lunes, 3 de marzo de 2025

F. Lloveras y la Barcelona de los años cincuenta

Si quieren que les diga la verdad, los recuerdos que tiene G.U. de la Barcelona de su más tierna infancia son en Blanco y Negro. Se parecen un poco a los de las míticas fotografías de tantos buenos fotógrafos de la época, como Catatà-Roca o Miserachs, sin ir más lejos. Pero con la diferencia de que ellos, aparte de imágenes más costumbristas, de «realismo social», solían buscar también contraluces rotundos, efectos de luz, cuidaban el encuadre y el "instante decisivo", como decía Cartier-Bresson.
Panel de fotografías de Barcelona, años cincuenta, de Francesc Català-Roca
G.U no buscaba, obviamente, nada de eso, todo lo recuerda sin color alguno, los edificios estaban sucios y pardos, las escenas callejeras no le decían nada entonces. El único color que recuerda es el de los anuncios luminosos cuando volvía al anochecer en tren después de pasar el verano fuera y topaba con los de la plaza Cataluña. Era emocionante aquello, aunque deprimente: a los tres días, al cole.
Barcelona, plaza de Cataluña (años cincuenta)
Está claro que no lo miraba de ese modo el acuarelista Frederic Lloveras (Barcelona, 1912 - Tossa de Mar, 1983). Siempre le hemos agradecido sus acuarelas clásicas de una Barcelona que él veía así, vital y optimista; de una Barcelona que existió y ya no está. La ciudad nos la presenta con vida propia, muy vibrante, a pesar del horror de la guerra incivil recientemente acabada (años cincuenta).
Las acuarelas del libro que presentamos las pintó todas por encargo de un empresario apellidado Visa (el de la mítica loción Floid). Forman un conjunto estupendo de unas cien obras, muy bien editado por el Ay Untamiento, a pesar de que pensamos que se han pasado sobresaturando el color, pero quizá así queda más turístico, no sabemos. En cualquier caso, es muy recomendable para nostálgicos amantes de esta ciudad y también del difícil, aunque aparentemente sencillo, arte de la acuarela. Además, está bastante bé de preu (19 €) para lo que es, no en vano lo editó el Ay Untamiento de Barça (2022).

sábado, 1 de marzo de 2025

Una singular entrevista de trabajo

Entrevista para un trabajo de Auxiliar Administrativa en INECO (empresa dependiente del Ministerio de Transportes)
[Participantes: Tres responsables de RRHH de la empresa, Jéssica Rodríguez y Koldo García]
Un momento de la entrevista de trabajo de Jéssica Rodríguez en INECO, en presencia de Koldo García
[granuribe50]

lunes, 24 de febrero de 2025

Paquita la del Barrio y «Rata de dos patas»

Vaya por delante una declaración de principios: a G.U. le gustan los corridos, rancheras, boleros y canciones mejicanas en general. Cuando era pequeño escuchaba en un primitivo tocadiscos, de esos estilo "La Voz de su Amo", algunos discos de 78 rpm que había en su casa con músicas de este tipo; también había tangos, canciones bilbaínas, himnos diversos, etc. Las cosas que gustaban a sus padres.
Viene al caso porque Paquita la del Barrio, última leyenda de la canción mexicana, falleció de un infarto el lunes pasado, a los 77 años. Se había ganado el cariño del público (y también de G.U.) con su voz de contralto y sus letras cargadas de dolor, de emoción, de despecho y llenas de doble sentido. Pero esta "simpática" canción sobrada de mala uva, Rata de dos patas, no la compuso Manuel Eduardo Toscano hasta hace veinticinco años y fue la que la aupó definitivamente a la fama. DEP.


Rata inmunda / Animal rastrero / Escoria de la vida / Adefesio mal hecho
Infrahumano / Espectro del infierno / Maldita sabandija / Cuánto daño me has hecho. 
Alimaña / Culebra ponzoñosa / Deshecho de la vida / Te odio y te desprecio.
Rata de dos patas / Te estoy hablando a ti / Porque un bicho rastrero / Aún siendo el más maldito / Comparado contigo / Se queda muy chiquito.

