sábado, 2 de agosto de 2025

Boadella, Cayetana y... ¡Beethoven!

G.U. va a mentar aquí a dos personajes "inmentables", de esos que han recibido todo tipo de insultos e imprecaciones varias. En cuanto suena su nombre, el dragón escupe por su boca un fuego adicional tremebundo. Hasta el punto de que, si fuera el del trencadís de Lluís Brú i Salelles (dedicado a Casimir Casarramona, el industrial textil que fundó una fábrica que hoy ocupa Caixa Fòrum), casi taparía el logotipo CC, que es quizá lo menos afortunado de la obra. M.C. nos hablaba de él hace unos días.
Edificio Caixa Fòrum Barcelona / (Fotografía: Arnim Schulz / granuribe50)
Pues bien, se trata de dos execrados habitantes de la fachosfera, pero libres, cultos y siempre lúcidos. 

— Hablamos de Albert Boadella, con su libro Joven, no me cabree (B EDICIONES), una obra bastante discretita, pero en la que se muestra tan coñón como siempre. En ella, un listillo que está haciendo el doctorado quiere hurgar en la faceta de Albert de cuando era "transgresor", "progresista" y "muy de izquierdas". El imberbe muchacho le va haciendo preguntas a Boadella, y éste le responde una por una, ejerciendo de Pigmalión que le explica cosas del teatro, de la música, de pintura y de escultura, de la política, de la vida. Y aprovecha para justificarle por qué no considera al cine como un arte; películas  (algunas muy buenas) que se olvidarán, a diferencia del teatro, que sí lo es, según él. «Esquiles, Sófocles y Eurípides siguen causando emoción. Y las comedias de Aristófanes aún nos divierten», le explica cuando habla de teatro, que es su hábitat natural.

G.U. asistió con gozo a casi todas sus obras, nos referímos a una época ya pasada en la que el teatro nos gustaba, no el truño en que se ha ido convirtiendo con el tiempo, salvo algunas excepciones (seamos "siempre positifos, nunca negatifos" ni "destructores").

— Y hablamos de Cayetana Álvarez de Toledo, que escribió un prólogo tal vez mejor que el librito. Les ofrecemos una breve muestra, que refleja algo que G.U. ha pensado a veces, incapaz de verbalizarlo.

[...]«El periodista degradado a tuitero, el tiktoker convertido en preceptor, el parlamentario reducido a palmero, el influencer encumbrado como oráculo, el científico homologado al curandero y cualquiera elegido presidente del Gobierno. Flotamos en la era del coaching, las matemáticas socioemocionales y la política Pantene. El conocimiento, la experiencia y el mérito; los hechos, la ley y el esfuerzo: los pilares del progreso han sido arrumbados como si conformaran un canon caduco, el fascista mundo de ayer. Lo que importa ahora son MIS opiniones y, sobre todo, MIS sentimientos; el incandescente, fluido, autodeterminado y determinante YO. Una erupción, por no decir un eructo.
Albert Boadella y Cayetana Álvarez de Toledo
El penúltimo capítulo de este proceso de aniquilación de toda jerarquía ética, estética e intelectual es la mutación del viejo Estado del Bienestar en un posmoderno Estado de los Cuidados.[...] Lo que merece y exige el votante-Rey, mi bebé, es una atención permanente y obsesiva. Mimos. El resultado es una sociedad de párvulos a perpetuidad, seres sintientes, apenas humanos en cuanto carecen de espíritu crítico o capacidad para razonar».[...]

Pero G.U. lo que tenía hoy es ganas de hablarles a ustedes de música, concretamente de la Quinta Sinfonía de Beethoven, que estaba escuchando esta mañana en la versión del divo Karajan, con ánimo de adquirir la vitamínica energía necesaria para afrontar con éxito la jornada veraniega. Y por ello, recupera ese fragmento de aquel libro de Boadella, en la que Albert le adoctrinaba a su discípulo:

«—Si quiere oler algo de lo que significa el sentido del ritmo, me escucha fanáticamente el primer movimiento de la Quinta Sinfonía de Beethoven. Comience por las cuatro notas iniciales, tres cortas y una larga (Pa, pa, pa, paaam), que forman el núcleo de este primer movimiento. Después se adentra en el desarrollo posterior. Es una artesanía magistral. Si deja de lado sus fósiles mentales, comprobará cómo a partir de un tema tan desnudo se van construyendo miles y miles de impulsiones conmovedoras. 
— No sé si a mí esa música me hará sentir tantas... 
— Si posee un mínimo de receptividad, entenderá enseguida que esa música nada tiene que ver con el tamtam de sus gustos tribales. Puede parecérselo a las masas ignorantes, pero una cosa y la otra están separadas por milenios de civilización».

Hagamos caso al "maestro" Boadella y veamos y escuchemos a otro maestro (un poco creído, eso sí).

3 comentarios:

  1. Gracias por traerte a colación.
    Con Cayetana, poca broma. Aquí se ríen de ella, pero es una persona cultísima a la que no le hacen falta suplantaciones titulares, pues los títulos los tiene acreditados.
    Sobre Boadella, decir que no fue profeta en su tierra, porque no le doró la píldora al exhonorable en aquella formidable obra Poderoso rey Ubú, y claro, eso se pagó no permitiendo que actuara en el Romea porque le quitaron la prórroga, así que uno tuvo que ir a Madrid a verla.
    Sobre el maestro sordo....¡el sordo soy yo! que no tengo capacidad para poder entenderle.
    Gracias por el video¡
    Un abrazote

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  2. Si eso piensa Cayetana lo disimula muy bien por la cuenta que le trae. Un beso

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  3. Coincido en la estima de estas dos personas que nos traes, Albert Boadella y Cayetana Álvarez de Toledo. Boadella es el debelador más salvaje de la Cataluña ensimismada y prepotente que se considera siempre mejor que el resto de España en un ejercicio de soberbia descomunal. Ha atacado los símbolos patrios con verdadera fruición, y. eso es imperdonable por la tribu, porque de tribu se trata. Él es un traidor a la tribu que grita que el rey va desnudo. Lo toleraron al principio pero rápidamente se vio que era insobornable y le hicieron el vacío y lo expulsaron del teatro catalán. Él sabe lo que es la venganza de la tribu contra la que lanza sus dardos envenenados. Podría haber sido un prohombre con cruz de Sant Jordi de esta Cataluña que absorbe cualquier halago y adulación, pero él no es así. Escupe al poder y a los mitos como debe hacer cualquier buen cómico, y no como los cómicos que publican manifiestos lamiendo el trasero del poder para seguir viviendo de las subvenciones. En fin. De Cayetana, ya hablaremos otro día, pero me cae muy bien. Es inteligente y culta, no tiene que falsificar currículums. Saludos.

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