobados); ahí podrán ejercer de "anchanetas", que son los nenes que coronan el castell, como ya sabrán.

El caso es que parece ser que Messi ha recuperado súbitamente la sonrisa y el buen humor en cuanto ha aterrizado en la "ciudad del amor". Quizá está feliz por ganar 40 millones de euros al año, por jugar al lado de los mejores futbolistas del mundo y por haber dejado atrás a estos pelmas de aquí (su hermana ya lo hizo hace años).

Por ese último motivo, lo pelmas de piñón fijo que son, a G.U. le huele que las clases de catalán y las actividades del casal català seguramente tendrán que esperar (antes habrá que aprender francés, bien sûr), pero a los zagales parece que les ha hecho gracia lo de los castells. Por eso, ante la insistencia y pesadez de Camós (ha sido su única actividad en meses, pese a cobrar 90000 euros al año del Pepet i la Maria), Leo no ha tenido más remedio que apuntarlos a esa estructura d´estat, aunque, eso sí, con la sonrisa en los labios. Es lo que tiene estar feliz, que uno ríe por cualquier cosa.

Pero, quien esto firma le aconsejaría no hacer muchas concesiones, ya que corre el serio peligro de no poder quitarse de encima en la vida a los moscones de TV3; ya sabemos cómo las gastan. Claro que... si pagan bien es otro asunto.

Enlace: Nuestro hombre en París se pone las pilas