Lo avisábamos hace casi dos meses, el 6 de junio. Para intentar poner un parche
a la economía catalana, reventada en parte gracias al procés, van a
cargarse otro trozo de lo poco que va quedando del delta del Llobregat, para ampliar el
aeropuerto de Barcelona.
Y ese ha sido el resultado más visible de las "Negociaciones bilaterales de
Estado a Estado" entre el gobierno del Dr. Sánchez y el governet del
niño barbudo. No sabemos muy bien en qué consiste el proyecto, pero está claro
que los pinares, las hortalizas, las aves y la laguna "La Ricarda" corren
serio peligro de extinción, todo eso cubierto de asfalto para que lleguen y salgan más y mayores aviones. Cal fer país.
Situación de "La Ricarda" [Fuente: Google Maps]
La laguna de La Ricarda y su entorno dan cobijo a aves protegidas como flamencos o gaviotas corsas que cada año migran desde África a un paraje con el sello de la Red Natura 2000 (la máxima protección ambiental que otorga la Unión Europea) y otras zancudas Todo eso está a punto de irse al carajo.
Fotografía: MASSIMILIANO MINOCRI (EL PAÍS)
G.U. se lo veía venir desde hace tiempo y está bastante indignado, aunque ya
le coge con mucho entreno. No solo él lo vio venir: estaba cantado. "La pela és la pela" y hay muchos intereses por medio, algunos de ellos bastante oscuros. Ahora
nos querrán vender que todo eso se hará respetando el medio ambiente de manera
escrupulosa, exquisita, ecosostenible, con todos los informes medioambientales
favorables y toda esa pesada cantinela tan habitual en estos casos. O
prometerán otra vez que el aeropuerto de Barcelona será "el más verde de
Europa" y los políticos de todos los signos acabarán avalando el asunto. En
cuanto al movimiento ecologista... "ni está ni se lo espera".
Pero no se me inquieten ustedes: G.U no viene aquí a hablar de trapicheos, ni de politiqueo, ni tampoco de ecología, tres materias en las que es más bien lego, sino
a mostrar muy buena arquitectura, porque precisamente junto a la laguna "La
Ricarda" está situada la "casa Gomis", también llamada "La Ricarda" por su
proximidad a la citada laguna.
Ricardo Gomis y su esposa (Inés Bertrand) encargaron en 1949 a un buen arquitecto, Antonio Bonet Castellana
(1913-1989), una casa entre pinos en El Prat (Barcelona), pero el asunto tardó
trece años en materializarse del todo. Hoy en día esta maravillosa joya
mantiene intactas las estancias, la arquitectura y el mobiliario tal como eran
en los años sesenta.
Es curioso, pero esta casa podría decirse que nació "por correspondencia": las
conversaciones con la propiedad, los esbozos, los planos, las instrucciones
para la dirección de la obra, todo se realizó de esa manera, por carta, ya que
el arquitecto vivía en Argentina, país en el que se había instalado al
estallar la guerra civil. Allí había diseñado, junto a sus compañeros de
estudio (Kurchan y Ferrari), el famoso "sillón Mariposa" ("BKF"), ya
publicado en estas páginas.
Fotografías de Michel Curel y archivo COAC
G.U. debe reconocer que no la ha visitado nunca, aunque estuvo a punto de
hacerlo en alguna ocasión. De hecho, los descendientes de Gomis son la mar de
espabilados organizando visitas guiadas para grupos, plan que no seduce a este
bloguero. Pero sí la conoce perfectamente de manera virtual y la ha estudiado
bastante, ya que tuvo un profesor que la explicaba con verdadera delectación,
y no era para menos. Por lo que uno ha oído decir, el mar no se ve, pero se
deja intuir su proximidad, aunque lo que más se oiga actualmente sea el
ruidazo de los aviones que despegan y aterrizan. Es un verdadero horror, según
nos cuentan los que la han visitado o han estado por allí cerca.
Fotografía de Cristina Savall / El Periódico
Fotografía: Archivo COAC
Ahora no sabemos qué será de esta joya de la arquitectura. ¿La reconstruirán
"piedra a piedra" en otro lugar, con sus bóvedas catalanas, sus pilares
metálicos y sus vigas de hormigón? ¿Estaremos asistiendo al ocaso definitivo
de la casa Gomis? Veremos, pero el asunto no nos hace ninguna gracia a los
amantes de la arquitectura y de la naturaleza.
Fotografía: Eric Vökel
En el siguiente enlace encontrarán una detallada descripción, fotografías y planos:
Una verdadera pena, y un despropósito por la "peseta" que te voy a decir... menos mal que lo planifican para 2030 que con suerte ya estaré en el geriátrico. Resumiendo: no se aprende nunca...
Nos pillará un poco mayores, pero yo voy mucho por la autovía de Castefa y supongo que las obras se nos mostrarán cada día en toda su crudeza y no podremos obviarlas fácilmente.
Lo siento de verdad. Pero mira, Uribe: si hay pastuqui no es difícil conseguir esos informes medioambientales positivos. La casa me gusta mucho, aunque no entiendo de eso. Muchas gracias F.G.
De vuelta de Vinaroz, ya veo que he perdido el hilo. A ver si lo vuelvo a recoger. La casa, una maravilla. Lo del aeropuerto, flagrante. ¿La UE no dice nada? ¡Qué pena! MJ
Una verdadera barrabasada ¡
ResponderEliminarOtro encanterio de los chicos del Sanchez-Kenneny y el Petit tamboriler.
Está bien eso del Petit tamboriler...
EliminarUna verdadera pena, y un despropósito por la "peseta" que te voy a decir... menos mal que lo planifican para 2030 que con suerte ya estaré en el geriátrico.
ResponderEliminarResumiendo: no se aprende nunca...
Nos pillará un poco mayores, pero yo voy mucho por la autovía de Castefa y supongo que las obras se nos mostrarán cada día en toda su crudeza y no podremos obviarlas fácilmente.
EliminarLo siento de verdad. Pero mira, Uribe: si hay pastuqui no es difícil conseguir esos informes medioambientales positivos. La casa me gusta mucho, aunque no entiendo de eso.
ResponderEliminarMuchas gracias
F.G.
Esos estudios favorables se consiguen con facilidad, si escoges al que los hace y le pagas bien. Son un engañabobos.
EliminarDe vuelta de Vinaroz, ya veo que he perdido el hilo. A ver si lo vuelvo a recoger.
ResponderEliminarLa casa, una maravilla. Lo del aeropuerto, flagrante. ¿La UE no dice nada? ¡Qué pena! MJ