Maldita sanguijuela / Maldita cucaracha / Que infectas donde picas / Que hieres y que matas.
Alimaña / Culebra ponzoñosa / Deshecho de la vida / Te odio y te desprecio.
Rata de dos patas / Te estoy hablando a ti / Porque un bicho rastrero / Aún siendo el más maldito / Comparado contigo / Se queda muy chiquito.

Me estás oyendo, inútil / Hiena del infierno / Cuánto te odio y te desprecio.
Maldita sanguijuela / Maldita cucaracha / Que infectas donde picas / Que hieres y que matas.
Alimaña / Culebra ponzoñosa / Deshecho de la vida / Te odio y te desprecio.
Rata de dos patas / Te estoy hablando a ti / Porque un bicho rastrero / Aún siendo el más maldito / Comparado contigo / Se queda muy chiquito.



BONUS TRACK
Una de las músicas que escuchó mucho G.U. «en su tierna infancia» en aquel viejo gramófono fue el corrido Juan Charrasqueado, precioso. Aquí lo ofrecemos en la versión de Chavela Vargas.

sábado, 22 de febrero de 2025

Concierto para motosierra, guitarra, bajo y Milei

[SAUL LDEB / GETTY IMAGES / Grok3 / granuribe50 (22/02/2025)] 
Acaso a algunos de ustedes les satisfaga este macabro concierto pero, la verdad, G.U. prefiere a Bruce Springsteen & The Street Band, sin ir más lejos. Es más, le preocupa. Parece ciencia-ficción, pero no...

jueves, 20 de febrero de 2025

San Álvaro y «Conejo al vino tinto»

Bueno, G.U. aprovechó el día de ayer (San Álvaro de Córdoba) para elaborar tranquilamente en casa el "Conejo al vino tinto", un guiso que es muy rápido de hacer y le salía muy bien cuando era más cocinillas que ahora (le cansa la espalda estar mucho rato de pie delante de los fogones y solo hace cosas que requieran trabajar poco y ensuciar menos).

Para que vean que este blog es polivalente. Hay, como saben, muchas formas de prepararlo. Les adjunta la recta del conejo que nos zampamos ayer. La aprendió G.U. en el Restaurante Parras, en Arnedillo (una zona de la Rioja recomendable). Si lo hacen así... toc segur!, como se dice por aquí.

CONEJO AL VINO TINTO Estilo Arnedillo

Ingredientes para dos personas
  • 4 paletillas de conejo
  • 6 dientes de ajo partidos por la mitad
  • 1 vaso de agua de vino tinto
  • ½ vaso de agua de vino blanco (o fino)
  • ½ vaso de agua de caldo
  • 2 hojas de laurel
  • 2 ramitas de romero y dos de tomillo
  • Unos granos de pimienta
  • Una pastilla de chocolate negro [opcional]
  • Almendra tostada picada [opcional]
  • Champiñones [opcional]

Proceso a seguir

─ En una sartén se rehogan los ajos. Se apartan. En ese aceite se sofríe el conejo, previamente salpimentado, hasta que esté un poco dorado. Mejor paletillas, pero puede ser con otros trozos.
─ Se vierte en la olla presión el conejo sin el aceite y se añade el vino. Se deja reducir un par de minutos. Se añade el caldo, los dientes de ajo, el laurel, el romero, el tomillo y otras hierbas, la pastilla de chocolate (opcional), la almendra picada (opcional) y los granos de pimienta. [Es también opcional, aunque recomendable, añadir unos champiñones o setas deshidratadas remojadas]. Se mezcla todo.
─ Se cierra la olla rápida y cuando sube la válvula se baja el fuego y se deja unos 10-11 minutos.
─ Pasado ese tiempo, se aparta del fuego y se deja que vaya saliendo el vapor.
─ Cuando haya bajado la válvula ya se puede abrir la olla.
─ Si está demasiado liquido se le añade una cucharita de Maizena. Se deja reposar y… bon profit!

Observaciones

Cuanto mejor sea el vino, mejor queda el guiso.
El vino tinto ablanda el conejo. 
No apto para veganos.



