domingo, 14 de enero de 2024

"Misiones Pedagógicas"; "Museo del Pueblo" (1931-1936)

Ordenando libros —una ardua tarea, vive Dios—, apareció ayer uno que compramos en Madrid hace ya unos años en nuestra visita a la "Residencia de Estudiantes". Está dedicado a las llamadas —durante la República— "Misiones Pedagógicas", que estuvieron "operativas" entre 1931 y 1936. Ese libro se había quedado relegado por otras adquisiciones; es muy bueno y contiene muchísima documentación.

Portada de Misiones Pedagógicas 1931-1936
[Ed. Residencia de Estudiantes]

Las "Misiones Pedagógicas", como sabrán muchos de ustedes, fue una iniciativa llevada a cabo por el Gobierno de la Segunda República. El alma del proyecto fue Manuel Bartolomé Cossío (1858-1935), pedagogo krausista español e historiador del arte. Su principal objetivo era, según el decreto del Gobierno de la Segunda República, «llevar con preferencia a las que habitan en localidades rurales, el aliento del progreso y los medios de participar en él, en sus estímulos morales y en ejemplos del avance universal, de modo que los pueblos todos de España, aún los apartados, participen en las ventajas y goces nobles reservados hoy a los centros urbanos».

Las llamaron así, "Misiones". Llevaban libros variados (que luego se quedaban en la biblioteca o en la escuela), realizaban representaciones teatrales (Lope de Vega, Cervantes, Calderón, Alejandro Casona, etc.), proyecciones de películas, audiciones musicales, exposiciones de arte, coloquios sobre salud, educación cívica, etc. Se beneficiaron de todas esas actividades más de 7000 pueblos. Naturalmente, la iniciativa tuvo numerosos partidarios. Pero también muchos detractores, sobre todo a partir de 1934, que pusieron trabas de todo tipo; consideraban que sus promotores eran unos ilusos y que era una forma como otra de perder el tiempo y el dinero. Pero ellos siguieron adelante con gran entusiasmo.

Una niña y un niño leyendo libros traídos por una "Misión Pedagógica"(1932) / [Residencia de Estudiantes]

A G.U. le ha llamado mucho la atención un detalle que desconocía. En lo que respecta a exposiciones de arte, se creó el llamado "Museo del Pueblo". La idea era llevar copias de las obras de los grandes genios de las pintura española a las zonas rurales (donde nunca se había oído hablar de ellas, ni visto, ni había posibilidad de verlas). Se trataba de pinturas de Velázquez, El Greco, Goya y algunos otros, reproducidas bastantes de ellas a tamaño real. De esa tarea se encargaron los pintores Juan Bonafé, Eduardo de Vicente y uno de los ídolos de G.U, Ramón Gaya, que coordinaba todo el asunto. Si ustedes no han visitado todavía el museo que tiene dedicado en Murcia, ya lo saben. Era un gran pintor.

Un camión con algunas pinturas ha pinchado una rueda / Otro camión (o el mismo)  llega a la plaza de un pueblo

El traslado de las obras de pueblo en pueblo era muy complejo, dado que las carreteras eran infames entonces. Se realizaba con camiones (incluso en barcas, a veces), que eran cargados, con las pinturas "debidamente" embaladas, por los llamados "misioneros" (había muchos, del orden de quinientos). Se realizaban exposiciones con las copias de las pinturas. En ellas se enseñaba a los lugareños a observar un cuadro y se les daba cumplida información sobre los autores. La exposición solía permanecer una semana en cada pueblo y a los visitantes se les regalaba una fotografía de las obras. Se dejaban también copias a mayor tamaño para colocar en el ayuntamiento, la escuela o la biblioteca.

Las obras expuestas son visitadas por la gente del lugar. Aquí, Los fusilamientos del 3 de mayo y otras

El pintor Ramón Gaya se ocupó, aparte de coordinarlo todo —una tarea compleja—, de hacer las copias de algunas de las obras de Velázquez, como Los fusilamientos del 3 de mayo o el Retrato de la Infanta Margarita, además de las de otros autores, como El niño Dios Pastor, de Murillo.

Las copias que realizó Ramón Gaya de Los fusilamientos del 3 de mayo y del Retrato de la Infanta Margarita, de Velázquez
Si sabían esto, muy bien, no les decimos nada nuevo. Y si no, aquí está G.U., en "Misión Pedagógica".


14 comentarios:

  1. Pues te lo agradezco, pues no sabía la mayoría de las cosas que comentas.
    Gracias.

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    1. Yo sabía cosas, pero ignoraba lo del Museo del Pueblo (no hoejé el libro en su día).

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  2. Gran Uribe, conocía las misiones pedagógicas desde mi tierna infancia, e incluso el grupo teatral en el que hacíamos nuestros primeros pinitos en las tablas, se llamaba La Barraca. Sin embargo, me ha sorprendido infinitamente el detalle de las obras del pueblo. Porque sabemos del periplo de las obras del Prado y muchos analistas no se ponen de acuerdo si ese traslado fue realmente necesario y la afección en los propios lienzos. Sería el antecedente del traslado del Louvre, en ambos participó Jacques Jaujard. Un saludo, y sigue removiendo libros, para traernos historias de lo más interesante.

