domingo, 31 de agosto de 2025

Nos mutilan también los parques

F.C. escribía ayer en su blog sobre mutilaciones. No acabaríamos. Hay muchas que pasan inadvertidas. 

Se mutila la Historia porque hay en ella episodios desagradables que no constituyen un "buen ejemplo". Se mutilan las programaciones en las universidades para no ofender o inquietar a los alumnos, o molestar a las autoridades; se mutila de los programas educativos en la enseñanza primaria y secundaria todo aquello que sea un poco difícil, cueste trabajo de entender o no sea políticamente correcto según los cánones establecidos; se mutilan los museos por lo mismo, y se guardan en almacenes todas aquellas obras que no estén "en la onda" o puedan "dañar la sensibilidad" del espectador. Se "cancela" lo que resulta incómodo (otro modo de mutilación), etcétera. La lista es larga.

F.C. lo resume así: 
«Amigo Gran Uribe, se mutila por incultura, por intolerancia, por manipulación, por ideologías, por insensatez, por imbecilidad...».

Pero hay mucho más. Ojo con los Ay Untamientos y el dinero que dilapidan. Se mutilan elementos significativos de las ciudades, especialmente si son del XIX o tienen resonancias franquistas, se mutilan los parques en aras del hormigón —"parques más sostenibles", explican— y se mutilan los árboles que les dan vida (corren malos tiempos para ellos, con lo de los incendios: algunos los culpan de ser causantes del desastre). Bien, pues eso. El día que mutilen el parque de Abelardo Sánchez en Albacete, o el de la Alameda de Cervantes ("La Dehesa") en Soria, sin ir más lejos, o el de tantas ciudades que aprecia, G.U. "se pega un tiro" (es un decir). Ahora le ha tocado a Orense, ciudad que conoce y por la que paseó agradablemente en su día en el parque del Posío. ¿Cuál será la próxima víctima? 

Pues bien, lean, lean a Carlos Risco, en su artículo titulado Talar el jardín del Posío, se refiere al gran parque de Orense, ahora sometido a una radical transformación para hacerlo "más sostenible".

Orense, Jardín del Posío / [Fotografía: Julio Augusto Bautista Pacheco (~1960)]
«Toda ciudad tiene un jardín moral. Un lugar que le recuerda a los hombres la complejidad viva sobre la que se organiza esta sopa urbanizada de edificios, calles y tráfico a motor. Un sitio cercado para el recogimiento, donde sucede el encuentro con lo exótico y lo salvaje. En Ourense este lugar singular es el jardín del Posío. El Posío fue diseñado para el recreo y la conmoción y en él crecían palmeras canarias, mimosas de Japón, cedros y tilos fabulosos. Hasta hace poco, todavía correteaban por sus parterres los pavos reales. 
El parque se ha ido malogrando con los años. Las sucesivas intervenciones municipales lo han ido reduciendo en tamaño y riqueza. Ahora, el jardín está recibiendo su estocada final. El ayuntamiento quiere convertirlo en una explanada que es casi plaza dura y sin sombra natural, haciendo del viejo parque un tormento de hormigón desmemoriado.
Mapa aéreo en 3D del proyecto de remodelación de El Posío
En un terrorífico render publicado en la web del ayuntamiento y publicitado en el exterior del jardín se ilustra cómo quedará el parque después de gastarse casi tres millones de euros, una cifra escandalosa para “recuperar” un jardín que ya era perfecto.

El antiguo parque se secciona y desmembra para ejecutar una gran cafetería de hormigón armado y una zona con columpios modernos, poniendo fin al jardín histórico. Un desastre mayúsculo que, contra todo sentido común y amor a la vida, avanza impunemente.
Cafetería / Nuevas zonas de juegos previstas

Y avanza talando árboles que no estaban contemplados en ningún plan, expulsando a las personas de un lugar de encuentro bajo la sombra, que pasa a ser un lugar sin sombra, una gran terraza hormigonada de centro comercial. Son muchos los vecinos que piensan que el jardín del Posío debería permanecer intocado como el Retiro de Madrid o la Alameda de Santiago de Compostela, parques históricos donde se sigue respirando un aire decimonónico y a nadie se le ocurre asfaltarlos, ni construir columpios modernos, ni cortar los árboles viejos o, mucho menos, construir una cafetería de hormigón en una de sus alas.

Las nuevas zonas verdes previstas en El Posío
Como escribió John Ruskin: «La restauración es una mentira. Lo que una vez ha sido destruido, ya no puede restaurarse». Cada árbol centenario talado, cada sombra perdida, lleva esa verdad escrita. Como los edificios antiguos, los parques históricos también merecen un respeto y adoración escrupulosos: es un atentado contra su historia y su dignidad, que son en definitiva la de todos».