Como hemos hablado antes de Arnedillo, que sepan que es un pueblo de la Rioja muy curioso, en el que hay aguas termales, pozas en el río Cidacos, un balneario (de arquitectura y precios mejorables, ojo), muchos buitres sobrevolando y —muy cerca— multitud de huellas de dinosaurios. 
Arnedillo y Río Cidacos
Huellas de dinosaurios en la ruta de Enciso
Ahora viajamos menos, pero La Rioja la hemos recorrido muchas veces. Nos gusta mucho. Haro, Ezcaray, Santo Domingo de la Calzada, San Millán de la Cogolla, Labastida, Laguardia, Alfaro y sus cigüeñas... Buena arquitectura, estupendos y variados paisajes, buenos vinos y mejor yantar.

miércoles, 19 de febrero de 2025

Hoy es 19 de febrero, ojo al dato

[Córdoba, 19 de febrero de 1430]
Fuente: INE ¿Cuántos se llaman...?
Barbato de Benevento, Beato de Liébana, Bonifacio de Lausana, Conrado de Piacenza, Gabino presbítero, Jorge de Vabres, Lucía Yi Zhenmei, Mansueto de Milán, Proclo y Quodvultdeo, entre otros, comparten efemérides.¡Felicidades a todos! (y al tocayo Álvaro García Ortiz, que no borre hoy su teléfono, que le hemos enviado un WhatsApp y no lo podría leer. Pero, si nos sigue, aquí lo verá).

lunes, 17 de febrero de 2025

El teatro Calderón, el cine Comedia y la Thyssen

Enric Sagnier, Barcelona, «Casa Emilio Juncadella» (1901)
Vamos por partes. La «Casa Emilio Juncadella», un palacete propiedad de ese empresario de la industria textil, estaba situada en la Rambla de Catalunya nº 26, esquina Diputación. Fue diseñada por Enric Sagnier en 1901. Cuando en 1932 el gobierno de Azaña ordenó disolver la Compañía de Jesús (los jesuitas), los alumnos del cercano Colegio de Caspe continuaron sus estudios en una academia fundada a la sazón en ese palacete, por entonces propiedad del hijo de Emilio, que era un tipo muy viajero, pero al que el inicio de la guerra incivil le pilló en Barcelona. Fue fusilado a finales de julio de 1936, tras el alzamiento de Franco, e incautado el edificio.

Durante la guerra civil antes citada la casa sufrió varios bombardeos y un incendio que la dejó «hecha unos zorros». Fue derribada a principios de los años cuarenta. Se trataba de encontrar arquitecto para construir un teatro que ocupara su lugar. Y el arquitecto escogido fue Josep Rodríguez Lloveras.


Josep Rodríguez Lloveras, «Casa Ferrer Cagigal» (1935)
Josep Rodríguez Lloveras, «Casa Ferrer Cagigal» (1935)
Diagonal, Pl. Francesc Macià (entonces, Calvo Sotelo) y «Cas Ferrer Cagigal» / Acuarela de Frederic Lloveras (1954)
[Paréntesis]. Recordemos que Josep Rodríguez Lloveras (1902-1984) era un arquitecto especializado en teatro. Había proyectado unos años antes, en 1935, la «Casa Ferrer Cagigal», en la plaza Francesc Maciá. Es un edificio que le gusta a G.U. porque, además de su diseño y su buena implantación en la plaza, es el marco una de las fotos de sus padres, tomando el aperitivo (sin percebes, el sueldo no daba, iban justitos) en un conocido bar situado en el edificio (el Sandor se inauguró en 1944).
Francesc Català-Roca, «Terrazas en la Diagonal» (1944)
Los padres de G.U tomando el aperitivo junto a la «Casa Ferrer Cagigal» (Navidad 1945)
[FILM-FOTO SOLER, Travesera Vieja de las Corts, 93]
Fernández Lloveras también fue el arquitecto del Teatro Comedia, en Paseo de Gracia-Gran Vía, luego transformado en cine, que cesó su actividad como tal en enero de 2024. Una pena. La gente va poco al cine. Hemos leído que será nueva sede del Museo Thyssen. A ver si es así y con qué tipo de obras...
[Postal que se conserva en la Biblioteca MNAC]
Josep Rodríguez Lloveras / Teatro (y luego cine) Comedia (1934)

