martes, 6 de febrero de 2018

Acerca de "Berta Isla"

Portada de "Berta Isla"
Ed. Alfaguara
"Berta Isla", de Javier Marías, es una novela excelente, con una prosa magnífica, en opinión de este modesto bloguero, que dista de ser un crítico literario competente, naturalmente. Para él, la mejor de las de Javier. Narra la historia de una mujer que se casa con un tipo, Tomás Nevinson, que por azares de la vida se ve implicado en una situación oscura en la que muere un ligue suyo, Janet, que también lo era simultáneamente de un personaje importante de la política inglesa, un sujeto influyente. A raíz de ese episodio, Tomás, el primer sospechoso, se ve obligado —a través de chantaje— a ejercer de espía británico, algo que Berta Isla ignora, a pesar de que sus ausencias de España son continuas y su actitud muy extraña, hasta acabar desapareciendo del mapa sin dejar rastro. Nada es lo que parece, pero "hasta aquí puedo leer", como decían en "1,2,3, responda otra vez". Pero el tema 'espías' nos lleva mucho más allá...

Berta, una mujer inteligente, nos explica en primera persona esta situación, psicológicamente muy compleja para ella, y se permite hacer pequeñas divagaciones al margen de la trama, como la que exponemos a continuación, quizá expresando la opinión del propio autor de la novela, Javier Marías. Un asunto para meditar, ya que solemos hablar mucho de que "el pueblo nunca se equivoca" o de que "tiene los políticos que se merece" y todo eso.


Seleccionamos un pequeño fragmento, a caballo entre las páginas 324 y 325. Habrá otros.






En efecto, psicológicamente debe de ser difícil el no saber nada desde hace diez años de la persona con la que estás casada. Por ello, Berta tiene momentos de debilidad. Recuerda una aventura de su juventud, cuando en 1969 participaba en una manifestación estudiantil y se ve acorralada por unos amenazadores "grises" a caballo. La rescata un sujeto delgado, moreno y bien parecido, que se la lleva a su piso y acaban en la cama. Ese tipo le confiesa que es banderillero (la escena tiene lugar muy cerca de la plaza de las Ventas), en una escena muy bien descrita que algún día saldrá aquí.

El caso es que ese recuerdo le marca la vida y, en su desamparo actual, decide intentar revivirlo. Acude al lugar del día de autos en que sucedió aquello; a través del portero se entera de que el banderillero es ahora un apoderado taurino que está de viaje, por lo que le deja un sobre con una carta en la que anota su número de teléfono. Al cabo de un mes, el exbanderillero se pone en contacto con ella y quedan en la terraza de un bar próximo al piso de Berta.

Como ella no está nada convencida del asunto, a la hora fijada observa con prismáticos desde el balcón de su casa esa terraza y lo que ve... no le gusta nada. Y es que el tiempo no corre en balde. El banderillero es ahora un tipo "calvo y gordo", de muy escaso atractivo. Nos lo explica en la página 397, cuando, inspirada por una frase de Álvaro Pombo, afirma que se le acaba de arruinar un recuerdo que le "había acompañado y durado media vida".


Pero aún se le arruinará más la cana al aire a la pobre Berta. No solo el banderillero de su alocada aventura ha devenido ahora en un sujeto bastante poco apetecible; además, se da cuenta de que luce en la coronilla nada menos que ¡un moñito tipo samurái! enhiesto hacia arriba como un pompón. En cierto modo —esto lo añade G.U.—del estilo del que, además de los antiguos samuráis, llevan también algunos aguerridos 'gladiadores' de un deporte llamado "lucha libre" (aunque también los usan futbolistas como Beckam y Bale, ojo). No a todo el mundo le sienta bien ese adorno capilar. Al propio G.U. le caería como un tiro, y parece ser que al antiguo banderillero todavía peor. Y ese aspecto, un poco baladí si se quiere, es el que acaba por disuadir a Berta Isla, una mujer muy seria, de intentar prorrogar esa aventura juvenil....



3 comentarios:

  1. A mí también me ha gustado bastante, me parece que está muy bien tramada y mejor armada, que el argumento es sólido, que los temas que se exponen son muchos y variados, muy actuales, que los vericuetos por donde transcurre la novela tienen vuelta continua, que es innegable cómo late en cada reflexión o diálogo de los personajes lo que realmente piensa Javier Marías sobre muchos temas de la vida y casi todos próximos a nosotros, y eso que el guión excusa nos parece en principio ajeno. Hay muchas parrafadas interesantes como las que citas. Me interesó la que un personaje suelta a otro en las páginas 514 y 515, lo cual nos hace pensar al momento que también los personajes siniestros y duros de la vida saben de qué van las cosas. En fin, te adjunto un enlace reciente:

    https://laantorchadekraus.blogspot.com.es/2018/02/apunte-proposito-de-una-lectura-donde.html

    Gracias por hablar del libro.

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    1. ¡Caramba, Fackel!, veo que te me has anticipado al hablar de "Berta Isla", incluso con el texto escogido. Tu valoración de la novela la comparto al cien por cien. A mí es de las que más me ha gustado de Javier. Nunca agradeceremos bastante que haya gente que escriba todavía novelas, y más de esa calidad. Después revisitaré esa página 514; ahora voy a cenar.
      Muchas gracias a ti.

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  2. A mí también me ha gustado Berta Isla, y las líneas que le dedica Fackel son muy acertadas. También me gusta ese texto del tío del moñito samurái con pompón, que destila cierto humor. Creo que yo tampoco haría buen papel con ese "adorno capilar". Si me viera en situación parecida (no lo creo) no se me ocurriría lucir ese moño.
    También me gusta el resumen del argumento de la novela que hace G.U.(no es fácil, no se piensen).

    Muchas gracias
    F.G.

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