¡Amigos! El día de ayer era excelente; y las ganas de ir al centro, suficientes para emprender la aventura. Pero hacía falta un acicate, y el estímulo lo teníamos de sobra: la exposición sobre Antonio López en el edificio "La Pedrera", de Gaudí, en la parte alta del Paseo de Gracia, en Barcelona.
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El Paseo de Gracia y la Casa Milà ("La Pedrera") / [granuribe50
(27/10/2023)]
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La primera sorpresa la tenemos al empezar a deambular por el susodicho paseo, acercándonos al lugar de destino. Han colocado unos colgajos que anuncian la navidad ya en octubre, una especie de cuerdas que giran con el viento, con estrellitas que brillan al sol. Naturalmente, por allí no hay ninguna paloma a la que se le ocurra acercarse.
Aparte de eso, lo demás sigue igual. Colas para entrar en las tiendas de lujo, que si Prada, que si Chanel, que si Versace, que si Dior, que si Vuitton, que si Gucci, bueno, de ese estilo. No hubo la coincidencia de cruzarse con un solo lugareño: todos parecían turistas "de alto
standing" o lo eran, y había muchos.
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La Casa Milà ("La Pedrera") / [granuribe50 (27/10/2023)]
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Frente a la fachada de "La Pedrera", la gente de costumbre, pero no inquietarse: nadie está esperando para entrar en la exposición de Antonio López. O están de mirones o aspiran a subir al terrado para ver las chimeneas de Gaudí y hacerse unos cuantos
selfies para Instagram. Eso sí, es preciso agarrar bien el bolso y el móvil, porque por allí pululan cada día decenas de carteristas muy cualificados.
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La Casa Milà ("La Pedrera") / [granuribe50 (27/10/2023)]
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Miramos hacia arriba. Partiendo de infinidad de elementos reciclados y con gran libertad artística, Gaudí elaboró las barandillas de hierro forjado de las fachadas de la Casa Milà como si fueran piezas de escultura abstracta que nos remiten a un mundo vegetal, tal vez un fondo marino lleno de algas, quién sabe.
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Folleto de mano de la exposición "Antonio López" / Escalera Casa Milà
("La Pedrera") [granuribe50 (27/10/2023)]
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Y ya estamos subiendo por la escalera de la Casa Milà, a ver qué nos depara la exposición sobre Antonio López, un dibujante, pintor y escultor que nos gusta mucho, bastante ninguneado durante los años sesenta y setenta porque no practicaba el arte abstracto, que era lo que estaba en boga entonces. Él fue quien abrió el camino para que otros de la escuela realista (
Isabel Quintanilla,
Amalia Avia, etc.) empezaran a tener cierta acogida por parte de galeristas y público.
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Antonio López. Nevera de hielo (1966) /
Carmencita jugando (1959-1960)
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Interior de la exposición (Nevera de hielo, La fresquera y
La cena)
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Algunos detalles de tipo onírico o surreal impregnan bastantes de sus pinturas, especialmente las más antiguas. Por otra parte, no esperemos encontrar nunca movimiento en la obra de Antonio López, sea pintura o escultura; ni lo hay ni probablemente lo pretende. Es una obra para admirar despacio, sin prisa.
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Antonio López. Cabeza griega y vestido azul (1958-2011)
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Antonio López. La alacena (1962-1963) /
Mari en Embajadores (1962)
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Antonio López y María Moreno en el cerro del Tío Pío (1978); Fotografía
Luis Pérez Mínguez /
Madrid desde el cerro del Tío Pío (1962-1963)
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Dibuja, pinta o esculpe en su estudio, con precisión de orfebre y con entusiasmo juvenil, pero rara vez lo hace a partir de fotografías. Con pesados caballetes al hombro, su mochila, sus cajas de pinturas, recorría incansable los alrededores de Madrid en compañía de su esposa María Moreno ("Mari"), otra grandísima artista encuadrada como "realista" (al igual que las antes citadas Amalia Avia o Isabel Quintanilla), hasta que la enfermedad la invalidó para esos menesteres.