Pero no nos despistemos. Hablábamos de la desaparición del palacete de los Juncadella de la Rambla Cataluña. En el solar se construyó el teatro Calderón, en el chaflán con la calle Diputación, un proyecto del ya mencionado arquitecto Josep Rodríguez Lloveras. Tenía una capacidad para 1.500 espectadores, una fachada de tipo ecléctico en la que destacaba un grupo de diez columnas sobre la puerta principal, en la que se había colocado una marquesina de cristal para evitar contratiempos por la lluvia a los que hacían cola. Fue inaugurado el 17 de febrero de 1945, hoy hace exactamente ochenta años , con la representación de "El alcalde de Zalamea", de ahí que escribamos sobre este asunto.
Josep Rodríguez Lloveras / Teatro Calderón (1945)
El caso es que, a pesar de que el teatro tenía bastante público, una operación inmobiliaria (de tipo "porciolista") logró derribar aquello para construir un hotel, el actual Hotel Calderón, que se inauguró en 1973. La Rambla de Catalunya continuó así perdiendo su imagen. Lo más curioso del caso es que el arquitecto al que se encargó el proyecto del nuevo hotel fue el propio Rodríguez Lloveras, un tipo que modificó radicalmente su lenguaje arquitectónico para adaptarlo al encargo y a los nuevos tiempos.
Josep Rodríguez Lloveras / Hotel Calderón [granuribe50 (18/2/2025)]
Es un edificio correcto de un arquitecto versátil, lo malo es que en la Rambla Cataluña canta un poco...
Josep Rodríguez Lloveras / Hotel Calderón (1969-1973)

viernes, 14 de febrero de 2025

San Valentín, el poeta francés y una mujer catalana

[Dedicado a F.C, en el «Día de San Valentín»]

Hoy, día de San Valentín, el supermercado "Condis" nos ha hecho este entrañable regalo:

Hay quien tilda a G.U. de estar aferrado al pasado, de no comulgar mucho con los tiempos que han ido deviniendo en esto que tenemos ahora, poco esperanzador. Un "carroza". Hay cosas del pasado que no se olvidan, nos guste o no. Esta cancioncita de Augusto Algueró es una de ellas. Formaba parte de la banda sonora de una pelicula llamada El día de los enamorados, protagonizada por la gran Conchita Velasco. Ella misma la cantaba, pero se hizo más famosa en la versión de Mona Bell. Hoy la tarareaba este bloguero en la ducha. Un bonito vídeo. «Caspa», como se dice ahora, solo apta para nostálgicos:



Bien, vamos con algo más profundo, aunque relacionado en cierto modo con lo que estamos glosando.

Hoy, en esta entrañable jornada, les vamos a contar una historia de amor. A finales del S.XIX (1892), un conocido poeta francés se cruzó en el puerto de Génova, en una noche muy húmeda y fría, con una mujer catalana. Intercambiaron miradas, nada más. Según confesó algunos años después a un amigo, «su languidez y una coquetería de turbadora soltura lo habían herido y luego enamorado, cada día más, con desgarramientos, obsesiones y presagios muy extraños». Nunca supo su nombre.

El caso es que no llegaron a conocerse nunca, pero el poeta siguió «profundamente enamorado» (como P. Sánchez) de esa misteriosa mujer durante mucho tiempo. No sabemos cómo supo que esa mujer era catalana, pero es igual. Como resultado del suceso y de esa obsesión que marcaría su vida, comprendió que no podía seguir así y decidió separarse de sí mismo. A esa crisis existencial se ha dado en llamarla «La noche de Génova».
En el puerto de Génova, una mujer catalana rompió el corazón del poeta francés
Primeramente se separó del ídolo del amor, concentrado en una imagen que desarticulaba su intelecto (la mujer catalana); después, de la literatura, de la religión y de toda emotividad, que destruía el equilibrio de la inteligencia. Pero a continuación, su sensibilidad lo obligó a buscar un sitio existencial estable. Eligió, el intelecto, el ídolo «intelecto». No desvelamos el nombre de ese poeta, que no era ni metafísico ni positivista. Pero sabemos que en Francia l´amour y el intelecto son algo muy serio.

miércoles, 12 de febrero de 2025

Recuerdos y reflexiones en una tarde lluviosa

En este día lluvioso, a G.U. le ha dado por recordar. Y ha recordado que Julio Cortázar murió tal día como hoy en París, en el año 1984. Una tarde de domingo de un día muy triste, como el de hoy, que G.U. no olvida por la tremenda congoja que le invadió, tanto disfrutaba con todo lo que escribía y tan acostumbrado estaba a verlo perpetuamente joven, como si el tiempo no pasara para él...
Julio Cortázar con su gata «Flanelle», en París
El caso es que él escribía «No hay que tener miedo a los recuerdos. Vivimos de ellos, nos definen y nos hacen ser quienes somos. Cada vez iré sintiendo menos y recordando más, pero qué es el recuerdo sino el idioma de los sentimientos, un diccionario de caras y días y perfumes que vuelven como los verbos y los adjetivos en el discurso».



