Nievitas, Clínica Corachán, 3 de mayo de 2024 |
Escribía Javier Marías en Salvajes y sentimentales, un libro lleno de nostalgia futbolera:
«Uno casi nunca sabe cuándo es la última vez de nada».
Esta es la foto del día en que empezó mi hermana nvts una nueva tanda de quimioterapia, en mayo. Es la última que tengo de ella, tomada por uno de sus hijos. La última vez que nos juntamos, el 16 de septiembre, estuvimos hablando tan ricamente de todo —gin tonic mediante, aunque ella lo tenía ya prohibido— en la terraza de su casa. Nada importante, casi nunca lo era. Eso: cosas domésticas; el ascensor que iban a reparar y tendría que chuparse a pie los seis pisos; las ventanas de los vecinos de enfrente (algo que siempre ha interesado a G.U., tal vez por reminicencias de La ventana indiscreta); el chaval que venía a pasear a la perrita Lula, porque a ella apenas le quedaban fuerzas para hacerlo; las vacaciones de sus hijos; nuestras lecturas; recuerdos de juventud; frases del léxico familiar, cosas así...
Hoy se nos ha ido y no habrá más veces. Nunca supe que esa foto y esa conversación en la terraza de su casa serían la últimas imágenes que tendría de ella, aunque hubo muchas y bastante largas charlas telefónicas, la última hace tres semanas; al colgar, tampoco intuí que ya nunca habría más, y es que, como decía mi estimado Javier Marías: «uno casi nunca sabe cuándo es la última vez de nada». DEP.
Muchas gracias, Uribe, tu escrito me ha emocionado. Nievitas, descansa en paz, te lo mereces
ResponderEliminarLo siento muchísimo GU y como el anónimo , agradezco q dentro de tu dolor hayas encontrado un hueco para compartir estas entrañables letras ... por eso hay q vivir cada día, como si fuera el último , uno de esos, quizá el menos pensado, lo será. Lo q nadie podrá robarte jamás son todos los recuerdos vividos junto a ella, junto a esa preciosa sonrisa ... Quédate con ella, con su sonrisa, tirará de ti en las horas bajas... un abrazo muy fuerte con tooodo mi cariño y... buen viaje Nievitas, tranquila... Cuidaremos de tu hermano.
ResponderEliminarYo no se nunca que decir en estos casos, solo que aqui estoy.
ResponderEliminarUn abrazo
Supongo, que
ResponderEliminaresto era lo
que te tenía
sin la soltura
habitual en
el blog, te
acompaño
en el sentimiento,
y sí estás sin dar
señales unos días,
sabremos la razón,
no decaigas.
Esa frase de Marías parece banal, pero dice mucho. Me identifico con ella por mi experiencia personal. En cuanto a ti, Uribe, ya se intuía que algo sucedía. Lo siento mucho, espero que remontes rápido, para bien de esos que, como yo, nos declaramos seguidores tuyos, aunque no siempre estemos de acuerdo.
ResponderEliminarUn hermoso texto sin los lugares comunes y cursilerías habituales en estos casos. Tu hermana, allá donde esté, lo agradecerá, seguro.
Muchas gracias y ¡mucho ánimo, Uribe! (corolario: no nos dejes plantados).
F.G.
Conecté por primera vez con este blog hoy hace exactamente un mes (desde el día del Pilar), pero lo sigo desde entonces y también miré tus entradas anteriores. Le has dedicado un sentido texto a tu hermana. Lo siento de veras. Espero que te recuperes pronto del mazazo y pueda seguir leyéndote.
ResponderEliminarSaludos codiales
Pili L.
En la foto se ve bien y alegre, la gran mayoría hemos pasado ese trance de ver a un ser querido en su situación de la quimio , los vómitos, el dolor.
ResponderEliminarDescanse en paz
Saludos
Lo siento, lo siento de corazón.
ResponderEliminarD.E.P.
Miquel
Amigo mío. Lo siento mucho. Te acompaño en el sentimiento. Descanse en paz.
ResponderEliminarVaya, G.U., lo siento de veras. Te envío un gran abrazo.
ResponderEliminarDescanse en paz.
Lo siento mucho. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias a todos, de corazón. Sé que cuidareis de G.U., como promete María. Lo va a necesitar.
ResponderEliminarÁlvaro