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Antonio López. Busto de Mari (1961) / Mari (1961)
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Antonio López. Hombre y mujer (1968-1986-1994)
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El estatismo, la intemporalidad presente en sus pinturas y esculturas, empieza a hacerlo extensivo a las vistas que toma desde las alturas o a pie de calle en el centro de Madrid y en sus suburbios. No están en la exposición sus obras más conocidas, como su
Madrid desde Torres Blancas o algunas más que pintó en la Gran Vía. A cambio hay bastantes dibujos y estudios inacabados de los interiores de su modesta casa en Madrid, aunque no su famoso
Lavabo y espejo. Las fotografías de esos temas que tomó G.U. durante la visita no tienen calidad para publicarse aquí. Falta luz. ¡Lástima!
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Antonio López. Gran Vía, 1 de agosto, 7:30 horas (2010-2015) /
Madrid desde Capitán Haya (1987-1996)
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Gran Vía (1974-1981) / Antonio López en una visita a la Gran Vía, años después (Fotografía:
Claudio Álvarez)
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Una vez acabada su obra, Antonio López vuelve con frecuencia "al lugar del crimen". Nos explicaba muy bien una de esas visitas Antonio Muñoz Molina en su artículo
La decisión de la verdad, en 1992.
«En una foto reciente Antonio López García aparece vestido de explorador o de buhonero en la confluencia de la Gran Vía y la calle de Alcalá, justo en el mismo lugar donde durante varios años se apostó con las primeras luces del día para pintar el amanecer desierto de Madrid. Con el pelo canoso y despeinado, con una gabardina que le viene un poco grande, con unas botas rurales y el cinto de una especie de morral cruzándole el pecho, Antonio López García emerge sobre el asfalto de Madrid como un peregrino saludable y arcaico que ha venido a pie desde su provincia para ver con sus propios ojos el alba misteriosa de la capital, y se le nota enseguida que no dejará de ser forastero y que ya nunca se marchará de allí. Antonio López García tiene algo de viajero asombrado, de hombre del campo transterrado a Madrid, de campesino y de artesano absorto que puede pasarse horas y días sumergido en su labor, tan atento a ella que no escucha ruidos ni voces, tan ensimismado en las perfecciones materiales de las cosas que al final no sabe si ha pasado breves horas o años enteros contemplándolas, queriendo tan detalladamente repetirlas que se le escaparán sin remedio en el sigilo de sus mutaciones inmóviles».[...] |
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Antonio López. Madrid desde la torre de bomberos de Vallecas (1990-2006) |
Escribía el arquitecto y pintor Óscar Tusquets en el capítulo "Pintar bien lo imaginado", de su libro
Pasando a limpio:
«Antonio López nunca intenta representar un instante; intenta representar la eternidad. Nunca representa cosas en movimiento, la velocidad no le interesa, es un antifuturista. No pinta coches circulando, ni siquiera aparcados, ya que mañana serán otros y él sabe que el cuadro no le va a llevar meses, sino años. En sus cuadros nunca aparecen nubes pasajeras, [...] sino brumas estáticas, momentos eternos. Cielos de Madrid». |
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Escalera Casa Milà ("La Pedrera") / [granuribe50 (27/10/2023)]
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Bueno y aquí se acaba la visita, descendiendo tan contentos por la maravillosa escalera de la casa Milà, antes de desembocar en el ajetreo del Paseo de Gracia, tan diferente a lo que hemos contemplado dentro. Uno sale deslumbrado ante tanta luz, quizá por contraste con lo poco y mal iluminados que están los cuadros, algo habitual, por desgracia.¡Hasta la próxima!
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Paseo de Gracia [granuribe50 (27/10/2023)] |
Me gusta el estilo de este pintor. Me sosiega.
ResponderEliminarComo bien dices no esperemos encontrar movimiento, no le hace falta, está por si mismo lleno de vida.