Pues en ello estamos hoy, recordando. Reproducimos esta foto porque es la del último día en que G.U. pisó el aula del instituto de enseñanza secundaria en el que había dado clase durante los veintiocho años anteriores. Eso pasó el día que marca la pizarra, la misma en la que había realizado cientos de dibujos, en muchos casos baldíos. Allí, atornillado al techo, se puede ver el proyector con el que mostró muchas diapositivas a sus discípulos, por lo general también de manera baldía.

Le gustaba bastante dar clase, pero los años no perdonan, el físico ya no aguantaba como antes y uno, además, estaba hasta los cataplines de las autoridades educativas, de la asfixiante burocracia, de bastantes profesores/as, de las guardias vigilando el patio y del alumnado, cada vez más asilvestrado, más consentido y menos interesado, todo en un ámbito de progresiva y galopante degradación general. Estaba a punto de iniciarse el procés, ojo al dato.



Relacionado con esto —y puestos a recordar— recuerda estas respuestas de Gilles Lipovetsky en una entrevista que se le hacía ahora hace exactamente cinco años en EL PAÍS SEMANAL.

Fotografía: Léa Crespi
[...] «La escuela pública no es un gasto, es una inversión de futuro. Hay que pagar bien a los profesores, y enseñar al alumno a respetarlos. Esto no lo digo yo, ¿eh?, ya lo dijo Platón. Si creemos que los ordenadores y las tabletas van a arreglar todos los problemas, estamos en un grave error. El profesor es imprescindible. Y hay que formar a los jóvenes de manera que sean más adaptables, con menos miedo a los cambios. Así habrá menos frustración. Y muy importante: hay que otorgar mucha más importancia al arte y a la cultura. ¡Si no, solo nos quedará el centro comercial! [...]
Es indispensable que el profesor recobre la autoridad. Hay alumnos que insultan al profesor, y es inadmisible. Educar no es seducir. Hay obligaciones. En un momento dado, hay que obligar a cosas. No todo puede ser flexible, agradable, discutible. Hay que trabajar duro, y obligar a trabajar. El hombre es Homo faber, hay que enseñar a hacer. Y hay que recuperar la retórica, enseñar a los chicos a expresarse, y a razonar, porque el ordenador no lo va a hacer por ellos. El hombre es Homo loquens, el ser que habla»

domingo, 9 de febrero de 2025

Los inversores inmobiliarios y «La Riviera de Gaza»

Viñeta de El Roto (05/02/2025)
Una de las imágenes promocionales del plan Gaza 2035. (Oficina del Primer Ministro de Israel)
Imágenes promocionales del plan Gaza 2035. (Oficina del Primer Ministro de Israel)
«Gaza está destruida y ya tenemos un terreno baldío con sólo pagar los servicios de desescombro. 40 kilómetros de costa mediterránea listos para construir. ¡Qué mejor que licitar la edificación de resorts! Habrá que encontrar acomodo a 2 millones de palestinos. [...] Con los siglos aprendimos que no había que destruir sin que nos animáramos a restaurar, que es el negocio. ¡Disfrute su ocio en las playas de la antigua Palestina!»

