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Portada y contraportada de la revista "Blanco y Negro", 11 de octubre de 1902, núm. 507 |
Esta tarde no ha habido noticias familiares positivas. Para intentar cambiar el
chip y pensar en otras cosas, G.U. ha estado revolviendo entre unos papeles antiguos
que doña Perpetua había encontrado entre los suyos. Se trata de un único y solitario ejemplar del "Blanco y Negro", de octubre de 1902. ¡Qué nivel! Procedemos a pasar
revista a ese número de la revista, valga la redundancia.
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La ilustración de Eulogio Varela, el poema de Salvador Rueda y la muerte
de Zola, su cuerpo yacente y la chimenea ["Blanco y Negro", 11 de octubre de 1902]
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Bueno, bueno, en esta imagen nos encontramos tres cosas, a saber:
1) Por una parte, una ilustración de
Eulogio Varela Sartorio (1868-1955). Fue un artista polifacético, reconocido
como el gran referente del modernismo madrileño, aunque ha estado bastante olvidado
siempre, eclipsado por otros artistas. Destacó como ilustrador, pintor, diseñador gráfico y decorador,
colaborando en importantes revistas y periódicos, como ABC y "Blanco y Negro".
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Una delicada acuarela de Eulogio Varela, muy de la época, publicada en "Blanco y
Negro"
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2) Por otra, nos referimos al poema que ilustra Varela bajo el título "El álbum de
postales".
Salvador Rueda
(1857-1933), como quizá sepan, fue un poeta malagueño al que se
ha considerado como uno de los precursores del modernismo literario en España. Escribía cosas así:
«De niño en mi casa pobre yo no servía más que para vagar a todas
horas por los campos, pretendiendo descifrar los profundos misterios y las
grandes maravillas. Mi padre siempre me amparó por desgraciado y me tuvo un
sitio en su corazón. Aprendí administración de las hormigas; música, oyendo
los aguaceros; escultura buscando parecido a los seres en las líneas de las
rocas; color, en la luz; poesía, en toda la naturaleza».
3) Y respecto a
Émile Zola, ¡qué contarles! G.U. sabe algo de él y leyó alguna
novela suya, pero lo que había olvidado es que su muerte fue provocada por la
mala combustión de la chimenea de su casa. Siempre —se acuerda ahora— se
especuló si fue un accidente o murió asesinado. Esta última hipótesis la avala
su combativo escrito "¡Yo acuso!", dirigido al Presidente de la República, que sentó muy mal.
Fue un alegato contra el antisemitismo, publicado en el diario
L´Aurore,
en defensa de
Dreyfus. Éste, a su vez, había sido acusado de haber entregado a
los alemanes documentos secretos. Fue condenado a cadena perpetua y
desterrado en condiciones infrahumanas. Tras reabrirse el caso, volvió a ser
condenado y acabó indultado en 1906, tras demostrarse su inocencia. Sigamos con algo más divertido.
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| "Blanco y Negro", 11 de octubre de 1902, viñeta de Karikato
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Y seguimos; esta mañana G.U. se ha dado un buen paseo por Barcelona. En el barrio de Les Corts hay bastantes edificios de cuatro plantas que se proyectaron sin ascensor. Y no se ha instalado después, quizá porque el portal es tan estrecho que no cabe. En los
primeros tiempos apenas se diseñaron casas con ascensor, era asunto de ricachones. Al parecer, se suponía que aquí uno
nunca sufría (ni sufriría) problemas músculo- esqueléticos ni EPOC´s, pese a
que muchos hombres fumaban como chimeneas. Y algunos edificios eran una
inacabable letanía: que si entresuelo, principal 1, principal 2, etc. No era sencillo acceder a la 1ª planta sin sufrir serios problemas pulmonares.
En eso incide la viñeta adjunta.
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| "Blanco y Negro", 11 de octubre de 1902
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"Blanco y Negro" fue durante muchos años una revista muy buena,
En la casa de Muntaner, nuestro padre acumulaba muchos en un armario en nuesta
habitación; pero éramos entonces más jóvenes, no sabíamos distinguir nada; que si esa revista era cosa de monárquicos nostálgicos, todo eso que estaba —y está— tan
denostado. Aquí ven una viñeta sobre
Práxedes Mateo-Sagasta, incombustible
político del S.XIX, un presidente resiliente como el que disfrutamos (?)
ahora, ya saben, pero G.U. no dirá más.
He tenido algún ejemplar entre mis manos, Gran Uribe; en el traslado de Barna hacia El Prat me desprendí de muchísima cosa, entre ellos algunos números que tenía en la biblioteca, aparte algún centenar de libros que ya había leído y que no consideré/amos cargar con ellos. Regalé toda una colección íntegra de Pel & Ploma, a un buen historiador de Barcelona, que sé los cuidará y tenía ejemplares sueltos de otras revistas de la misma época que nos señalas.
ResponderEliminarPD: Tampoco he tenido noticias positivas, pues un conocido con el que tenía muy buena relación y que estaba medicándose, me comentó que ya le han dado fecha de caducidad, tal como suena, pues lo suyo es irreversible.
Hay días ingratos.
Un abrazo y buena semana
Salut
Un diseño elegante, muy Modernista, buena maquetación, buenos artículos, humor fino... De lo mejor que había por aquellos tiempos.
ResponderEliminarMe imagino que disfrutaste de lo lindo.
In saludo
Muy buenas ilustraciones. Un beso
ResponderEliminarBlanco y negro dejó de publicarse en octubre del 2000. Era una buena revista que leía con frecuencia en los años setenta. Me gustaba. Este ejemplar que nos traes tiene todo el encanto del modernismo de 'fin de siècle'.
ResponderEliminarCuando tenía diecinueve años -julio de 1975- leí un artículo en Blanco y negro sobre una tortilla de patatas que hacían en un restaurante de Betanzos, llamado La casilla. Decidí ir a Galicia con dos amigos en tren hasta Vigo para luego volver a Zaragoza haciendo autoestop. Trabajé todo el mes de julio pintando un colegio mayor y con el dinero pagué el viaje. Mi ilusión era comer una tortilla de patatas en La Casilla. Infinidad de aventuras de tres jóvenes menores de edad todavía hasta que llegamos a Betanzos a las puertas del restaurante. Nuestra pinta era de tres barbas, sudorosos, con mochila, vaqueros... El restaurante era de lujo, lo sigue siendo. Allí habían comido tortilla jefes de Estado como De Gaulle y el mismísimo Franco. Había hecho el viaje solo por el artículo de Blanco y negro, pero cuando entramos al restaurante, nos dimos cuenta de que no era para nosotros. El camarero nos miró de arriba abajo y nos dijo que se habían acabado los huevos cuando le preguntamos por la famosa tortilla. Allí acabo nuestra peripecia en pleno final del franquismo y reciente la revolución de los claveles. Está claro que nuestro aspecto lo había decidido. Alguien nos dijo que parecíamos etarras. Esta es la historia de un artículo de la revista que me encandiló y que tuvo un final patético. Seguimos viaje. Todos militábamos en partidos políticos de izquierda revolucionaria y encontramos en Santiago a militantes de partidos parecidos y allí cantamos el himno gallego en una queimada nocturna y prohibida. Tiempo de un país. Perdón por la anécdota sugerida por el artículo de la revista. Saludos.
ResponderEliminar[img]https://dynamic-media-cdn.tripadvisor.com/media/photo-o/06/41/ae/a2/tortilla-de-betanzos.jpg?w=900&h=500&s=1[/img]