Me gustan los colores que emplea y la tranquilidad que emiten de sus óleos.
Es una exposición para no perderse.
Gracias
PD: No sé si conoces la obra de Isabel Guerra, es, también, hiperrealista.
Hay algo que los enlaza y los lleva de la mano.
Te dejo el enlace:
https://www.youtube.com/watch?v=OChdrBOKB_A
Sí, a mí también me sosiega Antonio López, aunque a veces también inquieta un poco.
EliminarSí, ya me facilitaste hace un tiempo esa referencia. Pinta muy bien esa señora, tiene buenos retratos y bodegones, y en el convento debe de tener tranquilidad y tiempo para hacerlos...
Un abrazote.
Aquí está el Gaudí más expresionista y un paisaje de contrastes: la piedra ondulada y la forja de los balcones contrastan con la quietud de Antonio López, que a su vez contrasta con el bullicio de los peatones y turistas. Los selfies y las piedras; la ornamentación navideña adelantada contrasta con el calor tardío de este otoño hendido por el cambio climático.
ResponderEliminar¡Ah! Coincido con Tusquets, López “pinta bien lo imaginado”, intenta representar la quietud de la eternidad.
Antonio López es, diga lo que se diga, un artista moderno y transgresor, no hay mayor transgresión que su seriedad y realismo contra la frivolidad y el espectáculo que nos sirven los medios de comunicación y las escuelas.
Antonio López nos inquiere con una realidad detenida, expectante como los guerreros de Gaudí que con los ojos hundidos interrogan.
Iré sin falta a la exposición de Antonio López, quiero disfrutar de su quietud lúcida.
Saludos.
¡Caramba, Francesc!, tu escrito mejora en mucho a la entrada en sí, y casi podría constituir una adenda al texto. Coincido en todo con lo que apuntas, con la diferencia de que quien sabe escribir, sabe.
EliminarUn abrazo.
Estuve hace tres semanas en dicha exposición que has reseñado bien. El público era en su mayor parte de cincuenta para arriba, según pude observar. Me gustan mucho los interiores de Antonio López, el microcosmos, esas neveras, esos cuartos de baño pintados con todo detalle, y con un trasfondo místico. También los exteriores de los paisajes de Madrid. Sin duda es la idea de un artista que pinta con sumo detenimiento y al que un cuadro le cuesta varios años, a diferencia de otros pintores vanguardistas que en una mañana pintan tres o cuatro. Saludos.
ResponderEliminarLo he reseñado lo mejor que he podido. En mi caso, poca gente, algún grupo escolar (casi nunca falta), con profesor intentando explicar sin le escuche más que el empollón (el friki) de la clase. Y tampoco suelen faltar grupos de señoras ya jubiladas que no se pierden ni exposición ni "curset" ni conferencia alguna.
EliminarA mí me gusta de López todo eso que indicas. Ahora el hombre a sus 86 años, con más moral que el Alcoyano, ha emprendido una tarea que difícilmente podrá acabar: retratar lo que él ve de Barcelona desde el Palau Nacional de Montjuic, la plaza España y todo el caos...
Saludos.