sábado, 8 de febrero de 2025

El monasterio de Pedralbes se queda vacío

Como recordarán ustedes, hace unas semanas publicamos una entrada titulada  Las monjas dejan Pedralbes. También Sor Isaura Marcos. Una monja nacida en enero de 1959, en Los Santos (Salamanca), que a los 14 años (en 1974) se vino a Barcelona, tras un un enfado con su familia, que la tildaba de "rebelde". Pero le atraía la vida espiritual y se hizo monja. Sus padres creían que duraría 15 días en el asunto, pero ya ven: ahí la tenemos aún, aferrada a su cámara de fotos y a una columna.
Sor Isaura, con su cámara Lumix, en el claustro del Monasterio de Pedralbes / Fotografía: Jordi Cotrina
Cuando entró en el monasterio (en 1976) había 40 monjas. Hoy quedan solamente tres y durante este mes han de marchar a Vilobí d´Onyar (Gerona), por motivos que no nos quedan del todo claros. Ahora se despide con cierta tristeza, después de tantos años allí. La suya, sí, pero también la de G.U.: le preocupa el futuro de ese monasterio, que esperemos que no acabe siendo un resort al "modo Trump".
Sor Isaura y la reina Elisenda de Montcada, fundadora del monasterio / Fotografía: Jordi Cotrina
Pero ha sido seleccionada para participar en Córdoba en el aniversario del Primer Concilio de Nicea, que se celebró en 325, hace mil setecientos años, y eso la ha animado un poco, no es para menos. Además de algunas de sus fotos, habrá piezas del Vaticano y de artistas contemporáneos. 

 Leemos en El Periódico esta entradilla:

«Isaura Marcos es una de las tres clarisas que quedan en el monasterio barcelonés, que en unos días dejarán Pedralbes. El monasterio quedará sin religiosas 699 años después de que se colocara la primera piedra del recinto, fundado por la reina Elisenda de Montcada. Con una obra fotográfica original y valorada, basada en los reflejos y centrada en la instalación religiosa y su entorno, sor Isaura afirma que ha tenido una vida espléndida en el monasterio y subraya con orgullo y retranca que es una de las 10 monjas que ha habido en Pedralbes que tienen página en Wikipedia».

Enlace a El Periódico: «Me quedaría mil veces en el monasterio»

Como no sabemos si pueden acceder al enlace, hacemos un extracto de la entrevista que le hace hoy en ese medio Toni Sust, seleccionando sobre todo los aspectos que atañen a la fotografía y a su marcha del monasterio, que parece ser que no la ilusiona demasiado.

[...]
—Más que una monja es usted una fotógrafa. ¿O es una monja fotógrafa?
No es algo que para mí se pueda separar: la fotografía es para mí una forma de plegaria, de contemplación. Me relajo mucho cuando hago fotografía.

—Esto empezó no hace tanto.
Empecé en 2009. Antes hice dibujo, pintura, siempre me ha atraído la cosa artística. Fui a academias: la perspectiva me costaba y los colores intermedios, también. Hay gente que no se da cuenta de qué le cuesta. Yo sí, y me angustiaba mucho.

—Es perfeccionista.
Sí, para todo. Lo dejé. En 2005, en mis bodas de plata, 25 años de mi profesión, me regalaron mi primera cámara, de aquellas que iban con pilas que se descargaban enseguida. Digital. Hice alguna foto creativa y Marta Juvanteny (artista), de la que soy muy amiga, me dijo: «Tira por aquí, esto es lo tuyo». Lo de los reflejos me salió innato, de dentro.

—¿Es un género que ha inventado?
 Se ve que sí, pero me ha salido de dentro sin yo saberlo.

—¿En qué consiste?
Mi cerebro ve en todo composiciones de reflejos. Siempre me ha parecido interesante explorar otras dimensiones. Hay más dimensiones, está comprobado, que no podemos percibir. Y esto es una manera de ir más allá de la realidad. Es esa frase de Degas: «El arte no es lo que ves, sino lo que haces que otros vean».

—¿Esto lo inició en 2009?
En 2009 empecé como fotógrafa, haciendo fotos más convencionales. En 2010 comencé con los reflejos. Los hago de forma artesanal. Sin edición. He ido perfeccionándolo por mí misma.

Fotografía de Sor Isaura Marcos

—¿Sus fotos son sobre todo de lugares del monasterio?
Y de los alrededores. Siempre llevo la cámara encima. Veo escaparates. En El Corte Inglés me pasa que hago una foto de los escaparates, porque me encantan los cristales, y salen y me dicen que no puedo hacer fotos allí. Y les enseño que solo cojo un trozo. Lo que intento es una interpretación, ir más allá de lo que veo.

