martes, 20 de febrero de 2018

Oposiciones para trabajar como policía infiltrado

De hacer caso a la novela de Javier Marías, "Berta Isla", en Inglaterra son más cautelosos con esto de los espías. Al marido de Berta lo reclutan allí porque en la universidad de Oxford, donde da cursos, saben de su inteligencia, de sus dotes para los idiomas y para imitar voces y acentos. Se le implica en un asesinato que nunca existió, un fake, y por lo tanto del que no pudo ser autor, y para librarlo de problemas con la justicia se le ofrece trabajo —discretamente— como agente secreto para infiltrarlo, entre otros destinos poco recomendables, nada menos que en el IRA.

Bien, en España somos más transparentes. Nos lo explica Arturo Pérez-Reverte en su columna de XL Semanal, titulada anteayer Infiltrados e infiltradas:

«Se me acaba de caer otro mito, oigan. Uno más. El asunto, esta vez, es que en mi acrisolada ingenuidad tenía la convicción de que infiltrar policías en bandas de atracadores, traficantes, terroristas y gente así, era un asunto que se llevaba en el más absoluto secreto. Estrictamente confidencial, vamos.

El teléfono móvil del superagente Smart
[...] ¿Adivinan ustedes cómo se recluta en España a policías para infiltrarlos entre delincuentes y terroristas? Pues sí, lo han adivinado: mediante convocatorias públicas que además salen en los periódicos. "Interior selecciona a 40 policías para infiltrarlos en grupos criminales", titulaba sin complejos un diario hace un par de semanas. A continuación exponía los criterios de selección –idiomas, pruebas psicotécnicas y psicológicas– y luego, eso es lo más bonito, detallaba en qué iba a consistir la tarea de quienes superasen tales pruebas: identidades falsas, negocios y empresas pantalla, vehículos con matrículas chungas y cosas así. Y para rematar, señalaba objetivos concretos: tráfico de órganos, trata de seres humanos, secuestro, prostitución, narcotráfico, pederastia en Internet, terrorismo y otros palos. Todo un programa de infiltración, como ven. Bien desmenuzado, a fin de que no haya dudas. 

Un alarde admirable de transparencia informativa, para que luego no vayan diciendo que en España no lo sometemos todo a la luz y el escrutinio públicos».

G. U. no les oculta que siempre le hubiera gustado ser detective o, si se le apura, espía, pero esta especie de concurso-oposición (o de oferta pública de empleo) para acceder a ese trabajo de policía infiltrado le pilla ya un poco mayor. No, si ya se lo venimos advirtiendo a ustedes: ese Zoido es un tipo avispado (también lo era su predecesor, Fernández Díaz).


3 comentarios:

  1. Hace unos años, se comentó en un programa que un espía español, vigilando a opositores al régimen franquista, se colocó a la entrada del hotel donde había una reunión clandestina, disimulando con un periódico al que le hizo un agujero y se hinchó a sacar fotos a los espiados a través del mismo. Lástima que la cámara era compacta y aunque el citado agujero era fantástico para el visor, no lo era tanto para el objetivo. Todas las fotos eran de la misma noticia, que, encima, supongo que no podía leerse por haber salido desenfocada. En fin, que aun teniendo equipos "tan" formados, Franco murió en la cama poco inquieto por la disidencia.
    Mateo M.

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  2. ¿Se requiere que estos agentes reclutados vía periódico tengan zapatófono como el superagente 86? MJ

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  3. Una curiosa manera de reclutar espías, ¿no? Cabría preguntarse en qué consistirá la preparación, y el examen, claro.

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