13 comentarios:

  1. Hemos perdido sensibilidad. Por otra parte, los alcaldes y sus troupes ya saben que el personal solo está atento a la pantalla del celular, no se enterará si faltan árboles o sobran piscinas de esas modernas de chorrillos ingeniosos.
    Hoy nadie protesta, todo se acepta. Nos falta tiempo, lo necesitamos para nuestro ritmo vital. El día solo tiene 24 horas y lo que se desea es divertirse, pasarlo bien, ir de copas, mirar el tiz toz a ver que ha puesto Bizzarrak, y estar a la última con las uñas.
    ¿Qué mas nos dá un parque más que dos menos?
    Salut

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    1. Los parques convertidos en parques temáticos para divertirse, tomar el vermut en los bares mientras ves a los zagales subirse a esos extraños aparatos, dar balonazos o ir en patinete. Los árboles molestan para esos menesteres, y las personas sentadas en bancos sin consumir nada, también. De ahí esos infames cubos de fría piedra que ponen, sin respaldo ni nada, y esas nítidas superficies de hormigón sin árbol alguno, no se le vaya a ocurrir a alguien sentarse en un banquito a su sombra en vez de en el cobertizo o sombrilla del bar. Me preocupa esa tendencia.
      Un abrazo.

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  2. Una noticia irrelevante para los más. Un notición para Cascotes que no tenía en su blog nada de Orense (!). Un cordial saludo. https://cascotesychascarrillos.blogspot.com/2025/08/jardin-del-cosio-orense.html

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    1. Te sigo habitualmente, para ver si has puesto algo más, pero se ve que te cansaste y haces pocas aportaciones nuevas, lástima. Me alegro de haber contribuido modestamente a tus Cascotes y Chascarrillos. Yo desde mi blog intentaré incorporar cosas de este estilo, de esas que a los amantes de la arquitectura nos horrorizan pero que nos divierte verlas (de lejos), porque suelen ser representativas de la imbecilidad humana, que sigue creciendo y creciendo...
      Muchas gracias por tu visita. Saludos cordiales.

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    1. Pues sí, esa tendencia está en auge y a mí también me parece terrible. Confío en que no se atrevan con el Retiro o con el Parque de doña Casilda, en Bilbao (en este último caso, ya me han esforciado —con el arquitecto estrella de turno— el Museo de Bellas Artes, que está al lado y que tanto me gustaba tal como era antes). Besos.

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  4. Amigo Gran Uribe, escribí el poema "una celebración mutilada" cuyo meollo poético es un poco hermético; hablaba de mutilaciones que escondían un odio y una envidia antigua cuyo tema no voy a desvelar, hacerlo hoy sería imprudente.
    Me gusta que del poema se extraiga un significado estas otras mutilaciones y destrozos que produce la intransigencia y la barbarie humana. La lista es larguísima, todos podemos añadir episodios de derribos, incendios, manipulaciones, intolerancias, etc. no acabaríamos pues la barbarie no acaba, solo se perfecciona.
    Un abrazo.

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    1. Sí, tu poema era críptico y cada uno se agarró a lo que le sugería o tenía más a mano. Pero es que eso de las mutilaciones da muchísimo de sí en múltiples ámbitos.

      Además de poner cosas que me gustan, estoy por colgar de vez en cuando alguna barbaridad, arquitectónica o urbanística, por lo general producto de la imbecilidad humana, un poco como hace el amigo Juan Díez del Corral en sus Cascotes y Chascarrillos. Ya veremos.
      Un abrazo.

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    2. Te animo con la condición de que no pongas ningún edificio mío, ja, ja, ja,ç
      Salud

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    3. Aunque los tuyos están muchísimo mejor, son buenos, no se me ocurriría sacarlos sin tu permiso. Pero es que ni loco sacaría los míos. Tuve la precaución de no hacerles fotos una vez librado el CFO, pero alguna vez que pasé por delante de esos chaletitos veintitantos años después, no los conocía ni la madre que los parió (o sea, yo), en general tuneados con todo tipo de aditamentos que los volvían irreconocibles, aunque quién sabe si no los mejoraban. Pero al menos ¡seguían de pie! (no hubiera puesto la mano en el fuego por la perdurabilidad de alguno, situado en pleno desmonte). Creo que hice bien en dedicarme a la enseñanza...
      Saludos.

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  5. Hola, con lo de cascotes me he acordado de un singular montículo que hay en la capital británica, hecho con los cascotes del insultante derribo del viejo Wembley, catedral del fútbol inglés y sede de una olimpiada, que fue tirado abajo por otro estadio más "moderno" (y llénese la boca de saliva al pronunciar "moderno"). La, para mí, estupidez de los mandatarios británicos -aquí no se salva casi nadie- hizo que un lugar especial acabara atomizado y apelmazado formando -sin pretenderlo supongo- un homenaje a dicha estupidez. Habría que poner una placa allí con los nombres de los responsables de tamaña majadería.
    Y si vamos a algo más local, la reforma nefasta de la plaza de España en Madrid, convirtiéndola en poco más que una gran pista de patinaje hormigonada, me hizo echar unos cuantos juramentos en mi última visita madrileña. No sé si era Carmena o el Almeida el culpable, o ambos, pero vaya "m".
    Mateo.

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    1. Bueno, después del comentario, lo he buscado y no es una colina, son cuatro, y se llaman Northala Fields. Saludos.
      Mateo.

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    2. «El dinero público no es de nadie».
      Imbéciles los alcaldes, imbéciles los concejales de urbanismo y también los arquitectos que proyectan eso, aunque a estos los disculpo un poco más. Sé lo de la plaza de España y lo he padecido. También la pobre Jéssica, la amante de Ábalos, que tuvo que tragarse todas las obras desde su superapartamento en emblemático rascacielos (medio neogótico y medio Art Déco) que le pagaba el susodicho. En cuanto a lo de Wembley, lo desconocía totalmente.
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      Saludos.

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