—Y esto tiene algo de religioso.
Yo creo que sí, porque todo lo que es plegaria es ir más allá, conectar con una energía, esta espiritualidad universal que para los cristianos es Dios.

Sor Isaura durante la entrevista  / Fotografía: Jordi Cotrina

—No le gusta que le hagan fotos. ¿Por qué?
Me gustaba antes de ser fotógrafa, pero luego cambié: te las hacen tan mal...

[...]

—¿No seguirá haciendo fotos en el monasterio de Vilobí d’Onyar?
Creo que allí me van a apoyar en cuanto al arte. Me han dicho que me han puesto una habitación con una ventana que da al bosque. Hay más comodidades.

—El traslado está cerca.
Para mí es muy triste. Cuando esté allá ya comenzaré mi nueva etapa. Pero quiero que mis cenizas vuelvan aquí cuando esté muerta.

—Seguro que sale otro libro de Vilobí.
Ya veremos.

—¿Qué cámara emplea?
Esta, la pobrecita se me está estropeando. Una Lumix, no me pesa. Me va muy bien para los reflejos y los insectos, y no tengo que tener objetivos. Por donde paso, contemplo.

Fotografía de Sor Isaura Marcos

—Ha sido feliz en Pedralbes.
He sido muy feliz, no cambiaría mi vida por todo el oro del mundo.

—¿Si todo tomara de repente otro rumbo y le dieran la oportunidad de seguir en Pedralbes, qué haría?
¡Me quedo, me quedo! Prefiero una vida más austera y pobre aquí. Si me dieran la oportunidad de quedarme, mil veces me quedaría aquí. Es que he enraizado mucho, me siento muy de Pedralbes. 

miércoles, 5 de febrero de 2025

Modesto homenaje al diseñador Miguel Milá

Vamos a ver si nos entendemos. G.U. no infravalora para nada la formación adquirida en la Escuela de Arquitectura. Tampoco infravalora el título de arquitecto obtenido allí, muy al contrario, le ha permitido dar clases de la materia que le gustaba durante treinta años. Su padre le pagó la carrera. ¡Gracias!
Xavier Miserachs / Diagonal, Señora, Dauphine, Escuela de Arquitectura y Escuela de Ingenieros (1962)
Pero les confiesa que hubiera preferido ser diseñador industrial más que arquitecto, una profesión que es muy complicada. [Aunque en aquella época las carreras universitarias a elegir se contaban con los dedos de dos manos. Y la otra cosa que le hubiera interesado, Ingeniero Agrónomo, se cursaba en Madrid]. En fin, no le hubiera importado nada ser una especie de Miguel Milá, vamos. Un gran tipo. 

1) Le diferencian de él varias cosas, a saber. Que G.U. tuvo problemas, sí, pero no demasiados, para ir aprobando las asignaturas de Arquitectura. También se diferencia, y eso quizá lo hubiera invalidado para ejercer ese oficio, en que no tiene ningún amor ni por las ferreterías ni por el "Servicio Estación" ni por el bricolaje ni por las cajas de herramientas que comporta esa afición. Muy al contrario que Milá, que se hubiera pasado días enteros recorriendo esa tienda de la calle Aragón. 

A este respecto escribe Milà en el libro al que luego nos referiremos:
«Mi fuente de inspiración no son las ferias de diseño ni las revistas ni los libros. A mí me encantan las ferreterías. Yo viviría en "Servicio Estación" —que es mucho más que una ferretería—. No voy a ver lo que me hace falta, sino lo que me podría hacer falta. Tengo siempre hambre de herramientas».
Esa tienda que le cae gorda a G.U., aunque reconoce que es práctica. Empezó siendo gasolinera (Service Station) y luego ya devino en SERVICIO ESTACIÓN hasta lo que es ahora, ya remodelada: SERVEI ESTACIÓ, en la calle Aragón, en la misma manzana que la casa Milà, de Gaudí.

