martes, 13 de febrero de 2018

Kafka (Proceso, Metamorfosis) y el sueño colectivo

Un poco relacionado con lo que decíamos ayer acerca del 1-O, nos encontramos lo que escribe Lluís Bassets en su blog, un tipo inteligente, culto, con espíritu crítico y por ello muy denostado en las redes (no es el único), en una entrada titulada Siempre Kafka: ahora la Metamorfosis.

[...] «El estado de debilidad en que ha quedado Cataluña tras el desenlace del Proceso es extraordinario. Los protagonistas de la hazaña, más bien fechoría, todavía no se han dado cuenta, pero la pérdida abarca incluso objetivos perfectamente autonomistas e integradores. La reforma de la Constitución, la idea de un pacto fiscal, la posibilidad de un reconocimiento de la singularidad catalana, hipótesis propias de la tercera vía, denostada tanto por el independentismo como por el uniformismo, son posibilidades más remotas hoy que ayer, sobre todo porque Cataluña ya no pesa en Madrid y se encuentra dividida en casa, y están ausentes las dos condiciones que han permitido todos los avances a lo largo de un siglo y medio de catalanismo.


[A partir de una viñeta de El Roto (30/1/2018)]
Lo único que mueve al independentismo y que le lleva a las urnas con buenos resultados es su incapacidad para enfrentarse con la realidad de la derrota catalanista auto infligida. Seis años de tergiversaciones, promesas incumplidas y mentiras flagrantes solo pueden seguir tapándose con más tergiversaciones, más promesas incumplidas y más mentiras flagrantes. Es la única manera de volver a votarlos y seguir todavía movilizados: cerrando los ojos a la verdad. Este es el momento del nuevo Proceso, que permite las extravagancias de la diarquía, las presidencias simbólicas, los gobiernos en el exilio y las repúblicas del aire instaladas en Bélgica

Todos estos castillos de cartas se aguantan con un solo cemento, incluso electoralmente, y este cemento es de nuevo un relato, otra fantasía narrativa sobre un referéndum de autodeterminación celebrado a pesar de la represión del Estado, una república pacífica proclamada que ha de eludir la violencia estatal, unos patriotas resistentes que tienen que elegir entre la cárcel y el exilio... y aún no ha terminado y seguirá, porque la justicia tiene mucho trabajo por delante y va para largo.

Y a la vez, ningún objetivo que no sea conservar el poder todavía mantenido, ninguna dirección que no conduzca a perjudicar al Estado, ninguna estrategia que no sea minimizar los daños en los patrimonios y las personas como resultado de sus responsabilidades penales. Todo bastante y suficiente para una ONG o por una comunidad religiosa, pero políticamente muy inconsistente para gobernar un país, como tendrá que hacer al final la mayoría independentista.




Hasta ahora, era el Proceso (Der Prozess), ahora es la Metamorfosis (Die Verwandlung), la transformación del movimiento independentista en mera asociación anti represiva y defensiva. Pero siempre, Kafka. ¡Pobre Kafka!, ¿qué culpa tiene?



La verdad es que sí. Kafka no tiene la culpa del embolic en que nos han metido y del que no sabemos si podremos salir. Para conseguirlo han utilizado a la gente introduciéndola, sin reparo alguno y por intereses espurios, en un sueño colectivo. Gran Uribe está totalmente de acuerdo con Francesc Cornadó, un colega, cuando señala en su blog, en una entrada titulada Un sueño colectivo:

«Un sueño colectivo solo se consigue a base de manipulación, se logra con la utilización de los medios de comunicación, enajenando a toda la colectividad y prometiendo arcadias felices. Si el sueño individual es una ilusión privada y una manera de pasar el rato, en el sueño colectivo es un peligro. Es o un delirio o una trampa tendida por el cabecilla ya sea un caudillo o un político de medio pelo. Todo un pueblo soñando constituye una masa enardecida que por poco que se la incite inicia una estampida peligrosa. En medio de una masa de soñadores es imposible la reflexión. [...]

Y añade al final:

»Cuando un sueño colectivo se convierte en programa político constituye una amenaza, un peligro cuyos resultados conocemos. Dolor y muerte. Un sueño colectivo convertido en un programa de gobierno es una trampa para esconder corrupción y estafas de pasado o para ocultar intereses inconfesables del futuro. Engaños, estafas e intereses del líder de la manada».

2 comentarios:

  1. Lluís Bassets, Gran Uribe y Francesc Cornadó exponen algunas características y las consecuencias últimas del procés. Yo también veo la situación actual, tal como ellos la describen y seguro que hay bastantes más personas que lo piensan. Pero resulta que, en realidad, ninguno de nosotros puede hacer algo para resolver alguno de los aspectos del problema. Solo aguantar, no perder la compostura o el humor y hablar sobre ello. Poca cosa. MJ

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    1. No perder el humor y hablar de ello sin cortarse. En eso estamos, aunque Gran Uribe se corta un montón y no habla en plata todo lo que quisiera, no por nada, solo por si las moscas...

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