Los buenos oficios de un comentarista en el blog,
Mateo
—un seguidor de Bilbao siempe atento—, nos recuerdan otro edificio víctima de la
piqueta —no solo fue el Larkin— cargándose obras de Wright. En efecto, no sólo están
los que no se llegaron a construir, como los dos que mostramos en la página
anterior (y otros), sino los que se hicieron y fueron demolidos. Nos adjunta una
página de
Metalocus.
En este caso, se trata del
«Hotel Imperial», en Tokio, del que hemos obtenido escasos testimonios gráficos; seguramente no
sabemos buscar en los buscadores, aunque wikipedia dedica un largo artículo
sobre el asunto. Desde su primer viaje a Japón en 1905, Wright era un coleccionista
muy ávido de arte japonés. El encargo del Hotel Imperial le permitió mostrar su
admiración por esa cultura, como queda acreditado en otros proyectos
suyos. Aquí diseñó el hotel a partir de una planta totalmente simétrica.
Frank Lloyd Wright , Hotel Imperial (1912-1923), Tokio
El desafío para Wright era doble: por un lado, había que dar una adecuada
respuesta a la elevada actividad sísmica de la región y a los incendios
subsiguientes; por otro, la composición formal debía estar en armonía con su
venerable vecino, el superconocido Palacio Imperial.
Palacio Imperial, Tokio [Fotografía: Luís Rodríguez]
Ante este reto, Wright combinó la innovación estructural con el respeto a la
tradición artística japonesa, algo que no hizo más tarde en el Memorial Masieri de Venecia. La novedosa estructura utilizada —ya desde la cimentación—, que no
detallaremos aquí, permitió al edificio quedar indemne tras el gran terremoto del
1 de septiembre de 1923 y también a la guerra mundial. Este hecho casi milagroso creó el mito de que cualquier boda celebrada en sus salones garantizaba un
matrimonio feliz, eso se decía. En ese caso, se comprende su éxito...
Tokio, Hotel Imperial (inaugurado en 1970)
En fin, lo que no había conseguido la naturaleza ni la guerra lo logró la
especulación inmobiliaria, y el hotel fue demolido en 1968 en aras del actual Imperial, cosas del pastuqui. En Japón también la pela és la pela. Ahora hay un rascacielos de 17 plantas de altura con 772 habitaciones. Pero la
gente se sigue casando allí, aunque estos bloques no guarden ya relación alguna con Wright. Tal desliz mercantilista, tirando abajo un edificio de ese arquitecto, lo intentaron enmendar en los setenta, reconstruyendo una pequeña parte de él en el museo
arquitectónico al aire libre de Meiji-Mura.
Reconstrucción de una parte del Hotel Imperial, de Wright,
en Meiji-Mura (Japón)
«Frank Lloyd Wright: Las Obras Perdidas» explora algunas de las estructuras
demolidas e inconclusas más importantes de Wright. El proyecto da vida a estos
edificios perdidos mediante animaciones digitales inmersivas reconstruidas a
partir de los planos y dibujos originales de Wright, junto con fotografías de
archivo. Aquí les ofrecemos unas imágenes y un vídeo de esa recreación.
Tras dos años de desarrollo y basado en una publicación japonesa de planos
originales y fotos históricas, la del Hotel Imperial es una recreación digital
de esta obra destruida de Frank Lloyd Wright.
Los japoneses tan superticiosos, ellos. O sea no se cayó el hotel y por eso no se derrumbará el matrimonio. ¡Cosas veredes!. No me desagrada y me parece que en el entorno cuadra perfectamente. Un abrazo y mil gracias¡ Salut
Gracias por la referencia, en primer lugar. Aprovecho para decir que el "nuevo" Imperial tampoco me desagrada del todo, dado su juego de volúmenes, tan vistosos en perspectiva. Pero evidentemente salieron perdiendo. Otra relativamente reciente y nefasta decisión, a mi juicio, fue cargarse todo un estadio olímpico, que ya sólo por su importancia histórica había que mantener. El de 1964 era del gran Kenzo Tange, y lo eliminaron para construir otro, algo mayor, que, cosas del destino, se usó casi vacío por la Pandemia. Mateo.
Los japoneses tan superticiosos, ellos. O sea no se cayó el hotel y por eso no se derrumbará el matrimonio. ¡Cosas veredes!.
ResponderEliminarNo me desagrada y me parece que en el entorno cuadra perfectamente.
Un abrazo y mil gracias¡
Salut
Gracias por la referencia, en primer lugar. Aprovecho para decir que el "nuevo" Imperial tampoco me desagrada del todo, dado su juego de volúmenes, tan vistosos en perspectiva. Pero evidentemente salieron perdiendo. Otra relativamente reciente y nefasta decisión, a mi juicio, fue cargarse todo un estadio olímpico, que ya sólo por su importancia histórica había que mantener. El de 1964 era del gran Kenzo Tange, y lo eliminaron para construir otro, algo mayor, que, cosas del destino, se usó casi vacío por la Pandemia.
ResponderEliminarMateo.