2) Pero se le asemeja en un cierto rigor proyectual, en su sentido de la ergonomía, en su afición por que los objetos sean prácticos y funcionen bien, en su capacidad de observación del entorno, en que es un poco cabezota hasta conseguir encontrar la solución a problemas domésticos y en cosas de ese tipo.
Miguel Milá en su mesa de trabajo / Fotografía: Mariana Eidler
El caso es que este hombre falleció en Bilbao hace seis meses, el 13 de agosto pasado. Por tener el blog en Stand By, "Cerrado por Vacaciones", no le dedicamos aquí ni siquiera unas líneas entonces. 
El libro de Miguel Milá, con la lámpara TMM (1962) en portada / Mordiendo la pantalla de la lámpara TMC (1958)
El libro MIGUEL MILÁ; Lo esencial, el diseño y otras cosas de la vida (Ed. Lumen, 2019) nos interesó mucho en su día, por su claridad, sencillez y buena edición. En él leemos lo siguiente:

«Uno de los días más felices de mi vida fue cuando salí de la Escuela de Arquitectura dispuesto a no volver nunca más. Llevaba dos años teniendo grandes problemas con las matemáticas. No me dejaban dormir. Fue Federico Correa quien me dijo: «Vete, déjalo y dedícate a lo que quieras hacer». A pesar de esto. me fue muy útil pasar por la Escuela de Arquitectura. Conocí a muchos estudiantes y a muchos profesores. Se puede decir que conocú a todos los arquitectos de una época de Barcelona. Todos los que pasaron por la escuela en la que yo repetía asignaturas año tras año.
Miguel Milá, diversos diseños de lámparas y chimenea
De mis hermanos Alfonso y Leopoldo y de Federico Correa he aprendido mucho. Pero, entre los arquitectos, al que más he admirado es a Juan Antonio Coderch. Él me enseñó a atender la función. A simplificar, pero también a no tener miedo de un quiebro, de una curva, de una solución que descuadrara el diseño, pero que lo humanizara. Con estas bases inicié mi carrera de diseñador.[...]
Miguel Milá, diseños de lámparas, estanterías, mesas, bancos, sillas

Aunque no tengo teorías, ni he escrito tratados, puedo decir que el buen diseño no se nota, pero se agradece, porque mejora la vida de todos. La hace más cómoda. No la revoluciona. El mal diseñador prefiere lucirse a ser discretamente útil. Es lo que yo he tratado de ser, discretamente útil».


G.U. comparte totalmente el último párrafo de este texto. «El buen diseño no se nota, pero se agradece, porque mejora la vida de todos. La hace más cómoda. No la revoluciona. El mal diseñador prefiere lucirse a ser discretamente útil». Con este decálogo (doble), acaba el libro, escrito por Anatxu Zabalbeascoa como transcripción de las decenas de horas de conversaciónes en la casa de Miguel Milá.

 DECÁLOGO (doble) PARA ENTENDERME A MÍ MISMO
  1. Clásico es lo que no se puede hacer mejor.
  2. Una lámpara debe alumbrar, no deslumbrar.
  3. Hay que tener sentido del humor y sentido del amor.
  4. El lujo no siempre es confort, pero el confort siempre es un lujo.
  5. La moda es aquello que pasa de moda. Te quita personalidad, es un error pensar que te la da.
  6. La calidad no entra por los ojos; se siente más que se ve.
  7. Uno educa cada día con lo que hace, casi nunca con lo que dice.
  8. Los objetos que complican no me interesan. El diseño debe ayudar. Los artesanos inventaron las vajillas y la rueda, cosas indispensables para la vida diaria.
  9. El mejor diseño acompaña y no molesta.
  10. No entiendo el gasto absurdo, ni la novedad por la novedad. Crecí en la posguerra: reciclar y no desperdiciar.

  11. No hay que cambiar lo que funciona. «Cambio» debe ser igual a «mejorar».
  12. El envejecimiento enriquece algunos objetos, algunos materiables nobles, como la madera, la pierda o a algunas personas.
  13. Quien progresa es el que sabe conservar lo bueno y no el que intenta destruir todo la anterior para hacerlo de nuevo.
  14. Envejecer bien es potenciar tus valores.
  15. Soy más un creador de matices que de revoluciones. Evolucionario, más que revolucionario.
  16. Cuando no crees en lo que haces, no haces las cosas bien.
  17. Lo sencillo, es complejo de conseguir. El objetivo es que lo complejo parezca fácil.
  18. Diseñar es ordenar. Y es poner a los demás por delante de tu ego.
  19. Sé útil y te utilizarán.
  20. Cuando una persona disfruta con lo que hace, hace disfrutar a los demás.