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    1. Gracias por tu comentario. Como le comento a Miquel, yo tampoco sabía nada de ese Museo del Pueblo. De las Misiones Pedegógicas sí tenía noticia y, por supuesto, de La Barraca. Estoy en fase de mirar libros que tengo, y de vez en cuando me encuentro con cosas que había olvidado o que no supe nunca. Si aparece algo más, que merezca publicarse, daré "cumplida noticia".
      Saludos.

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  3. Recuerdo, cuando estudiaba preuniversitario(principios de los sesenta),que el profe de Literatura, nos dio una charla sobre el asunto, teniendo en cuenta, que aún duraba la represión franquista, no lo hizo mal, evitando profundizar en el tema. De todas maneras, García Lorca era muy querido en Andalucia ,uno de los artífices de la idea. Hay que tener en cuenta, que en la España republicana, el analfetismo era grande, así que dudo de su éxito, pero bueno todo lo que sea ayudar al nivel culturar, está bien.
    Saludos.

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    1. Era una buena iniciativa y la gente acudía a las representaciones teatrale, a las proyecciones de cine y al Museo del Pueblo. Lo que no sé es si se leían los libros que dejaba la Misión en la escuela o la biblioteca.
      Saludos.

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  4. Dentro de esta perspectiva, estaba el grupo teatral La Barraca dirigido por Federico García Lorca que llevó teatro clásico por multitud de pueblos de España. Pero un dato desconocido por la mayoría es que el gobierno de la CEDA quería impedirlo y retirarle la subvención. En una ocasión fue el diputado por Cádiz, José Antonio Primo de Rivera, quien apoyó decisivamente a su amigo Lorca para que pudiera continuar con su tarea que admiraba, y así consiguió que Alejandro Lerroux no retirara el apoyo que posteriormente la CEDA sí que logro quitárselo a Lorca. Lorca y José Antonio eran amigos íntimos y en una ocasión, José Antonio le pasó en Salamanca una nota a Lorca en la que decía: Federico, ¿no crees que con tus monos azules y mis camisas azules, no haríamos una España mejor? Esta amistad, no trascendía porque no les interesaba a ninguno de los dos políticamente, especialmente a Lorca, que en Granada, tras el 18 de julio, se escondió en casa de unos famosos falangistas de Granada, los hermanos Rosales, pensando que su amistad con José Antonio le protegería, algo que no fue así, puesto que José Antonio estaba preso desde marzo del 36 y tampoco era un hombre que ni los militares ni Franco estimaran especialmente. Saludos, G.U.

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    1. Sí, sabía lo de "La Barraca", un proyecto estupendo. Esta iniciativa era similar. Se representaban obras de teatro clásico, los Entremeses de Cervantes y alguna obra de Alejandro Casona, quien tuvo que exiliarse a causa de "Nuestra Natacha" sobre todo. Cuando volvió, gozó de gran reconocimiento durante el franquismo (dieron incluso algunas piezas suyas en Estudio 1, de TVE). Desconocía esa amistad entre Lorca y José Antonio, lo reconozco, y también esa frase que citas de los monos azules. De poco le sirvió, en cualquier caso, ni tampoco refugiarse en casa de Luis Rosales.
      Saludos.

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  5. Bueeeno, lo de debidamente embaladas a la vista de lo que nos muestra este camión averiado, es mucho decir jaja peeero ¡¡ vaya labor tan maravillosa ¡! No tenía ni idea de este asunto y sinceramente, me parece un proyecto encomiable, está claro que todos los utópicos generosos y solidarios se han quedado perdidos en le pasado. Desgraciadamente tampoco conozco a Ramón Gaya .. cuantísimas cosas desconozco!!! Menos mal que para eso estás tú y otros que como tú hacéis de misioneros conmigo y además, con internet no tenéis que cargar con los cuadros a cuestas: ) Mil gracias mi querido hermano misionero GU, un abrazo muy fuerte y feliz domingo!!

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    1. Por eso lo entrecomillo, lo de "embaladas". Da pena verlas así. Debían de sufrir unos trastazos bárbaros en el camión por esos caminos donde Cristo perdió la boina, aparte de las inclemencias del tiempo, la lluvia, el granizo, el solazo, el polvo de los caminos...
      Ramón Gaya es muy bueno. Además de pintor, tirando a clásico, era poeta y escribió algunos libros interesantes. Algún día sacaré aquí alguna obra suya...
      Un abrazo fuerte.

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  6. Sabía de la labor y el ENTUSIASMO de las Misiones pedagógicas, pero desconocía lo de la difusión de las pinturas.
    He puesto "entusiasmo" con mayúscula, algo que encuentro a faltar en la escuela actual. ¿No podríamos tomar lección de aquellos pedagogos, maestros y profesores? Estoy convencido que con más entusiasmo y menos burocracia, los resultados del informe PISA daría mejores resultados.
    Salud

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    1. ENTUSIASMO es lo que tenía aquella gente, y buena falta que les hacía. Y poco entusiasmo es lo que hay hoy en día, quizá porque nadie tiene muy claro qué es lo que hay que enseñar y de qué manera...
      Saludos.

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  7. En mi comentario hay un error, he hablado del gobierno de la CEDA que se habría opuesto al proyecto de La Barraca, pero lo cierto es que no hubo ningún gobierno propiamente de la CEDA pese a que había ganado las elecciones. Como partido sí que se opuso a La Barraca, pero no como gobierno. Perdón por el lapsus.

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    1. Tomo nota. Me ha pasado desapercibido totalmente, pero gracias por la aclaración (me sigue poca gente y no ha aparecido por aquí ningún "tocacollons" a dar la vara).

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