¡Cómo me gusta Antonio López! Es como un orfebre de la pintura, absolutamente primoroso, las antípodas de nuestro tb querido Kandinsky ¿ verdad? jaja pero es que lo bueno, sea del estilo que sea, es imposible no apreciarlo. Mira, creo que esa diversidad y eclecticismo de la sociedad actual, es de las pocas cosas que hay que reconocer tiene mérito, comparado con la cerrazón que se vivía en el pasado, donde si no circulabas por la corriente de moda, nadie te hacía el más mínimo caso.. Ahora conviven todo tipo de estilos, corrientes y sin duda uno de los maestros del hiperrealismo del mundo de la pintura es nuestro gran Antonio López, nadie como él ha retratado a Madrid, del derecho y del revés, y
ResponderEliminartodo lo cotidiano ..con esa verdad y esa honestidad que solo se pueden permitir los grandes, con precisión fotogáfica pero a pelo ( de pincel: ) ...porque ahora se hacen aproximaciones pero tras digitalizar la imagen y pintar sobre ella ... en fin, un genio! a parte que humanamente resulta entrañable ( solo lo digo por las entrevistas en las que le he escuchado, no tengo el gusto de conocerlo ; ) si además la exposición es en un edifico tan mágico como La pedrera, no se me ocurre un mejor plan… qué maravillosas son las barandillas de sus balcones, de las cosas que más me gustan de la obra de Gaudí es la relevancia que le da al trabajo de forja, se nota que conocía a la perfección ese oficio ( su padre y abuelos fueron caldereros .. de calderería, no sólo de hacer calderos jaja mi padre tenía una fábrica de maquinaria ( cintas transportadoras, hélices decantadoras, maquinaria para minas sobre todo y me enseñó lo importante que es ese oficio en la industria…los soldadores hoy ; ) …en fin, verdaderas maravillas esas barandillas!!
Como siempre mil gracias por este ratito, abrazo fuerte y feliz resto de tarde de domingo.
Sí, hace unos días hablábamos de Kandinsky y ahora mira donde nos encontramos, en las antípodas, pero lo bueno es bueno, sea del estilo que sea.
EliminarEl abstracto predominaba en los años en que yo estudiaba en la escuela de Arquitectura. Todas las revistas de arte ("Nueva Forma" y otras) no reflejaban más que la obra de artistas no figurativos y el resto estaba proscrito. Y La gente solo decoraba sus casas o con pósters de Lenin, del Che Guevara o con reproducciones de pinturas abstractas, ya que el figurativo se podría considerar de personas anticuadas, afectas al orden establecido.
Pero Antonio López tuvo el mérito de poner una pica en Flandes y a partir de él se empezaron a abrir paso artistas como su propia esposa y otras a las que me refiero en el texto. Y ahora todo se acepta, todo se admite, aunque creo que sigue dominando el abstracto, quizá porque como la gente no sabe discutir si es bueno o malo, porque no entiende, es más fácil dar el pego y de paso quedas como muy guay. Con el figurativo creo que es más sencillo distinguir un cromito de una obra de mérito...
En cuanto a las barandillas de Gaudí, poco que añadir a lo que cuentas.por eso hice una foto un poco más detallada. Quizá es de las casas que más me gustan de ese señor.
Muchas gracias a ti, por estar y por lo que escribes.
Un abrazo fuerte.
Muy bien explicado. Te lo agradezco. Lástima que, viviendo en Madrid, lo tengo difícil para ir a ver esa exposición.
ResponderEliminarLa verdad es que aquí (en Madrid) no le hacen mucho caso, ni a él ni a los realistas (Quintanilla, Avia, la propia María Moreno, etc.). En el Reina Sofía van de modernos y no saben dónde meter sus obras. Últimamente compraron dos y no saben qué hacer con ellas. No me extrañaría que las hubieran enviado a esa exposición y así aligeran el almacén. Una pena. Ahora, eso sí, cuando fallezca todo serán homenajes. ..
Muchas gracias
F.G.
Sí, la última vez que estuve en Madrid (enero del fatal 2020) me fue difícil encontrar en el Reina Sofía obras de los "Realistas de Madrid". Y ahora tengo entendido que con la renovación del espacio museístico, aún es más difícil. Y es cierto, en esta exposición hay alguna obra comprada por el Reina Sofía y en espera de destino. En fin.
EliminarMuchas gracias a ti.
Un saludo.
Me ha gustado lo que nos muestras, es más de "mi cuerda", de lo que puedo entender y por consiguiente disfrutar. De destacar "Cabeza griega y vestido azul ". Un saludo.
ResponderEliminarEs que esa "Cabeza griega y vestido azul" es buenísima. No tienes mal gusto, Daniel...
EliminarUn saludo.