La madre de G.U. San Sebastián, 1937 |
Salvo el año pasado, en que estuvo bastante inactivo, casi todo lo que tenía que decir G.U. acerca de su madre, "Patiña", ya lo escribió en "El blog del gran Uribe" cada 23 de enero. Hoy se cumplen veinticuatro años de su ausencia.
Un nieto de "Patiña" (Carlos) la describía así en este blog hace un par de años: «Mamí iluminaba donde estaba con su buen humor, ironía y ganas de vivir y disfrutar las cosas buenas de la vida» [...]. Y, tras contar alguna anécdota divertida de cómo vivió él a su abuela, acababa con una despedida: «Un beso de nieto, estés donde estés, Mamí».
Y otro de sus nietos (Fernando), hace más tiempo, decía esto aquí mismo: «Con frecuencia encuentro rasgos inequívocamente suyos tanto en vosotros, sus hijos, como en mí mismo. No sé si serán imaginaciones mías pero me parece adivinarla también en los míos, y siempre en aspectos relacionados con el buen vivir, la alegría, con la 'joie de vivre'».
Pues sí, debe de ser algo relacionado con los genes. G.U. ha heredado algunas cosas suyas de las que hablan sus nietos, por desgracia no todas, ni otras que no citan ellos. Pero sí un cierto gusto por las melodías del romanticismo, que escuchaba con Patiña algunas veces en el tocadiscos de la habitación de G.U., en el piso familiar de la calle Ravella.
A ella, a quien gustaba casi todo tipo de músicas, le dedicamos, allí donde esté (en nuestro corazón seguro que sí), la transcripción que hizo Listz del lieder de Schubert "Schwanengesang" (El canto del cisne), en dos versiones diferentes.
El tiempo pasa inexorablemente y la memoria perdura. Los seres queridos permanecen en nuestro recuerdo esta es su existencia.
ResponderEliminarLa memoria con un leader de Schubert transcrito por Liszt es un hermoso recuerdo.
Abrazos
Esa música le gustaba mucho a mi madre. Ya sé que no ves cine. Yo, poco. Pero esta tarde he visto una película francesa bastante emocionante ("Los jóvenes amantes"), acerca del amor de una veterana arquitecta (que padece una enfermedad muy limitante) con un tipo mucho más joven. La escena final se acompaña con esa música y ¡"magdalena de Proust"! me ha recordado las veces que la oí con ella. No se me podía ocurrir mejor homenaje.
EliminarUn abrazo.
Es una hermosa foto. Tan hermosa como el recuerdo de sus nietos, como el tuyo, como la dedicatoria que cada año haces de ella.
ResponderEliminarGracias.
Me encanta esa foto de cuando mi madre trabajó en el hospital de San Sebastián. Siempre contaba anécdotas de aquellos meses. La que más gracia nos hacía (éramos pequeños, hay que entenderlo) es la que contaba de un paciente que estaba hecho papilla por las graves heridas sufridas en el frente. Muy enfadado el tipo porque, según él, no recibía el trato adecuado, le lanzó una bota a mi madre, que le impactó en plena cara.
EliminarEs la historia, Miquel...
Un abrazo.
Estupenda imagen de su madre, me imagino que en la San Sebastián que cayó en otoño del 36 y a donde llegaban heridos del frente. Buen recuerdo también el de los nietos y sugerentes músicas, a partir de una obra que compuso Schubert poco antes de morir y "recicló" Liszt.
ResponderEliminarMuchas gracias
F.G.
Sí, me encanta esa imagen. Es en la época que indicas. En cuanto a los nietos, su versión siempre se complementa con la que podamos tener nosotros, sus hijos. En cuanto a la música, ni te cuento. Es una maravilla, que encantaba a mi madre.
EliminarMuchas gracias a ti, por asomarte y comentar.